9 ejemplos de cómo una alfombra es capaz de 'elevar' la decoración de tu casa

Aunque pienses que su limpieza puede ser algo engorrosa y que es un imán para la suciedad, lo cierto es que una alfombra tiene muchas más ventajas que desventajas. Aporta calidez, ayuda a separar ambientes, hacen la pisada más mullida, actúan como aislantes térmicos y acústicos, protegen el suelo...

¿Te parece poco? Pues sí, porque también son clave para aportar estilo, color y confort. ¡Estos 9 ejemplos lo demuestran! 

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Úsala para potenciar la luminosidad

Todos y cada uno de los elementos decorativos de tu casa son clave para conseguir un ambiente más luminoso. Y, por supuesto, también las alfombras. Así, las lisas de colores neutros y claros suelen ser la mejor alternativa para conseguirlo. Si quieres una opción que aporte un toque de personalidad y estilo, elige un modelo con un ribete de un color más oscuro. Se trata de una opción atemporal que vestirá tu casa, aunque cambie su estilo. 

Aquí la interiorista Laura Yerpes ha colocado una alfombra beige con ribete rojo a juego con el tapizado del sofá y los cojines, pero también con las sillas tapizadas que visten el comedor. ¡Qué acierto!

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Elígela con textura

Hay muchos tipos de alfombra: de pelo corto, largo, de lana, fibra natural, sintéticas, de vinilo y hasta con relieves. Si estás buscando una opción que dé calidez, pero al mismo tiempo aporte textura y personalidad a la estancia, apuesta por una de estas últimas. Su estilo es capaz de elevar la decoración y dar un toque único y sofisticado a la estancia. 

Esta que ha colocado el interiorista Alberto Torres en este salón es de Salgueiro y su estampado geométrico con relieve ayuda unificar los elementos que componen este salón. 

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Se llevan las alfombras étnicas

Una de las tendencias cada vez más extendidas son las alfombras de estilo étnico. Quedan genial en salones, dormitorios y comedores gracias a su aspecto cálido y luminoso. Llaman la atención sus estampados geométricos y patrones de rayas en color gris o negro, generalmente sobre un fondo blanco o beige. 

En este salón decorado por el equipo de Brákara Studio, la alfombra étnica contrasta con el sofá en gris marengo, ayudando, además, a llenar de luminosidad el salón. Además, en este caso, al ser los suelos de un porcelánico oscuro, el efecto se ve acentuado. En definitiva, una alfombra bereber es una buenísima opción para dar luz cuando el salón tiene poca luminosidad o el mobiliario y superficies son de colores oscuros. 

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Rompiendo la linealidad

Si quieres romper con la imagen sobria y encorsetada de un espacio en el que predominen las líneas rectas, nada como colocar un elemento de formas curvas. Y una alfombra redonda o semicircular es una alternativa perfecta. 

En este salón, decorado por el equipo de Mugarri Interiorismo y con mobiliario de Tegar, la alfombra marrón de líneas redondeadas sirve para quitarle sobriedad a las líneas rectas del mobiliario y la forma de la planta. Una opción atrevida, pero muy eficaz. 

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El plus perfecto para vestir el salón

Uno de los elementos que no puede faltar en el salón para dar calidez es una alfombra. Y este salón es una buena muestra de ello. Aquí, esta estancia está conectada con otra y es, precisamente, la alfombra la que se encarga de diferenciar los espacios y conseguir subir la temperatura. De nuevo se trata de una alfombra bereber que, con su color blanco, estampado geométrico y pelo largo, ilumina el espacio y amortigua la pisada.

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Úsalas para separar espacios

En estancias donde hay más de un uso, por ejemplo, el comedor y el salón o una zona de estudio, las alfombras son clave para que el espacio no solo no se vea vacío, sino que también ayudan a dar calidez, textura y, por supuesto, a elevar el nivel decorativo del espacio. 

En este tipo de casos, las opciones son muchas. Puedes elegir alfombras distintas, aunque de las mismas gamas cromáticas, para que la decoración del espacio esté más engamado. Pero si quieres mantenerte fiel al estilo que has elegido, lo ideal es que selecciones alfombras similares.

Un buen ejemplo es este salón abierto al comedor donde ambos espacios presumen de la misma alfombra de fibra natural y que, además, se encarga de separar los distintos usos. Se trata de un espacio decorado por el equipo de Arc Disseny. 

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Viste tus suelos con estilo

Una de las cosas que más nos gusta de las alfombras es que son capaces de dar personalidad y potenciar el estilo de la decoración. Pero el tamaño del modelo que elijas es primordial para conseguirlo. En el salón es importante que cubra casi toda la zona del estar, de forma que las patas delanteras del sofá queden por encima de la alfombra. 

En cambio, si hablamos de la alfombra del dormitorio, tienes más opciones. Puedes elegir una grande que vaya de lado a lado de la cama y que amortigüe la pisada a ambos laterales. Pero también se pueden colocar otras más pequeñas a los laterales y el pie de la cama. 

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Una oda al color

Por supuesto que una alfombra de colores neutros y claros es la mejor opción para conseguir un espacio luminoso, pero hay personas para los que este tipo de decoración resulta aburrida. Los amantes del estilo ecléctico se sentirán más conformes una alfombra de colores. Será la mejor opción para llevar la alegría y un aspecto más desenfadado a tu hogar. 

En este salón, el interiorista Mikel Irastoza se decantó por una alegre alfombra de rayas blancas y en distintas tonalidades de azul que potencian ese look ecléctico del salón. 

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Un plus en el dormitorio infantil

En la habitación infantil la alfombra tiene un significado y uso distinto que en el resto de la casa. Y es que en el cuarto de los niños, la alfombra es mucho más que un elemento que ayuda a subir el nivel. Se trata también de una pieza sirve para que los peques jueguen cómodamente en el suelo, protegidos de la frialdad del suelo. 

Las encontrarás con formas infantiles y muy mullidas para que hagan las delicias de los niños, pero hay alternativas más atemporales que les podrán acompañar durante toda la infancia y también se encargarán de vestir tus suelos y proteger su pisada.

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