Aunque nunca se han olvidado, los jardines de estilo rústico están experimentando un nuevo auge. Son tendencia gracias a su belleza que trata de reflejar la esencia de la naturaleza. Eso sí, hoy aparecen actualizados y reinterpretados para hacer gala de un espíritu campero pero sin caer en el pasado. Descubre cuáles son las claves que debes tener en cuenta si quieres diseñar un jardín de estilo rústico.
Una imagen del campo
Lo primero que debes plantearte es por qué deseas tener un jardín rústico y si este tipo de paisajismo se adecúa al estilo de tu casa. Suelen ser espacios de exterior perfectos para casas de campo con una arquitectura popular. Si tu casa es así, un jardín de estilo rústico será, sin duda, la mejor opción.
Para diseñarlo con éxito debes alejar la idea de que este tipo de jardines apenas necesitan paisajismo, que basta con dejarlo crecer a su libre albedrío... Nada más lejos de la realidad. Aunque los espacios de exterior rústicos puedan parecer en ocasiones silvestres y poco ordenados, en realidad son fruto de un concienzudo esquema de diseño. Imitan al campo y a la naturaleza, pero están perfectamente planteados para conseguirlo.
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El lenguaje de la madera
A la hora de definir las instalaciones y elementos que van a formar parte del jardín, desde los pavimentos y otro tipo de superficies hasta las pérgolas y los muebles de exterior, los diseños rústicos se definen por elegir materiales naturales como la piedra, la madera, el barro cocido, etc. Y todos ellos, además, aparecen en sus versiones más rústicas y esenciales, sin tratar o pulir apenas.
La madera, por ejemplo, tiene un papel fundamental en el diseño de un jardín rústico. Está presente en las superficies, en las cercas y celosías, en el mobiliario, etc.
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La piedra también triunfa
Además de la madera, la piedra natural es otro de los materiales que destacan en los jardines rústicos. Hay diversas formas de introducirla en el esquema de paisajismo, ya sea como parte del pavimento del jardín (en lajas o en formato grava), formando muros o tapias, o en elementos decorativos como abrevaderos o piletas, fuentes, maceteros de piedra, etc. Aparece sin pulir, en su versión más natural y rústica, añadiendo belleza y categoría en cualquier rincón.
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Huye de lo perfecto
Los jardines rústicos tratan de emular la apariencia del campo y de la naturaleza, sino en su totalidad, sí en lo que se refiere a su planteamiento general. Esto ya impone ciertas directrices entre las que podemos destacar el abandono de la perfección, tanto en el diseño como en la ejecución del jardín.
Por eso, no debemos dejar que las plantas aparezcan cuidadas en exceso, podadas a la perfección. No hemos de darles ese aspecto, con setos perfectamente recortados y diseños superordenados. Es mejor dejar que las plantas crezcan un poco asilvestradas (dentro de un orden, por supuesto) y así el jardín adquirirá esa imagen de campo rústica que perseguimos.
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Un camino que aporte misterio
Los senderos de jardín son un recurso de paisajismo de lo más eficaz cuando se desea establecer una zona de paso. Y si se localizan en determinados espacios, conduciendo a rincones más privados del jardín, resultan algo misteriosos y muy atractivos.
En los jardines rústicos los caminos no pueden faltar, aunque el espacio sea reducido. Pueden llevar hasta la puerta de la casa desde la entrada del jardín, o quizá dirigir nuestros pasos hacia un rincón más reservado, una zona de estar bajo un árbol, un pequeño espacio de lectura al aire libre, etc.
Para diseñar los senderos acorde a un esquema de paisajismo rústico apuesta por lajas de piedra, traviesas de madera en bruto, losas de barro cocido o grava (un material versátil que funciona en diversos estilos).
¿Qué plantas conviene elegir?
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de elegir las plantas que vamos a cultivar en nuestro jardín es el clima de la zona en la que vivimos, además de otros aspectos como la orientación del jardín, el espacio concreto donde vamos a poner cada planta, etc.
Los jardines rústicos se aprovechan de su afán por recrear la propia naturaleza que les rodea. Es buena idea seleccionar especies autóctonas que están perfectamente adaptadas al clima del lugar, y que serán siempre más fáciles de cultivar.
Otro aspecto a tener en cuenta es tratar de elegir plantas con las mismas necesidades hídricas, de forma que podamos proporcionarles cuidados similares y que puedan compartir pautas de riego comunes.
Entre las plantas adecuadas para jardines rústicos destacan las gramíneas y también las aromáticas como la salvia, la lavanda o algunas variedades de tomillo. También trepadoras con o sin flor, como la hiedra, el jazmín, la buganvilla o la glicinia. Apuesta por plantas de flor resistentes y de aire silvestre, como las margaritas o las caléndulas, que soportan estar a pleno sol.
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Una pérgola para el jardín rústico
Si necesitas crear espacios de sombra en el jardín rústico lo tienes muy fácil, ya que no tendrás que invertir una gran cantidad de dinero en una pérgola clásica y decorativa, o en una pérgola bioclimática de estilo moderno que no se adapte a las pautas de diseño de tu jardín rústico.
Es mucho más sencillo. Solo necesitas unos postes y unos travesaños de madera para construir una pérgola de aire campero, esencial, rústico. O unas columnas de piedra rústica sobre las que descanse la estructura del techo.
Para la cubierta bastará añadir cañizo o puedes cubrir la estructura con plantas trepadoras que aporten la sombra necesaria. Las pérgolas de piedra y madera son las que mejor resumen la esencia de los jardines rústicos.
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Añade alguna pieza de estilo vintage
¿Quieres un plus de estilo en tu jardín rústico? Hazte con algún elemento de aire vintage y utilízalo para crear un rincón especial y decorativo. Puede ser, por ejemplo, un pequeño conjunto de muebles de hierro pintado. Un velador y dos sillas, por ejemplo. No importan si están un poco deteriorados y dejan ver las huellas del paso del tiempo. Eso les dará aún más encanto.
También servirá una tumbona antigua con la que crear un espacio para la siesta. O un banco de teca o de hierro forjado. Todos estos elementos son perfectos para crear estilo sin echar a perder la esencia rústica del jardín.
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La piscina, estilo alberca
Que tu jardín sea rústico no quiere decir que deba prescindir de una piscina, si tienes espacio para ella y deseas tener una. Sin embargo, sí merece la pena elegirla con criterio para no distorsionar el estilo del jardín con un modelo demasiado moderno que quedaría fuera de lugar.
Opta por piscinas de aire natural, tipo alberca o pileta de piedra, con bordes de este material y un fondo de color verde oscuro o de otro tono más discreto, que se aleje del clásico azul piscina. Procura también que el entorno y el solárium sean acordes al estilo rústico del jardín.
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Un espacio de huerto
Si tienes metros cuadrados de sobra en el jardín, o si tener un pequeño huerto está entre tus prioridades, no está de más que destines un pequeño espacio para este fin. Los huertos resultan silvestres y aportan mucha naturalidad.
Además de los beneficios que tiene cultivarlos, podrás disfrutar de hortalizas fresquísimas y ricas cuidadas por ti. Hoy triunfan los jardines huerto, que combinan plantas ornamentales y comestibles, por lo que sembrar algunas hortalizas en el jardín rústico puede ser una gran idea.
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