Ahí donde se ve esta casa que asoma entre los árboles en una zona boscosa de Polonia, se trata de una construcción con mucho encanto, de 120 metros cuadrados, tejado tradicional a dos aguas y fachada pintada en color verde. "Cuando vi por primera vez la casa ubicada en medio de los lagos Kashubian, en una pintoresca escarpa en medio de un bosque, pensé que era un edificio con un enorme potencial", explica el diseñador Jan Sikora, propietario del estudio Sikora Interiors. Esta es la historia…
Una vivienda para pasar las vacaciones
La casa estaba en un estado algo descuidado, pero se notaba su potencial, al menos al ojo de un diseñador. "Los inversores querían crear una casa de vacaciones, un espacio familiar aislado para relajarse y divertirse con los niños. Aunque sin renunciar a la comodidad cotidiana, querían experimentar la cercanía de la naturaleza", explica el responsable de Sikora Interiors (www.sikorainteriors.com). Su verde es algo inusual para la paleta de colores típicos de la arquitectura tradicional sueca. Pero en este proyecto, se convierte en una seña de identidad.
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Color por fuera, neutralidad por dentro
Un exterior de lamas de madera que ahora lucen en color verde, con una terraza suspendida entre los árboles y ventanas con cristales con cuarterones. ¡Es la típica estampa de cuento! Pero Jan Sikora supo actualizarla, sin que perdiera encanto y tradición, pero con un estilo que apuesta por el color en el exterior y la madera neutra en el interior. "Aunque la futura casa de vacaciones familiar exudaba encanto, requería una renovación importante. El terreno en el que se encuentra se caracteriza por diversos niveles de suelo. Por un lado, se trata de un activo; por otro, presenta un serio reto, que requiere un trato especial de la estructura", describe el responsable del proyecto. Y añade: "Cuando uno nota la forma de la casa entre los árboles, el color de la fachada capta la atención. Originalmente, las tablas estaban pintadas em marrón, pero el resultado era demasiado sombrío".
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La visión de la vida moderna en la naturaleza
Finalmente, tras reuniones en las que debatieron diseñador y propietarios sobre la idea y concepto del proyecto, los segundos dieron rienda suelta a Sikora para que ideara una casa que reflejara la visión de la vida moderna en la naturaleza. "La tarea principal del proyecto era establecer un eje compositivo que conectara la terraza superior con la entrada de la casa y uniera sin problemas la segunda terraza con las demás zonas", señala. Hubo que acometer numerosas transformaciones para lograr el objetivo. Pero este es el resultado: un espacio abierto al exterior, confortable, sosegado y muy conectado entre sí.
En cuanto a los muebles y accesorios que conforman el interiorismo, el diseñador combina elementos de estilo retro con otros artesanos y algunos de diseño. La plena coinfianza que depositaron los propietarios en el trabajo de Jan Sikora le permitió elegir accesorios y muebles que admiraba como la silla Dedo Lounge de Gazzda en la zona de estar; o la lámpara en forma de luna de Seletti. "Los dueños pidieron mantener algunas cosas antiguas de la casa, de esas que son portadoras de la memoria de los residentes anteriores. Así que mantuve un armario, un antiguo estante de revistas o algún tirador de puerta", concluye Sikora.
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El carácter especial de la mezcla
La madera está muy presente en todo el interiorismo, también el color blanco y las tonalidades caramelo. No destaca nada mucho más. El ladrillo visto recubre algunas paredes, aunque pintado en color blanco. Y la iluminación también tiene un carácter especial. El diseño del mobiliario combina algunas líneas más tradicionales con otras que actualizan, aunque todo con la ausencia del color llamativo.
Una casa conectada en todos los sentidos
Esta imagen muestra cómo se comunican los diferentes ambientes tanto en el mismo nivel de planta como en los niveles superiores. Sobre la zona de la cocina y comedor queda el altillo. Y desde allí también se accede a la terraza volada exterior. El salón ocupa el espacio que queda a continuación. Esta casa se ha diseñado con sistemas inteligentes para controlar la calefacción, alarmas, cámaras o iluminación. "Todo puede, por supuesto, ser manejado remotamente. Esto requirió la instalación de kilómetros de cables en el edificio y su entorno, lo que sin duda lo hace menos 'como bosque' en el sentido tradicional", bromea el arquitecto.
"De acuerdo con los principios de Le Corbusier, la relajación requiere un espacio abierto de dos pisos", recuerda el arquitecto. En esta casa, la impresión de la amplitud se refuerza por la impresionante altura de la zona de estar. Sikora prescindió de la puerta que comunicaba con la cocina.
Una cocina en línea
El enfoque del interior, con ese concepto de relajación en mitad de la naturaleza, sí encaja con el modo de vida escandinavo. En el interior y alrededor de la casa, se han planificado espacios para diversos tipos de actividades que permiten ese contacto. En el caso de la cocina, se soluciona con un frente adosado a la pared. Disfruta de una gran ventana por la que se cuela el verde del entorno. No hay módulos altos de almacenaje pero sí estantes retroiluminados en la pared. Todo en madera, con puertas enmarcadas y detalles en color negro. El guiño más tradicional es el fregadero y grifería, que evoca las casas inglesas de la campiña.
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Una concepción lógica para los espacios
Esta casa es un reflejo de cómo una buena arquitectura y un interiorismo cómodo no están reñidos con los metros cuadrados. Antes del trabajo de rehabilitación, el espacio no estaba bien utilizado. Con la nueva organización de espacios, la circulación y el uso es más cómodo y racional. El gran comedor con una mesa rectangular con sillas alrededor queda cerca de la cocina y se convierte también en una zona más de apoyo que puede usarse si se requiere al cocinar y preparar alimentos. El diseño irregular de la mesa se inspira en la crudeza y la sencillez de la vida en medio del bosque. Sobre esta, un par de lámparas Levitate by Menu, con una estética años 60. No faltan otros accesorios de Zara Home y cerámica de la fábrica polaca Hadaki.
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El dormitorio principal: sin alardes, solo descanso
En esta casa, el tiempo que pasa la familia se divide entre el exterior y el interior. Por esta razón, el estudio optó por un estilo minimalista para el dormitorio principal, destinado exclusivamente al descanso. Sorprende la cama a ras de suelo, lo que favorece la sensación de amplitud al tratarse de un espacio de techo inclinado a dos aguas. Este está revestido con listones de madera en blanco. En la pared, destaca el ojo de buey al exterior, en un frente empapelado con una onírica imagen de un bosque.
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El baño: marfil, gris oscuro y madera
El baño mantiene la misma línea estética que el resto de la casa. Aquí el contraste se logra con el suelo oscuro. En la pared, azulejos esmaltados en tono marfil, que aportan mucha textura con su superficie irregular y mobiliario en madera, que aporta mucho almacenaje.
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La conexión con el entorno
Durante el proceso de trabajo, este proyecto captó la atención de la gente de la zona "llegándose a convertir, incluso, en una especie de evento cultural. La gente de la zona se dio cuenta de que estábamos haciendo algo original, rompiendo así barreras estéticas, centrándonos en la innovación y estableciendo nuevos estándares", explican desde Sikora Interiors. Para sus creadores, este proyecto no se inspiraba en la arquitectura sueca o el estilo escandinavo. "Las casas allí están definitivamente más cerca de la naturaleza y principalmente son de madera. Aquí, estábamos tratando con un edificio de ladrillo, cubierto de azulejos de cerámica", apunta Jan Sikora. Esta imagen se centra en el exterior, en cómo se integra en el paisaje, creando sus propios límites, y con ese estilo actualizado que caracteriza el interiorismo.
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