Cuando nos proponemos amueblar y decorar un espacio de nuestra casa, ya sea por primera vez o porque se trate de una reforma, pensamos rápidamente en cómo colocar los muebles en la habitación. Tratamos de crear la distribución perfecta encajando las piezas que creemos que debemos poner, y no valoramos suficientemente las características del espacio. Pasamos por encima de esta cuestión sin darle la importancia real que tiene. Por eso, hoy repasamos las claves que debemos tener en cuenta para dar con la distribución más adecuada a nuestro espacio.
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Valora la forma de la estancia
El primer paso para dar con una buena distribución de la sala de estar es tener en cuenta la forma del espacio. En este punto no deberías pensar dónde vas a colocar el salón, sino qué planta tiene la estancia, ya que no será lo mismo distribuirla si es totalmente cuadrada que si es alargada.
Comienza por fijarte en las peculiaridades del espacio, en su forma, los huecos o recovecos que puede tener, si hay un pilar o una columna, la forma y la situación de las ventanas, etc. Todo esto te dará la pista para crear la mejor distribución.
- Es necesario encontrar un punto focal en el espacio, el elemento que marcará la jerarquía a nivel visual. Puede ser un gran ventanal o una chimenea, por ejemplo. La idea es ir configurando la distribución del espacio a partir de este punto.
- Si tu sala de estar es cuadrada puedes distribuir los elementos siguiendo un esquema en U a la hora de colocar los muebles más grandes.
- En salas de estar rectangulares funciona bien la distribución en L poniendo, por ejemplo, un sofá con chaise-longue, o un sofá con dos butacas, y una mesa de centro rectangular.
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Piensa en el uso del espacio
Esta cuestión es fundamental a la hora de crear la distribución perfecta de la sala de estar. Normalmente se trata de un espacio que se utiliza mucho, en el que toda la familia realiza actividades diversas, por lo que hay que empezar por definir qué uso vamos a darle a esta sala.
Es una estancia en la que se suelen celebrar reuniones familiares, donde descansamos, leemos, vemos la tele, trabajamos, etc. Es fundamental tener claro cómo utilizamos y nos relacionamos con el espacio si queremos optimizarlo al máximo.
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Cómo zonificar la sala de estar
El siguiente paso a la hora de distribuir y decorar el espacio consiste en crear o definir distintas zonas para rentabilizar cada metro cuadrado. Esto puede parecer innecesario cuando se trata de estancias pequeñas, pero en realidad no lo es. Aunque tu sala de estar no disponga de muchos metros cuadrados puede incluir un pequeño rincón de lectura junto a la ventana, una zona de estar con un sofá, el espacio para ver series y películas con la tele, etc.
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El sofá es el protagonista
En la mayoría de las salas de estar el sofá es el mueble más importante en torno al que se distribuye el resto del espacio. Cumple una función esencial, aporta el confort necesario y configura la zona de relax. Para elegirlo con acierto debes tener muy en cuenta su tamaño, de forma que sea proporcional al espacio disponible. No apuestes por un sofá enorme si tu sala de estar es pequeña, aunque necesites muchos asientos. Hay mejores formas de resolver esa cuestión que poner un sofá excesivamente grande.
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Una cuestión de asientos
Para configurar una sala de estar cómoda, versátil y funcional lo mejor es poner, siempre que el espacio lo permita, varios tipos de asientos diferentes en lugar de limitarse a colocar solo un sofá. Además de poner uno (o dos si la sala es amplia), conviene pensar en asientos individuales como unas butacas cómodas, por ejemplo.
Un consejo: busca soluciones que permitan cambiar la distribución de la sala, como sofás modulares y asientos versátiles. Así podrás adaptar ligeramente la distribución del espacio si recibes visita o cuando quieras estar solo y tranquilo.
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Libertad de movimientos
La sala de estar es una de las habitaciones de la casa en la que pasamos más tiempo, por lo que es esencial que resulte acogedora y confortable, y eso implica que podamos circular por ella con comodidad.
Si la llenamos de muebles o los colocamos mal resultará difícil movernos con libertad, lo que puede llegar a ser muy incómodo. Como regla general de actuación, deja libres los espacios de transición y, si tu sala es pequeña, coloca los muebles más grandes pegados a las paredes. Practica el minimalismo: si no puedes tener tantos muebles porque no hay espacio, elige solmente las piezas esenciales.
La importancia de la luz natural
Para distribuir con acierto la sala de estar es fundamental tener en cuenta la entrada de la luz natural: cuántas ventanas hay, qué orientación tiene el espacio (lo que determinará en buena medida si es muy luminoso o no, etc.).
En primer lugar, a la hora de amueblar, ten mucho cuidado de no obstaculizar el paso de la luz. No tapes las ventanas colocando delante muebles como el sofá o las butacas.
Por otro lado, conviene pensar en las actividades que solemos llevar a cabo en la sala de estar y en cuándo las realizamos, para organizarla adecuadamente. Por ejemplo, si te gusta leer por las tardes, coloca tu sillón favorito cerca de la ventana para aprovechar la luz natural a esa hora del día.
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Acertar con materiales y colores
Una vez hemos definido cuál va a ser la distribución de la sala de estar, llega el momento de elegir los colores que van a dominar en el espacio, amueblar, escoger el estilo del sofá y del resto de piezas, etc.
Aunque todas estas cuestiones estarán en función de tus gustos y de tu estilo, podemos tener en cuenta ciertas directrices generales. Es buena idea apostar por materiales naturales y por tonos neutros que armonizan muy bien y resultan luminosos y fáciles de combinar, aunque no conviene olvidar el impacto que tienen los colores intensos en los espacios. Los neutros amplían visualmente y hacen que los espacios sean más acogedores. Algunos toques de color más intensos añaden carácter a la sala de estar.