Así puedes cultivar la cheflera en casa y conseguir que esté espectacular

La cheflera (Schefflera arboricola) es una planta de origen tropical que, aquí en España, se cultiva con mucho éxito como especie de interior. Aunque no florece, sus hojas son de una belleza especial, poco común. Descubre cómo has de tratarla para que crezca feliz.

¿De interior o de exterior?

La cheflera o Schefflera es una planta que pertenece a la familia de las Araliáceas. El género comprende cerca de 150 especies, dentro de las cuales las más conocidas son la Schefflera actinophylla y, sobre todo, la Schefflera arboricola que es la especie a la que pertenecen la mayoría de las chefleras que se cultivan aquí dentro de casa.

Esta planta es originaria de latitudes tropicales y procede, entre otros lugares igualmente remotos, del sur oriental de Asia, de Taiwan y de ciertos puntos de Nueva Zelanda. Más que la procedencia en sí, nos interesa el tipo de lugares en que crece de forma natural, ya que sus características van a marcar la forma en que tendremos que cultivar esta belleza vegetal. En todos los casos se trata de enclaves tropicales, cálidos y húmedos.

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Una belleza original

La cheflera (Schefflera arboricola Gold Capella) es una planta muy decorativa que añadirá naturalidad y frescor a tu salón, a pesar de que no florece. Su mayor encanto reside en su follaje perenne, de hojas palmeadas y variegadas, que combinan tonos verdes y amarillos.

Al tratarse de una especie arbórea posee tallos fuertes, aunque flexibles, que pueden trenzarse en ocasiones. Aunque en interior no crece tanto como cuando se cultiva al aire libre, la cheflera es una planta que crece bastante.

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Luz abundante, pero indirecta

Hay plantas de origen tropical que prefieren crecer en lugares umbríos y poco luminosos. No es el caso de la cheflera a la que le gusta contar con abundante luz natural, aunque esta debe ser indirecta, ya que los rayos directos del sol podrían quemar su follaje.

Una consecuencia directa de la falta de luz es que sus hojas pierden los matices amarillos tan decorativos y comienzan a caer. Si esto le pasa a tu planta, búscale de inmediato un emplazamiento más luminoso.

Un consejo: a la hora de ubicarla, procura que no esté cerca de radiadores o cualquier otra fuente de calor que pueda resecar el ambiente.

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¡Cuidado con el frío!

Como buena planta tropical, a la cheflera no le gusta nada el frío. Es más, necesita estar en un entorno lo suficientemente cálido para sobrevivir, cuya temperatura se encuentre esté por encima de 12ºC y por debajo de 25ºC. Si bien soporta mejor el calor, con el frío la cosa es diferente, ya que le perjudica mucho. Por eso en lugares de clima frío debes mantenerla dentro de casa durante el invierno (en verano puedes tenerla en el exterior, en una terraza o en el jardín).

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El sustrato, aireado y con buen drenaje

A la hora de plantar tu cheflera en una maceta debes acertar con el sustrato. Para ello elige una tierra específica para plantas verdes, rica en nutrientes, ligera y aireada y capaz de presentar un buen drenaje. Este último punto es esencial, ya que se trata de una planta que no tolera el encharcamiento de la maceta.

Un consejo: una vez al año, mejor en otoño, renueva la capa superficial del sustrato. Retira unos 5 cm de tierra y sustitúyelos por sustrato nuevo enriquecido con materia orgánica.

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¿Cómo la riego?

Si eres fan de las plantas de interior ya sabrás que el riego es uno de los cuidados esenciales que hemos de darles a las plantas y, seguramente, el más difícil de llevar a la práctica.

En el caso de la cheflera, esto no es distinto. Es importantísimo regarla adecuadamente, sin excesos que la perjudiquen. Se trata de una planta que requiere un riego escaso, especialmente en invierno cuando apenas necesita agua. Por eso riégala con moderación, vigilando el sustrato para que no se encharque.

Un cuidado que sí debes darle es pulverizar sus hojas con frecuencia, ya que necesita humedad ambiental. Además, de este modo las limpiarás de polvo lo que le viene bien a la planta para poder hacer la fotosíntesis adecuadamente.

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Un buen aporte de energía

Como la mayoría de las plantas de interior, la cheflera agradece una dosis de abono al llegar la primavera. Para ello deberás fertilizarla entre los meses de marzo y octubre con un abono líquido especial para plantas verdes diluido en el agua de riego. La frecuencia correcta suele ser cada dos semanas, pero lo mejor es seguir las instrucciones del fabricante.

También puedes clavar en la tierra una barrita de abono de liberación lenta, en lugar de usar abono líquido. Escoge una de las dos opciones, nunca ambas a la vez. El exceso de fertilizante perjudica a las plantas.

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¿Hay que trasplantar la cheflera?

La respuesta a esta pregunta es sí. Como hemos mencionado, es una planta de crecimiento rápido por lo que necesitará que la cambies de maceta cada dos años aproximadamente.

Aprovecha el trasplante para renovar el sustrato, sustituyéndolo por uno nuevo más rico en nutrientes. Para controlar el crecimiento de la cheflera tendrás que podar sus ramas de vez en cuanto.

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Los insectos, bajo control

Si te esmeras en cuidar tu cheflera y consigues que esté saludable, ella ofrecerá una gran resistencia natural ante las plagas. El problema surge cuando alguno de sus cuidados no se tiene en cuenta, ya que entonces la planta sí puede ser objetivo de insectos dañinos.

Las plagas más habituales que afectan a la cheflera son la cochinilla y la araña roja. En el primer caso, si detectas insectos, deberás quitarlos con un algodón mojado en alcohol. En caso de que la plaga sea de araña roja deberás conseguir que aumente la humedad ambiental, ya que estos insectos suelen aparecer en entornos secos. En ambos casos deberás controlar la plaga con un insecticida acaricida.

Un consejo: para prevenir las enfermedades fúngicas provocadas por hongos vigila que la planta no se encharque al regarla.

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