La estética elegida para las paredes de una estancia cambia sustancialmente su personalidad. La pintura suele ser más sobria y armoniosa y el papel pintado, ofrecer unas notas vibrantes y, habitualmente, contrastes cromáticos. Pero a la hora de seleccionar una u otra opción no solo cuenta el aspecto decorativo, cada uno tiene sus ventajas y desventajas. ¡Lo vemos en detalle!
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Si el presupuesto es crucial
Si el aspecto financiero resulta importante, debes tener en cuenta que la pintura es la mejor opción, dado que es más costoso empapelar, no solo por los rollos que precisas, también porque conviene ponerse en manos de profesionales cualificados para colocarlos, mientras que de pintar puedes ocuparte tú; y aunque contrates a pintores, resulta más económico.
Por cierto, aspectos que elevan el presupuesto de pintar la casa son: darle efectos decorativos (estuco, al óxido, etc.), contar con techos a doble altura que requieran instalar andamios o que las paredes tengan que repararse.
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Si deseas dar vida a la pared
Sin duda, en el caso que quieras dar carácter y personalidad a las paredes, lo mejor es apostar por un papel pintado, pues tienes infinidad de opciones entre las que elegir: un motivo figurativo, abstracto, simplemente una textura (como que reproduzca un mármol, un textil o imite un metal oxidado, por ejemplo).
Por otro lado, están de pura tendencia los formatos panorámicos que cubren una pared completa (la de acento) y nos trasladan a paisajes bucólicos. En el comedor de la propuesta, el mural de Coordonné nos permite evadirnos a diario a un paraíso natural sin salir de casa, al representar un precioso y exótico ambiente selvático.
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Si hay grandes paños de pared
En los ambientes a doble altura las paredes ocupan mucha superficie, lo que hace recomendable pintar, como decide en esta cocina el interiorista Toni Espuch. ¿La razón principal? Un papel, especialmente si su diseño es muy llamativo, podría crear una sensación excesivamente abrumadora e incluso puede potenciar algo que no deseamos, el ‘efecto chimenea’.
Del mismo modo, en una estancia alargada y estrecha, por lo general, convendrá pintar. Aparte, como ya hemos destacado, será un ahorro para tu bolsillo.
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Si te gusta coordinar paredes y textiles
En la decoración de interiores un recurso sencillo y vistoso es que los motivos del papel pintado y los textiles vayan a juego, algo que no puedes lograr con la pintura. Si quieres este total look tan integrado, deberás comprobar en el catálogo si la colección de papel también tiene telas conjuntadas.
En este ambiente con telas y papel adquiridos en Gancedo, llama la atención que en la pared las mariposas van enmarcadas en cuadros, no así en la tapicería.
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Si quieres desviar el foco de las paredes
La pintura en una tonalidad discreta (como el infalible blanco, algún tono neutro claro como el crema o el gris, así como un pastel), es idónea si lo que queremos es destacar otros aspectos de la decoración como pueden ser unas bellas molduras, un precioso suelo de mosaico hidráulico, cuadros decorando la estancia o un mobiliario muy elegante y especial.
Buena muestra de esta opción es el comedor de la imagen que ha concebido la arquitecta e interiorista Sofía Oliva en el que destacan un cuadro de tamaño ‘XXL’ y una estantería de formas orgánicas. Con la pared muy protagonista, estos elementos se hubieran diluido y hubieran quedado en un segundo plano.
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¿Cuándo debes descartar empapelar?
Si las paredes de tu casa no están preparadas para ello, al contar con gotelé. Para empapelar la superficie debe estar lisa y limpia.
¿Qué ocurre si la pared ya está empapelada? En ese caso no es un impedimento para renovar las paredes, aunque lo más recomendable es retirar el papel viejo. Tampoco es ningún problema usar papel en las paredes de la cocina y el baño, siempre que te decantes por un modelo apto para estas estancias húmedas y fácilmente lavables, como los vinílicos o con una capa de fibra de vidrio.
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Lo mejor de ambos mundos
¿Quién dijo que el papel pintado y la pintura no se pueden combinar? Sin duda, puedes lograr mezclas de alto impacto con un arrimadero de pared pintado y la otra mitad del muro empapelado o, con las paredes con color y el techo cubierto por un espectacular papel (en este colorista salón se emplea uno de la firma francesa Arte). El efecto envolvente de la segunda opción es realmente mágico, ¿no te parece?
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También hemos estado viendo a lo largo del reportaje que el papel pintado tan solo en una pared de acento es capaz de realzar mucho la decoración del espacio. Así que es un recurso por el que optan muchos diseñadores de interiores, en este caso, Natalia Zubizarreta, quien en el área del cabecero de cama, se ha decantado por un modelo con patrones geométricos que recuerdan a los tradicionales ikats.
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¿Cuál es la opción más ecológica?
En este aspecto ambas opciones se quedan en tablas, siempre que te decantes por la alternativa sostenible. En materia de pinturas ecológicas, resultan interesantes la chalk paint y la pintura a la cal, por ejemplo, debido a que no desprenden olores ni llevan compuestos sintéticos que intoxican el ambiente.
Respecto al papel, el de la habitación infantil de la imagen es de Papeles de los 70, firma que define un papel pintado ecológico como aquel que se produce de forma respetuosa con el medio ambiente; es decir, sin materias primas derivadas del petróleo y utilizando materiales renovables procedentes de cultivos controlados, como la madera y las fibras vegetales. Aparte destacan que el reciclaje y las tintas de impresión con base acuosa también son factores decisivos para conseguir un producto que protege el planeta y nuestra salud.
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Paredes que respiran
Se suele tener la creencia de que solo la pintura deja respirar a las paredes, lo que conviene para la salud de los habitantes de la casa. No obstante, no es así porque, las pinturas plásticas no lo hacen, debes apostar por las naturales.
Por otro lado, un papel pintado permeable es uno tejido no tejido y fabricado con materiales naturales. La biointeriorista Mª Pía Pablos, considera que lo idóneo es que esté fabricado en celulosa y que se pegue, también, con una cola de celulosa.
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