Terrazas amplias: consejos del paisajista Fernando Nájera para seleccionar las plantas

Seleccionar plantas para una terraza de gran tamaño es emocionante, pero también todo un desafío. No solo porque debes tener en cuenta el clima y la exposición solar, sino porque tienes limitaciones de peso (para no sobrecargar la estructura del edificio) y las especies botánicas cultivadas en maceta requieren más cuidados, por ejemplo, solicitarán mayor riego y abono.

El reto merece la pena pues las plantas son capaces de lograr un oasis verde, como en este exterior diseñado por Brákara Studio para un piso en Barcelona ciudad, que cuenta con salón y comedor al aire libre rodeados de un edén vegetal.

Un truco que funciona es seleccionar plantas que florezcan en diferentes momentos del año, pues así disfrutarás de un colorido continuo durante 12 meses. Nos ofrece muchos más el paisajista Fernando Nájera (fernandonajera.es), quien logrará que quieras tener verde en abundancia en tu terraza. ¡Palabra!

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Terrazas vs jardines

¿Por qué el paisajismo de una terraza de 100 metros² me costará más caro que un jardín del mismo tamaño? Fernando explica que la razón de que los proyectos de paisajismo sean más costosos en terrazas que en el suelo obedece a la dificultad para implantar un jardín en un entorno complejo, muchas veces en altura, con accesos difíciles, y con una evidente falta de sustrato donde situar nuestras plantas. “Los esfuerzos logísticos se magnifican de un modo que encarecen decididamente los proyectos. Por ello, una de las primeras y más trascendentales decisiones, muy condicionada a la estructura y forma de la terraza será la elección de los contenedores (macetas, macetones, jardineras de obra o cualquier tipo de contenedor de plantación) que alojarán el sustrato y toda la plantación”.

El proyecto de paisajismo de la propuesta lo firma Manuel Maíllo, de Tinda's Project.

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Contendores: materiales para las macetas y jardineras

En opinión de Fernando lo mejores contenedores son los de barro, un material aislante, que absorbe y devuelve la humedad de una manera muy sutil y de indudable durabilidad y encanto. Su problema: el peso y las formas. Son bastante pesados y aunque hay mil diseños todos tienden a la circularidad: el barro se trabaja a torno, no con moldes.

“Después del barro me gusta mucho el metal; adecuadamente tratado no presenta problemas de conservación y tiene una presencia muy buena. Además, pesa mucho menos y es fácilmente fabricable en formas y secciones múltiples”, revela el paisajista.

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Condicionantes para seleccionar nuestras plantas

El paisajista señala que la principal diferencia entre un jardín y una terraza va a ser la cantidad de tierra disponible, que dependerá del espacio físico en la terraza, pero también del peso que pueda soportar la estructura del edificio. Así pues, “la suma de maceta, tierra, planta y el agua de riego o lluvia resulta en una cifra que debe tenerse en cuenta, sobre todo en edificios antiguos o en terrazas en voladizo”.

Una vez superado el escollo del peso y cantidad de sustrato debemos atender a la insolación que reciba la terraza, si tiene sol directo o no, si tiene techo o está totalmente abierta… porque de estos factores también va a depender el desarrollo de las plantas. Hay plantas que pueden vivir con claridad, y otras que necesitan rayos solares directos… y esto en una terraza es muy fácil de identificar, pero muy difícil de remediar. A diferencia de un jardín, que tiene más perspectivas y siempre se ve el sol en un momento u otro, en una terraza podemos tener techos o voladizos, y sufrir una falta de sol permanente a pesar de orientarse a sur.

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Clima y soleamiento, vitales

El experto señala que las terrazas tienen la ventaja de generar un espacio de variables muy controladas, pero poco modificables. “Podemos conocer el régimen de temperaturas y de soleamiento muy fácilmente, pero esto solo significa que nos debemos adaptar a ello con mucha más rigidez que en el suelo. La falta o exceso de soleamiento condicionará la plantación hasta el punto de obligarnos a rechazar numerosas especies idóneas por varias razones, pero incompatibles por el poniente que padecemos, o la falta de luz directa”.

Por otra parte, el tema del hielo se mitiga mucho dada la protección que brindan los edificios a estos espacios, pero en muchas partes del país las heladas serán críticas como en un jardín al uso. El régimen de lluvias es importante, pero la mayoría de las terrazas tienen que recurrir a riegos automáticos, por lo que aquí sí es verdad que nos ‘desconectamos’ de la dependencia climática.

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Riego automático, un imprescindible

En toda terraza (sin importar su tamaño) conviene pensar en un riego automático. Nunca va a sobrar y es la garantía de que las vacaciones de verano no signifiquen el final de nuestra terraza. El diseño de esta, situada en Bilbao, lo ha realizado Sube Interiorismo.

“Un riego automático con goteros de caudal fijo o regulable nos permite regar eficientemente y no desaprovechar una gota. La programación de intervalos de riego permite regar muy poco varias veces al día, evitando los temidos charcos de aguas sucias, de una manera que manualmente es imposible”, explica Fernando.

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Árboles en maceta: ¿cuáles seleccionar?

Fernando afirma que “realmente ningún árbol va a disfrutar de las carencias propias de un contenedor o maceta, pero cuidando los riegos y el abonado podemos facilitarle bastante su desarrollo”.

¿Cuáles son especies entre las que elegir? Árboles de pequeño y mediano porte, como los frutales, incluido granados, especies como el madroño o los árboles de Júpiter son buenas opciones para tener en terrazas. También los olivos, laureles o arbustos grandes como Eleagnus o fotinias pueden prosperar mediante cuidadosas podas.

Otra alternativa son las palmeras, que son un caso especial porque desarrollan un sistema radicular muy denso, pero también son una opción.

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Plantas y flores, ¿cómo guiarnos en la elección?

La selección botánica de las plantas para la terraza se parece mucho a las que vemos típicamente en jardines de un clima similar. Es decir, en Madrid se ve plantación en terrazas similar a lo que se ve en jardinería en suelo, y en Canarias sucede lo mismo, pero con especies propias de su clima subtropical.

Ahora bien, Fernando aconseja que “en terrazas es mejor recurrir a especies que tengan interés durante la mayor parte del año, porque salvo en proyectos muy grandes, van a ser muy visibles desde la casa, y no solemos querer ver terrazas desaliñadas en los meses más frescos”.

Por ello se buscan especies perennes, floraciones abundantes y follajes densos. Evónimos (Euonymus), Erigerons, abelias (Abelia x grandiflora), agapantos (Agapanthus africanus), Clivias o falsos jazmines (Trachelospermum jasminoides; en la imagen) son algunos ejemplos.

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Plantas de mayor envergadura, ¿me las puedo permitir en exteriores mini?

“Huiría de plantas de gran envergadura para terrazas o balcones pequeños. Aquí es mejor recurrir a pocas plantas, pero muy exuberantes y alguna planta trepadora/colgante”, relata el paisajista. Dado que con esto lograremos un magnífico impacto visual usando poca tierra, forzando poco el espacio y magnificando el espacio verde sin necesidad de sacrificar espacio en el exterior.

En esta terraza el paisajismo lo han realizado Andrea Gutiérrez y Javier Palacios, de La Habitación Verde.

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Terrazas que tienen techo, ¿cómo afecta a las plantas?

Las terrazas con techo son las más difíciles. En la mayor parte de casos van a ser un reto, porque muchas de las plantas que mejor funcionan en nuestro país requieren algo de exposición solar directa, no solo claridad, por mucha que haya. Y los techos de las terrazas sirven de protección para el hielo y para el sol tórrido de agosto, pero también privan a las plantas de los preciados rayos de mañana o de la luz tamizada de un dosel de árboles.

El paisajista recalca que esta falta de luz directa perjudica a muchas plantas, y dificulta la gestión de la humedad, que tiene la costumbre de acabar siendo un criadero de hongos y podredumbre. “La clave será escoger plantas que funcionen bien con luz indirecta y dosificar exquisitamente el riego, cerciorándonos de que no haya exceso de humedad”.

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¡Atención con los elementos de agua!

Por último, conviene tener en cuenta que como el peso y la existencia de vecinos debajo y a los lados son factores inseparables en una terraza, “la idea de un estanque está reservado a proyectos muy especiales. No así una fuentecilla más o menos pequeña que anime un rincón o genere un eje visual. Poco peso, escaso riesgo en caso de desborde y facilidad de mantenimiento son los principales factores condicionantes”, explica Fernando.

Además, el agua va a generar un rumor, subirá ligeramente la humedad ambiente (que no la de la tierra en las macetas) y nos animará la vista. El experto explica que incluso podemos optar por pequeñas plantas acuáticas también, como nenúfares (en la imagen), Equisetum, papiros (Cyperus papyrus) o calas (Zantedeschia).

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