El malvavisco (Althaea officinalis), también conocido como ‘malva de los pantanos’, es una planta herbácea que, como ya habrás imaginado, pertenece a la familia de las Malvaceae.
Se trata de una especie que, además de cultivarse como planta ornamental para el jardín, también tiene muchas aplicaciones medicinales y un uso de lo más dulce: con su raíz se elaboran los deliciosos caramelos de malvavisco que seguramente habrás probado alguna vez.
Una belleza tranquila
No se trata de una planta espectacularmente bella. No es exótica, sino más bien silvestre, pero sus hojas son de un verde brillante y fresco, y sus flores son de un delicado color malva suave, casi blanco.
El malvavisco (Althaea officinalis) se hará un hueco por mérito propio en tu jardín, porque te va a cautivar con su belleza sencilla y natural. Con su porte espigado y su tamaño, que oscila entre 1 m y 1,5 m, es una planta perfecta si quieres darle a tu jardín un aire campero.
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La delicadeza de una flor
Aunque ya hemos comentado que el malvavisco no es una especie demasiado llamativa, destaca su follaje perenne de hojas triangulares, puntiagudas, con bordes dentados, textura aterciopelada y un bonito color verde.
También nos sorprende la belleza sutil de sus flores que surgen de forma abundante a mediados del verano. Son blancas o de un rosa o malva muy tenue, capaces de decorar cualquier rincón del jardín, o de la terraza si la cultivas en maceta.
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El clima que le gusta al malvavisco
Este es uno de los cuidados que debes tener en cuenta si quieres cultivar malvavisco en tu jardín. Es una planta a la que le gustan las temperaturas y los climas templados (incluso calurosos), como el mediterráneo. Por eso no le importa estar a pleno sol: bajo los rayos cálidos del astro rey se desarrolla más y mejor.
Para conseguir que esté más confortable, tanto en verano como en invierno, puedes hacer un buen acolchado con algún material como paja o corteza de pino, que proteja las raíces de la planta del frío intenso (durante los meses invernales) y evite que el terreno pierda humedad (en la época estival).
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En el mejor terreno
¿Cómo es el suelo que prefiere el malvavisco? Para empezar, diremos que esta planta requiere de suelos fértiles, ricos en materia orgánica que puedan proporcionarle los nutrientes que necesita para crecer.
Pero tiene también otras exigencias: es muy importante que el terreno esté húmedo, aunque no encharcado. De hecho, el malvavisco crece de forma silvestre cerca de los ríos y en zonas pantanosas. Esta humedad es muy importante para el correcto desarrollo del malvavisco, por lo que en verano debes estar vigilante y aportar el agua necesaria para que no se seque en exceso.
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Que no pase sed
El riego es uno de los cuidados importantes a la hora de cultivar malvavisco en el jardín. Si normalmente la consigna es no excederse con el aporte de agua que hacemos a las plantas, en el caso del malvavisco lo importante es que reciba la suficiente (siempre sin encharcarlo, por supuesto).
Los riegos deben ser profundos, abundantes, capaces de proveer al terreno de la humedad que le gusta a esta planta. Necesita especial atención en cuanto al riego durante su primer año de vida, hasta que la planta se establezca correctamente.
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¿Cuándo hay que sembrar el malvavisco?
Esta planta se suele reproducir a partir de semillas y el momento de plantarlo depende del clima de la zona. Si vives en una región de inviernos suaves, puedes sembrar las semillas en otoño para que tus plantas florezcan el siguiente verano. Por el contrario, si en la zona donde vives el invierno es riguroso, es mejor sembrar los malvaviscos en primavera.
Antes de hacerlo, pon las semillas a remojo en agua durante unas 48 horas. Después escúrrelas y siémbralas antes de que se sequen. Plántalas en el terreno del jardín dejando entre ellas una distancia de entre 30 y 50 cm.
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¿Hay que abonar?
La Althaea officinalis no requiere un abonado especial, pero le vendrá bien que, antes de sembrar las semillas, añadas materia orgánica que aporte al terreno los nutrientes que necesita la planta.
También puedes darle una buena dosis de energía con un abono adecuado durante las semanas de floración, en verano. Eso sí, tendrás que suspender la fertilización al llegar el otoño, cuando la planta se prepara para entrar en periodo de reposo vegetativo.
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Los beneficios de la poda
Aunque no es una tarea indispensable para cultivar malvaviscos, la poda es un cuidado que beneficiará el desarrollo de las plantas. Para empezar, retirar las flores marchitas ayuda a potenciar la floración.
Además, una poda a principios de la primavera ayuda a vigorizar la planta, le da energía y evita su crecimiento desmedido.
Un consejo: elimina las ramas que crecen hacia el interior, de forma que la luz pueda llegar a todas las zonas de la planta.
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Una planta con usos medicinales
El malvavisco es una planta con propiedades curativas que se usa desde tiempos remotos para tratar dolencias relacionadas con las vías respiratorias, entre ellas la bronquitis o la tos. Se usan las hojas, las flores y la raíz, preparadas en infusión o en jarabe. Además, el malvavisco se utiliza también para proteger y estimular el sistema inmunitario. Todas estas propiedades son, sin duda, una razón más para cultivar esta planta en tu jardín.
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