Aunque tengas un jardín y hayas plantado arbustos, macizos de flores y diversas plantas directamente en el terreno, siempre es interesante explorar la plantación de ejemplares en contenedor, ya se trate de grandes maceteros o recipientes más pequeños. Pero, ¿sabes qué cosas debes tener en cuenta a la hora de elegir macetas para tus plantas que están en el exterior? Te lo contamos punto por punto.
Una solución redonda
Plantar especies vegetales en maceta y tenerlas en el exterior es una forma genial de multiplicar los cultivos de plantas y flores en el jardín, y también en el porche o la terraza. No solamente podemos decorar estos espacios de exterior con las plantas en macetas, sino que en determinados espacios como el porche o en una terraza pavimentada no es posible cultivar de otra manera.
Una idea genial que resulta muy atractiva es combinar las especies plantadas en el suelo con otras cultivadas en contenedor para crear espacios exteriores frondosos, modernos y alegres.
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Para especies frioleras
Cultivar plantas en macetas en el jardín, de forma que estén la mayor parte del año en el exterior, es una solución muy lógica y adecuada para esas especies que no soportan las temperaturas extremas.
Puede que estas plantas disfruten de estar al aire libre durante la primavera, el verano e incluso el otoño, pero al llegar las primeras heladas del invierno comienzan a pasarlo mal, ya que no soportan el frío. Si las cultivas en contenedor podrás trasladarlas al interior de casa en este momento, donde seguirán creciendo protegidas de las bajas temperaturas.
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Un sitio mejor
Esta posibilidad que aporta el hecho de cultivar plantas en contenedor en el jardín es una ventaja en muchos aspectos. Además de poder pasar las plantas al interior en los meses más fríos del año como hemos explicado, también nos permite cambiar de sitio algunas especies por otros motivos además de la temperatura.
Un ejemplo son esas plantas que necesitan más luminosidad durante el invierno, ya que en esa estación sí toleran estar a pleno sol, mientras que en verano prefieren la sombra parcial y evitar los rayos directos del astro rey. Si las tienes en maceta podrás cambiarlas de ubicación dentro del jardín para que estén más a gusto. Ellas te lo agradecerán derrochando belleza y salud.
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Macetas más resistentes
Una característica que debes tener en cuenta a la hora de elegir tus macetas para exterior es la resistencia de las mismas. Los contenedores que pongas en el jardín han de ser más duras que las que se usan dentro de casa, ya que deben soportar las condiciones climatológicas adversas a las que están expuestas.
Como rasgos principales debes tener en cuenta que sean materiales que soporten las heladas y los cambios de temperatura, sobre todo si en la zona donde vives hace mucho frío en invierno.
También debes elegir un material para las macetas que no se deteriore en exceso con los rayos del sol. Evita las metálicas que, aunque resistentes, se pueden recalentar demasiado en verano si hace mucho calor, lo que dañaría las raíces de las plantas.
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Los materiales más adecuados
Para empezar, lo primero que debemos saber es que hay muchos materiales para macetas de exterior entre los que optar. Algunos serán mejores que otros en función del clima de la zona o de las características de tus plantas. Puedes elegir entre macetas de barro, zinc, plástico, resina, madera, hormigón, etc.
En espacios como terrazas conviene utilizar macetas ligeras que no pesen mucho, fabricadas en materiales como la resina o el plástico. Son modernas, resistentes a los agentes atmosféricos y, además, mantienen muy bien la humedad de la tierra (lo que es beneficioso para algunas plantas). Están disponibles en multitud de formas, colores y acabados para que elijas las que mejor le van a tu espacio.
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¿Grandes o pequeñas?
El tamaño de la maceta que tienes que comprar dependerá del tipo de planta que vas a cultivar en ella. Si se trata, por ejemplo, de plantas muy altas como, por ejemplo, un arbolito, es necesario elegir macetas redondas y con una base estable, ya que si te decides por una maceta rectangular y estrecha, el aire podría derribarla.
- Macetas grandes, de unos 50 cm de diámetro: en general, son adecuadas para plantas altas que superen 1 m de altura aproximadamente. En ellas puedes plantar arbustos, pequeños arbolitos, varias plantas juntas de tamaño medio y aquellas especies con un sistema radicular complejo y grande, que necesiten mucha profundidad para desarrollarse.
- Macetas pequeñas, de unos 30 cm de diámetro: son las mejores para plantas de temporada y en general para especies que no superan los 50 cm de altura. En este grupo podemos incluir los bulbos y la mayoría de las crasas y suculentas.
Un consejo: ¿Quieres una regla para saber qué profundidad han de tener tus macetas? Calcula un tercio de la altura de la planta, una vez haya crecido del todo.
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El drenaje, una cuestión fundamental
Se trata de una cuestión fundamental en todo tipo de macetas, y mucho más cuando son contenedores que van a estar en el jardín, a la intemperie. Al estar expuestas a la lluvia no podremos controlar tan fácilmente la cantidad de agua que reciben, por lo que es muy importante que las macetas estén preparadas para expulsar el agua sobrante.
Deben contar con agujeros de drenaje en el fondo. Revisa que estos agujeros son lo suficientemente grandes y no están obstruidos. Si las macetas que has comprado no tienen agujeros, puedes hacerlos tú mismo con un taladro.
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Prepara tus macetas antes de sembrar
Tan importante como elegir la maceta adecuada en cuanto al tamaño o al material, es prepararla de forma correcta antes de empezar las plantaciones. Al hacerlo, conseguirás evitar o al menos disminuir el riesgo de encharcamientos, tan perjudiciales para la raíces de tus plantas.
Una vez te hayas asegurado de que los agujeros de drenaje no están obstruidos, coloca en el fondo de la maceta una base de arlita o de bolas de arcilla. De esta forma mejorarás su capacidad de expulsar el agua de riego sobrante. También es muy importante elegir un sustrato de calidad adecuado al tipo de planta que vas a cultivar.
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Macetas de barro: un clásico que no pierde vigencia
El barro o la terracota es un material perfecto para macetas y contenedores ya que, además de ser muy decorativo, está disponible en multitud de formas y tamaños. Es económico y muy versátil y ofrece una ventaja genial: como es un material muy poroso permite la transpiración y la evaporación del agua, lo que beneficia a determinadas especies que no toleran los encharcamientos en el sustrato. Eso sí, deberás vigilar en verano que tus plantas no pasen sed.
Un consejo: evita las macetas de barro si vives en una zona de clima muy frío e inviernos rigurosos, ya que es un material que no soporta bien las heladas y los cambios bruscos de temperatura.
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