Como bien sabe la neuroarquitectura, el entorno físico influye en nuestras emociones, cognición y bienestar general. ¿Cómo debe ser el despacho en casa en la cada vez más extendida modalidad de teletrabajo en España? Sin duda este no tiene por qué resultar un espacio frío y sin personalidad (en la imagen, lo ha diseñado Lázaro Estudio para una vivienda en Bilbao). “Al contrario, diseñamos cada espacio a medida de las necesidades y gustos, capaz de cuidar, inspirar y obtener lo mejor de la persona que va a usarlo”, afirma Rita Gasalla, arquitecta CEO en Galöw, presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS) y la experta consultada para realizar este reportaje.
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¿Cómo crear una zona que motive trabajar en casa?
“El despacho, o la zona de trabajo, es uno de los espacios que más nos demandan cuando diseñamos viviendas en Galöw. Hay una nueva cultura laboral que ha trasladado la oficina a nuestra casa, total o parcialmente, durante unas horas o unos días al mes. Así es que necesitamos tener una zona reservada a trabajar, sin olvidar que va a forma parte de nuestra vivienda”, afirma Rita.
Dos premisas son primordiales para potenciar la productividad:
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Resulta recomendable que la oficina en casa no esté en el mismo lugar en el que dormimos.
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Debemos buscarle un espacio luminoso, sin ruido y confortable en todos los sentidos. En definitiva, un espacio que nos facilite la concentración y que favorezca nuestros procesos cognitivos, nuestro bienestar y nuestra privacidad. En la propuesta, el espacio totalmente independiente lo ha diseñado el estudio barcelonés Alfons & Damián.
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El despacho óptimo
A pesar de que no siempre es posible, dado el reducido tamaño de algunas viviendas, lo ideal es disponer de un espacio específico para trabajar en casa. En caso contrario, la experta sugiere reservar una zona del salón, y en último caso, y siempre alejada de la cama, un rincón del dormitorio. A partir de ahí, “hay que tener en cuenta todos los factores que manejamos en neuroarquitectura para que el impacto físico, emocional y cognitivo de ese espacio sea positivo, nos sume y no nos reste. Hablamos de calidad del aire, luz, confort acústico, confort higrotérmico, materiales, biofilia, ergonomía…”, relata.
Necesitamos un entorno destinado al trabajo, organizado, tranquilo… porque sabemos que de todo ello dependen los resultados. El de la propuesta, en un entorno sereno casi total white, lo ha diseñado la interiorista Laura Martínez.
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No hay que improvisar (¡nunca!)
El mobiliario adecuado es uno de los aspectos más importantes cuando hablamos de espacios de trabajo. No olvidemos que los trastornos musculo-esqueléticos están entre las primeras causas de baja laboral, y que están provocados en gran medida por el uso de sillas o mesas de trabajo inadecuadas. Y esto lo debemos tener en cuenta especialmente en nuestra casa. Trabajar usando cualquier silla o desde el sofá nos puede provocar dolencias graves.
Tinda’s Project equipa este luminoso despacho para compartir con dos sillas de despacho ergonómicas, dos mesas de escritorio (una elevable), mobiliario a medida e, incluso, una butaca para los ratos de descanso.
Rita advierte: “Trabajar en casa no significa hacerlo de cualquier manera, en cualquier mesa y sentándose en cualquier taburete o rincón. Es un error que nos va a pasar factura, incluso si estamos solo unos días o unas horas trabajando desde casa”. Además, cuando el cuerpo se encorva, estamos castigando nuestra columna vertebral, de la que depende buena parte de nuestra salud, y estamos mandando a nuestro cerebro un mensaje que es: ‘me siento mal’.
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¿Son buenas soluciones los ‘cloffices’?
Los despachos encerrados en armarios (también denominados ‘cloffices’) suelen situarse escamoteados en el dormitorio. Aunque, insiste Rita, lo ideal es que la zona de despacho, donde trabajamos, no esté en el mismo espacio que utilizamos para dormir y descansar. Hay que separar estas actividades para procurarnos una óptima higiene del sueño, porque cuando dormimos se producen numerosos procesos de mantenimiento y reparación en nuestro cuerpo que son muy importantes para nuestra salud física y mental.
Si eso no es posible, podemos acondicionar una zona de teletrabajo fija en la habitación, pero alejada del cabecero de la cama, o que podamos recoger una vez terminada la jornada laboral, si, por ejemplo, trabajamos en remoto. Los 'cloffices' son buenas soluciones en este caso para ocultar tras una puerta el despacho con gran facilidad.
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Así es el equipamiento idóneo, según la neuroarquitectura
¿Cómo equipar el despacho? La arquitecta de Galöw insiste en que necesitamos un lugar de trabajo ergonómico, que nos mantenga erguidos y cómodos, que nos permita levantarnos cada cierto tiempo, incluso mientras seguimos atendiendo nuestras tareas. Por eso son tan recomendables las mesas regulables en altura, e incluso las sillas que nos permiten descansar de pie, estirando las piernas. El escritorio de la foto elevable (‘Talent’, creada por Alegre Design) y la silla ergonómica (modelo ‘TNK’) son dos piezas de la firma especialista en mobiliario para espacios de trabajo Actiu.
Y, añade, “no olvidemos que todos no somos iguales, no tenemos la misma envergadura ni las mismas circunstancias. Por eso la silla y el escritorio deben ser ajustables, para que nuestra postura sea la más neutral posible”.
Muy importante también que el monitor del ordenador esté a la altura de los ojos para evitar hiper flexiones y tensiones en el cuello; usar un teclado y un ratón igualmente ergonómicos que reduzcan la fatiga en manos, muñecas y tendones, y dispositivos para que podamos atender llamadas y usar el móvil manteniendo la extensión natural del cuello o andando.
Los expertos en ergonomía dicen siempre que hay que moverse, no permanecer durante demasiado tiempo en la misma posición, levantarse cada hora para estirar las piernas, mover los músculos de la espalda y descansar la vista. Cada 20 minutos es conveniente mirar a lo lejos durante al menos 20 segundos.
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Un espacio para teletrabajar en orden
“El orden es una cuestión importante en los espacios de trabajo. No se trata de una mera cuestión práctica-funcional. Tiene mucho que ver también con la organización mental. El desorden, el ruido visual, nos molesta, nos distrae, nos hace sentirnos incómodos y, por lo tanto, impide que realicemos en condiciones óptimas nuestras tareas”, relata Rita.
Si bien es cierto que cada uno de nosotros tiene una tolerancia distinta, pues no todos reaccionamos igual ante el desorden y la falta de limpieza visual, por lo general un espacio limpio y ordenado, con cajoneras para guardar y retirar de la vista objetos, y estanterías para exponer objetos que nos gusten y evoquen buenos momentos, tiene efectos calmantes e inspiradores. ¡Cuidado con el siguiente aspecto! La experta comenta que, tampoco se trata de llenar de muebles y cajones ese espacio de trabajo. Hay que encontrar un equilibrio y una coherencia entre los elementos, para que la estancia sea además de funcional, estéticamente atractiva. Buen ejemplo de esta armonía es el despacho diseñado por Trenchs Studio.
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La importancia de la iluminación natural
La luz es uno de los factores más importantes en los espacios construidos, así lo entiende la neuroarquitectura. No solo porque tiene efectos visuales sino porque tiene otros muchos efectos no visuales, relacionados con nuestra salud biológica, rendimiento cognitivo y estado de ánimo.
“En los espacios dedicados a trabajar, necesitamos abundante luz natural para poder hacer nuestras tareas sin forzar la vista, evitando así la fatiga visual y los dolores de cabeza. Sabemos además que, que con una mayor exposición a la luz natural reducimos el cansancio; mejoramos los procesos cognitivos y el estado de ánimo; contribuimos a regular el reloj biológico y el sueño (si descansamos mejor, trabajamos mejor); fortalecemos nuestro sistema inmunológico para hacer frente a enfermedades y al estrés, y, en resumen, mejoramos la salud y bienestar de las personas”, detalla la experta.
Si una oficina doméstica no tiene suficiente luz natural, al poco tiempo, estamos deseando salir de ahí, y si pasamos mucho tiempo en ese espacio, podemos llegar a enfermar. Conviene que las zonas de trabajo estén cerca de ventanas y/o lucernarios, favoreciendo así además la entrada de aire, la ventilación de los espacios, que también tiene un impacto importante en la manera en la que realizamos nuestras tareas, y potenciar siempre que sea posible las vistas a la naturaleza (como parques y jardines) o la calle.
Por otra parte, también es importante señalar que debemos colocar nuestro puesto de trabajo de manera que la luz no provoque reflejos ni deslumbramiento, y por supuesto, dotar a esas ventanas que tenemos cerca de elementos que sirvan para regular la entrada de luz (toldos, cortinas, estores…) y, asimismo, con un correcto aislamiento térmico y acústico.
Este despacho totalmente volcado al exterior se equipa con diseños del bautizado como ‘constructor’, el francés Jean Prouvé, editados por Vitra.
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El diseño de la iluminación artificial
Es imprescindible que la iluminación artificial sea adecuada, porque nos sirve para llevar a cabo nuestro trabajo en óptimas condiciones cuando, por los motivos que sea, no disponemos de suficiente luz natural.
“Hay muchos aspectos para tener en cuenta, como el tipo de trabajo que vamos a realizar, las dimensiones del espacio, la distribución de los muebles, o si tenemos algún tipo de dificultad ocular… Todo cuenta y hay que estudiar cada caso en particular, si bien en términos generales la luz artificial debe imitar la temperatura y la intensidad de la luz natural, evitando fuertes contrastes para proteger nuestros ojos, y cambiando a medida que avanza la jornada, desde la mañana a la noche, desde la luz más cálida (en el amanecer y atardecer) a la más fría (a medio día) para respetar nuestros ritmos biológicos y por lo tanto nuestra salud. No olvidemos que la exposición en las últimas horas del día a la luz azul nos perjudica a la hora de conciliar el sueño”, afirma la experta en neuroarquitectura.
Por otro lado, además de contar con una adecuada iluminación general en el techo, también conviene instalar una luz directa sobre la mesa de trabajo (en este caso se sitúa un flexo en un escritorio de dimensiones contenidas, el modelo 'Araxi' de Kave Home). Una luz que no haga sombras en el plano en el que trabajamos y que no deslumbre ni produzca fatiga ocular. Podemos combinar del flexo para trabajar en papel con una iluminación indirecta para trabajar con la pantalla. Una correcta iluminación puede incrementar nuestra productividad hasta un 5%.
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Aplica el diseño biofílico
Hay cada vez más informes y nuevos hallazgos sobre el impacto que la naturaleza y el diseño biofílico tienen en nuestro bienestar y la productividad en el trabajo. Así pues, según Rita, este es otro de los factores indispensables en una zona de trabajo. Numerosos estudios han demostrado el impacto que tiene la ‘naturación’ de los espacios en nuestra salud física y mental. Aunque la creencia popular es que el diseño biofílico consiste en poner plantas en los espacios, es mucho más complejo. Se trata de conseguir que el entorno en el que trabajamos nos reconecte con la naturaleza, porque de esa forma los seres humanos nos sentimos más relajados, cómodos y felices.
¿Estamos hablando solo de integrar plantas naturales? Para nada, la experta propone también manejar materiales, elementos, formas y colores naturales. Además de procurar una conexión visual con la naturaleza (contemplación de plantas y jardines); una conexión no visual (con otros estímulos sensoriales); abundante luz natural y patrones biomórficos (formas y texturas que encontramos en la naturaleza, entre otros factores).
En la reforma de un piso en Barcelona, Egue y Seta crea la oficina en casa junto a un patio interior rebosante de plantas naturales.
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¿Qué colores resultan más acertados?
Aquí viene como anillo al dedo el dicho de que ‘para gustos, colores’. Y es que cada persona es diferente y tiene unas necesidades y gustos distintos.
Para el despacho desde luego se debe apostar por un color que guste al usuario o la usuaria, acorde a su estilo y, si utilizamos varios, que sean de la misma gama cromática para conseguir armonía visual y algún contraste con elementos en los que interese poner acento. En este ambiente de La Redoute Interieurs, por ejemplo, se pone en la alfombra.
Rita considera que, “para ambientes de trabajo funcionan muy bien los colores claros porque, además de crear ambientes tranquilos, aportan luminosidad y sensación de orden y limpieza. Todo esto mejora nuestra concentración y productividad. Mientras que una combinación de colores inadecuada puede alterar el estado de ánimo y la concentración”.
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El despacho adecuado para cada persona y profesión
La única regla en la neuroarquitectura es la total personalización. Es distinto el diseño del despacho en profesiones que requieren mucha creatividad (ilustradores, modistos, artistas) que en otras consideradas más ‘formales’, (como los abogados, notarios o contables).
“Potenciar la creatividad es uno de nuestros principales objetivos en Galöw, cuando aplicamos la neuroarquitectura. Y, como he comentado, cada persona y cada tipo de trabajo requiere un entorno ajustado a la tarea a realizar, porque en función de esa tarea pasaremos más o menos tiempo en el despacho, necesitaremos más o menos tiempo de concentración o más o menos atención al detalle; usaremos unas herramientas tecnológicas u otras…”, cuenta Rita.
No olvidemos además que cada persona tiene su forma de trabajar. Por ejemplo, muchos necesitan absoluto silencio en su entorno. Mientras que, sin embargo, hay otras personas que necesitan música para concentrarse… No hay una regla general que funcione para todo el mundo. Los parámetros que utilizamos como guía, necesitan ser adaptados en cada caso. En la propuesta, el despacho es para una mente artística y creativa; se equipa con el escritorio ‘Evrak’ y la silla ‘Sissi’, de la colección propia de Westwing.
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Dos teletrabajadores, ¿cómo lograr la ansiada armonía?
Rita tiene claro que lo primero, y esto es aplicable a todo, es hablar y entenderse. Ponerse de acuerdo sobre el lugar de trabajo que cada uno va a ocupar en la casa, y coordinarse para que las necesidades de uno no interfieran en las del otro.
Por supuesto que hay recursos para aislarnos en un momento determinado, cuando necesitamos, por ejemplo, mantener una reunión online. Lo recomendable es utilizar cascos y si es posible, mamparas y tabiques móviles que nos dan flexibilidad de uso y nos permiten dividir el espacio de manera funcional, aislándonos acústica y visualmente cuando necesitamos mayor privacidad. En este despacho para compartir de Actiu el separador es una mampara baja.
Podemos también reservar ciertas zonas de la casa para mantener videoconferencias o llamadas telefónicas, en función de las condiciones técnicas y la comodidad que nos brinden, y evitando así molestias a nuestro compañero.
Es importante tener un espacio propio, en una zona tranquila donde poderse concentrar y que permita separar el ámbito personal del laboral, aunque estemos en casa. Y, por supuesto levantarte, cada cierto tiempo, moverte, mirar por la ventana o salir a tomar un café a la terraza. “El sedentarismo es aún más peligroso cuando se trabaja en casa, por lo que desde la arquitectura saludable siempre proponemos alternativas (como trabajar con mesas que se elevan para poder trabajar o reunirnos estando de pie, e incluso hacer algunos estiramientos)”, advierte la neuroarquitecta.
El entorno debe contribuir a la ‘armonía laboral’ y a la productividad. Así pues, elementos como las alfombras y otros revestimientos absorben el ruido, contribuyendo al confort acústico, sin olvidar el resto de los factores que mejoran nuestro bienestar físico y mental: luz (adaptada a cada puesto de trabajo); confort higrotérmico, calidad del aire, mobiliario, colores, biofilia, ergonomía, vistas…
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Zona de estudio en la habitación de los hijos
Por último, ¿las guías generales para crear un despacho en el diseño de un rincón de estudio para un joven usuario? En general sí, teniendo en cuenta las particularidades citadas por horarios, funciones, características físicas, gustos, etc. Quizá ahora los jóvenes son más exigentes en cuanto a la singularidad o estética de sus espacios de trabajo. Así es que, en el despacho de un joven, podríamos arriesgar más en colores, texturas, imágenes… Crear un entorno muy visual, inspirador y único puede hacer que a los jóvenes usuarios le apetezca más pasar tiempo en una zona de trabajo diseñada a su medida. Espacios que potencien su creatividad y mejoren su concentración, como el de la imagen, ideado por la interiorista Júlia Brunet.
Y, aunque es una recomendación para todos, “a los jóvenes habría que insistir especialmente en la necesidad de prescindir de las pantallas, móviles y ordenadores durante unas horas antes de irse a dormir, para garantizar una buena calidad de sueño y descanso”, aconseja Rita.
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