casa palazzo servane hola 4160© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

Entramos en el palazzo Falier, la joya renacentista de Giovanni y Servane Giol a orillas del gran canal de Venecia

Grandes mecenas, amantes de la música y el arte, el matrimonio reside en este histórico edificio junto al menor de sus cuatro hijos


22 de abril de 2024 - 14:12 CEST

Giovanni y Servane Giol nos reciben, junto a su hijo Gregorio, en un enclave único y privilegiado, el palacio Falier, su hogar, en el Gran Canal de Venecia. Este histórico edificio fue un encargo de la familia veneciana Falier, en la primera mitad del siglo XV, y fue su residencia hasta la extinción de la casa. En 1492, todavía era su propietario Francesco Falier, desterrado a la isla de Chipre ese mismo año. Su posición fundamental, cerca del Puente de la Academia, refleja la importancia de los Falier, con tres dogos en la historia de la familia. Uno de ellos, el dux Marin Falier, intentó un golpe de Estado contra los patriarcas, en 1355. Fue decapitado en la escalera monumental del Palacio Ducal, entre las dos columnas de la plaza de San Marcos... Se dice que, hasta el día de hoy, a ningún veneciano le gusta caminar entre esas columnas.

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© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

Giovanni y Servane Giol (en la imagen) nos abren las puertas de su palacio, en el Gran Canal de Venecia. El matrimonio se asoma a uno de los dos ‘lliagos’ (balcón en veneciano) con los que cuenta la casa.

La familia de Giovanni Giol, nuestro anfitrión, compró el Palazzo Falier después de la Primera Guerra Mundial. Giovanni trabaja en capital riesgo y bienes raíces, ha sido presidente del Conservatorio de Música Benedetto Marcello y vive junto a su mujer, Servane, y el menor de sus cuatro hijos, Gregorio, en el ‘piano nobile’ (piso principal) del palacio, ya que Ambra, Leonardo y Amerigo, sus otros hijos, están estudiando sus carreras universitarias fuera.

El palacio había estado deshabitado mucho tiempo y lo primero que Giovanni y Servane hicieron fue convertir el ‘piano nobile’ en el hogar perfecto para su familia. Para la reforma, contaron con el arquitecto veneciano Alberto Torsello. La siguiente fase fue crear dos grandes salones y comedores, porque a nuestra anfitriona le encanta recibir invitados y es toda una experta en el arte de la mesa.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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El edificio fue un encargo de la familia veneciana Falier, en la primera mitad del siglo XV, y fue su residencia hasta la extinción de la dinastía.

Para la decoración, Servane eligió a su gran amigo el afamado interiorista Jacques Grange, por su sentido de la historia y su gusto exquisito. “Jacques conoce la Venecia de antaño y está familiarizado con la idiosincrasia de la ciudad y su peculiar clima”. Juntos hicieron el tándem perfecto. Conservaron los suelos de terrazo originales, “mantuvimos los colores claros en paredes y telas, porque el sol es fuerte”, comenta Servane, que nos explica también que colgaron cortinas de lona en tono crema en el exterior del edificio, para proteger el mármol de la fachada.

El palacio fue un encargo de los Falier, cuya dinastía dio a la historia de la ciudad tres dogos, uno de los cuales, el dux Marin Falier, fue decapitado en la escalera monumental del Palacio Ducal
© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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Arriba, la biblioteca, que “refleja mi juventud asiática: pagodas, orientalismo, la antigua mesa de opio... Creo que este estilo encaja perfectamente con Venecia. Todas las casas que fotografiamos para mi libro ‘Venice: a private invitation’ tenían ese toque oriental”, asegura nuestra anfitriona. Debajo, la sala que la familia utiliza como comedor de diario. Sobre la mesa, cristalería de Gilberto Arrivabene y platos de cerámica de Adele Steffanelli.

Elegante, refinada y talentosa, Servane es parisina de nacimiento, creció entre Francia y el sudeste asiático y habla con fluidez varios idiomas. La presencia de Venecia en su vida ha sido una fuente inagotable de inspiración para su trabajo literario, ya que es autora de diversos libros, entre ellos  Soul of Venice   y   Venice: a private invitation , que han sido traducidos a varios idiomas. Su capacidad para capturar la esencia de esta ciudad mágica, en la que lleva viviendo más de 20 años, y plasmarla en sus escritos ha cautivado a lectores de todo el mundo.

“La familia de mi marido compró el palacio después de la Primera Guerra Mundial, cuando su bisabuelo regresó de Argentina, donde producía vino”
© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

Servane en su despacho, junto a uno de los ‘lliagos’ del palacio, en el que todas las ventanas dan al Gran Canal.

—Servane, ¿qué nos puedes contar de la historia de este palacio y de su arquitectura?

—Como todos los palacios venecianos construidos en el Gran Canal, en un principio eran hogares y salas de exposición de comerciantes. Este, que pertenecía a la familia Falier, es uno de los más pequeños y antiguos, data del año 1400 y tiene leves evoluciones, por ejemplo, sus dos ‘lliagos’ (balcón en veneciano), que hasta el siglo XVIII eran terrazas abiertas. Creo que son únicos en el Gran Canal. La familia de mi marido lo compró después de la Primera Guerra Mundial, cuando su bisabuelo regresó de Argentina, donde producía vino. Era el dueño de la Bodega Giol, en Mendoza.

“El ‘piano nobile’ (planta principal) había estado deshabitado durante más de un siglo. El primer paso fue crear cuartos de baño, ¡no había ninguno!, una cocina, salas familiares…”
© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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Los tonos claros del sofá y las butacas, hechos a medida por el diseñador de interiores Jacques Grange, contrastan con el suelo de terrazo original. Todas las ventanas de la casa son de vidrio emplomado.

—¿En qué consistió la reforma de tu casa?

—El piano nobile había estado deshabitado durante más de un siglo. En este gran lugar vacío, había oficinas y luego un espacio de exhibición privado. El primer paso fue  crear cuartos de baño , ¡no había ninguno!, una cocina, salas familiares… Confiamos en un arquitecto veneciano, Alberto Torsello, y para la decoración solo un nombre vino a mi mente: Jacques Grange, porque es amigo y, sobre todo, porque representa la elegancia francesa mezclada con un maravilloso toque contemporáneo. También conoce muy bien Venecia y sus interiores.

Servane, parisina de nacimiento, creció entre Francia y el sudeste asiático. “Vivir en Asia me ayudó a entender la vida en Venecia: el clima, la humedad, la vida de los expatriados...”, nos dice
© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

Servane y su hijo Gregorio posan junto a “Ulysses”, su perro de aguas, en otro de los salones, presidido por una araña de cristal de Murano que, como el resto de las que hay en la casa, ya estaba en el palacio antes de que la familia se instalara en él.

—¿Y la decoración? 

—Confié totalmente en Jacques, soy una gran fanática de su trabajo. Y he de decir que tuvo una idea muy clara de cómo dividir y decorar el espacio inmediatamente. Estuvimos de acuerdo en todo y los trabajos avanzaron increíblemente rápido.

—Para una parisina que ha vivido en el sudeste asiático, ¿qué significa vivir en Venecia?

—Vivir en Asia me ayudó a entender la vida en Venecia: el clima, la humedad, la vida de los expatriados y la vida en la isla. Venecia también es muy internacional, la mayor parte del año. En decoración de interiores, hay mucho orientalismo en Venecia, de hecho, dediqué un capítulo entero a esto en mi libro Una invitación privada. Desde Marco Polo y su visión de China y Catay, el orientalismo invadió las casas europeas.

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Todo el comedor fue diseñado por el decorador Jacques Grange, que revistió todas las paredes con espejos envejecidos antiguos de Murano, por lo que el reflejo no es perfecto. Las sillas son venecianas antiguas del ‘settecento’ (siglo XVIII). Tras la mesa, dos armarios lacados asiáticos, ricamente decorados.

“Me encanta ser anfitriona y Venecia es la ciudad perfecta para ello”, confiesa Servane, que siempre empieza a decorar la mesa con la cristalería

—Tu marido y tú sois mecenas de las artes, de hecho, creaste tu propia compañía de teatro: “Laboratorio Falier”...

—Sí, uno de mis hijos era un poco tímido, así que empecé a buscar una escuela de teatro para niños en Venecia. Para mi sorpresa, no había ninguna, así que simplemente la creé. Al principio eran clases privadas, luego el grupo y la escuela crecieron y comenzaron a reunirse en la entrada del palazzo, por lo que decidimos llamarlo Laboratorio Falier. Más tarde creé la Compañía Falier, que era un grupo de actores adultos que actuaban para recaudar fondos en toda Italia. Fue muy divertido y con ellos aprendí a hablar veneciano, gracias a las comedias de Goldoni.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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En estas, dos de los dormitorios del palacio. Sobre estas líneas, los platos pintados a mano son de Cabana Capri, de estilo oriental, y los vasos, también pintados a mano, son ‘vintage’ de Murano. Al lado, una fotografía en detalle de los decorados de los armarios del comedor.

Giovanni Giol ha sido presidente del Conservatorio de Música Benedetto Marcello de Venecia que, antes de la Covid, tenía 600 alumnos de todo el mundo

—Tu casa está llena de música y risas. Toda la familia toca el piano. Giovanni ha sido el presidente del Conservatorio de Música de Venecia durante muchos años. ¿Cómo contribuyó su labor a mejorar Venecia?

—Bueno, el Conservatorio es uno de los palacios más grandes de Venecia, solo superado por el Palazzo Ducale. Tiene alrededor de 8.000 metros cuadrados. Es una escuela de música que, antes de la Covid, tenía 600 estudiantes de todo el mundo. Esos años fueron increíblemente importantes, porque Venecia y el Conservatorio tuvieron que afrontar desafíos muy grandes. El primero fue la   acqua alta  de noviembre de 2019, que causó un gran desastre en toda la ciudad y aceleró la puesta en marcha del Mose (un sistema de compuertas para frenar las inundaciones). El segundo fue la pandemia. La ciudad ya estaba llorando por la inundación de noviembre y, de repente, todo se detuvo con la Covid. Para los estudiantes de música fue especialmente difícil. Algunos no podían ensayar ni tocar, porque no tenían instrumentos propios, o los vecinos no querían música; algunos tuvieron que dejar la ciudad... Así que esos fueron años cruciales para mi marido y el Conservatorio.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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Arriba, la entrada principal con un piano Steinway, que era de Servane de cuando vivía en París. Debajo, la escalera de mármol y otra de las fabulosas estancias del palacio.

—¿Cómo conociste a Giovanni?

—¡En Venecia, por supuesto! Es difícil conocer a un veneciano fuera de Venecia...

—Eres una experta en el arte de la mesa. ¿Organizas eventos con frecuencia?

—Creo que la misma Venecia me convirtió en una experta en la decoración de las mesas. Aquí aprendí todo sobre el arte del vidrio y la belleza de la cristalería. Si observas detenidamente la decoración de las mesas, a menudo  la cristalería es la más fea ... es extraño, los platos son hermosos, la plata también, la comida puede ser escenográfica y deliciosa, pero la mayoría de las veces los vasos son muy simples y no combinan con el resto de la mesa. Esto no sucede en Venecia. Siempre comienzo una mesa pensando en qué cristalería voy a usar... y el resto sigue. Me encanta ser anfitriona y Venecia es la ciudad perfecta para ello.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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En la imagen superior, la escritora junto a Gregorio, el único de sus cuatro hijos que vive actualmente en Venecia.

Servane fundó la Compañía Falier de teatro, porque “uno de mis hijos era un poco tímido, así que busqué una escuela de teatro para niños. Para mi sorpresa —explica— no había ninguna, así que simplemente la creé”

—Has escrito varios libros. Háblanos del primero Soul of Venice y del último Venice: a private invitation. 

Soul of Venice básicamente es una recopilación de 30 experiencias únicas en Venecia. Las recomendaciones que haría a mis amigos que la visitan o a mis invitados: dónde comer, dónde alojarse, dónde tomar el mejor Bellini... Fue traducido a siete idiomas, e incluso ganó el premio IP a la mejor guía de 2021. Luego coescribí con un fantástico equipo la guía de la ciudad de Venecia de Louis Vuitton, que es muy completa y se actualiza cada año. Venice: a Private Invitation se publicó el año pasado en italiano, francés e inglés. Es lo que llamo un coffee table book histórico. Abrí más de 45 palacios privados para escribirlo, algunos de ellos nunca habían sido mostrados desde hacía 70 años y eran cápsulas del tiempo... En este libro, he escrito y descrito toda la belleza que he visto en Venecia y todo lo que he aprendido sobre arte, artesanos y cultura local. Me llevó 20 años escribirlo. Y estoy muy conmovida por el éxito que ha tenido.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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Servane en el jardín del palacio, que sirvió también de lugar de ensayos para la escuela de teatro para niños que creó y, con el tiempo, se convirtió en la Compañía Falier con actores adultos.

“La misma Venecia me convirtió en una experta en la decoración de las mesas. Aquí aprendí todo sobre el arte del vidrio y la belleza de la cristalería”

—Estás llena de energía. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

—¡Más libros! Mi próximo gran libro histórico de mesa será sobre Cortina d’Ampezzo y se lanzará el próximo otoño. Las fotos serán del mismo fotógrafo que las de Venice: a Private Invitation: Mattia Aquila. Y se lanzará antes de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar en Cortina y Milán, en 2026. Una vez más se enfocará en casas, interiores y el arte de vivir.

© PALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)

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Sobre estas líneas, la cocina con dos grandes jarrones asiáticos de porcelana, objeto que también vemos sobre la mesa del ‘office’ (arriba).

Producción y textoCRISTINA LORA ALARCÓN Y ANA FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA CENDRA
FotografíaPALOMA ROJAS / MARCOS Y FERNANDA NAVARRO (COUCHE STUDIO)
Peluquería y maquillajeSTEFANO HAIR ARTS STUDIO
VestuarioLA DOUBLE J, SALONI, YVES SAINT LAURENT, MAROUA, PIEDATERRA VENECIA