Las plantas de interior precisan de un mantenimiento para prosperar cultivadas en maceta, donde disfrutan de unas condiciones muy distintas respecto a las que suelen encontrarse en plena naturaleza. ¿Sabías que los tejidos vegetales están compuestos por entre un 80 y un 90% de agua? Por supuesto, como ser vivo que son, el riego es una tarea vital para que las plantas se sientan felices, al no recibir el aporte hídrico de la lluvia o la bruma, por ejemplo.
En esta completa guía te describimos los distintos sistemas de riego, que te permitirán no tener especies botánicas sedientas en casa.
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Riego por arriba
La técnica de riego por arriba es la más habitual y consiste en, con una regadera, verter agua directamente sobre el sustrato. Te aconsejamos que riegues la planta de forma uniforme, asegurándote de que el agua llegue a todas las partes del sustrato y evitando que las hojas o las flores tomen contacto con el agua. Además, pasados cinco minutos, recuerda revisar el platillo y, si hay agua acumulada, retírala.
Este tipo de riego suele utilizarse para plantas que tenemos en casa, como potos (Epipremnum aureum), filodendros (Philodendron), calateas (Calathea), peperomias (Peperomia spp.) o sansevierias (Sansevieria trifasciata, en la imagen).
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Riego por inmersión
En este caso, hay que sumergir el cepellón en agua durante uno minutos, para que la tierra se empape bien de agua. Este sistema es apropiado para las kokedamas, las orquídeas (Orchidaceae), las plantas con tallos muy tiernos y carnosos, muchas especies que no toleran el follaje mojado (por ejemplo, las que presentan un follaje aterciopelado), así como la mayoría de los ejemplares en forma de roseta.
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Pulverizar agua
En jardinería los dos riegos más comunes son el de por encima (que simula el fenómeno natural de recibir agua por la lluvia) y el de inmersión, aunque también se puede aplicar agua con una pistola rociando suavemente la planta.
¿Qué plantas de interior pueden beneficiarse de este método? Las que piden a gritos un alto grado de humedad, como plantas de hojas grandes y gruesas, tipo monsteras (también llamada costilla de Adán o por su nombre científico Monstera deliciosa), pachiras (Pachira aquatica), aves del paraíso (Strelitzia) o ficus (Ficus lyrata). Este método puede ayudar a limpiar el polvo y los residuos de las hojas, aunque es importante evitar mojar excesivamente las hojas, especialmente en plantas susceptibles a enfermedades fúngicas, y asegurarse de que el sustrato se humedezca adecuadamente durante el riego.
Otro método alternativo: el riego a través del plato
El riego en plato, también conocido como riego por capilaridad o fondo, es una alternativa y perfecta para especies que no soportan el exceso de riego y los encharcamientos. Consiste en poner agua en el platillo de la planta para que la planta absorba el agua a través de los agujeros de drenaje de la maceta. Tras dejar un tiempo el agua, cuando la planta está bien hidratada, se retira la sobrante.
Este método se emplea habitualmente para los ciclámenes (Cyclamen), los bulbos o algunas suculentas.
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¿Conoces las macetas de autorriego?
Las macetas de autorriego son recipientes diseñados con un sistema que permite a las plantas absorber agua según sus necesidades, sin la necesidad de regarlas constantemente. Estas macetas suelen tener un depósito de agua en la parte inferior y una mecha o mecanismo que permite que el agua se transporte hacia el sustrato de la planta de manera gradual.
Esta es una solución especialmente adecuada cuando debes marcharte de vacaciones o si sueles pasar largos periodos de tiempo fuera de casa. Lo interesante del modelo de maceta de la imagen, de Latina, es que la ventana permite comprobar si queda agua o debe recargarse el depósito.
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Soluciones ‘inteligentes’
Las tecnologías más modernas también permiten el cultivo de plantas sin sustrato, solo con agua. En la propuesta vemos un kit de cultivo hidropónico para interiores de la firma a Click & Grow, en la que al agua se le añaden nutrientes.
El dispositivo cuida de las plantas por ti, haciendo que los ejemplares botánicos reciban la luz y el agua que necesitan, con asesoramiento mediante app acerca de los consejos de cuidado. Se trata de una solución ideal para hierbas aromáticas en la cocina, así como flores como petunias (Petunia hybrida) y pensamientos (Viola x wittrockiana).
Más cuestiones para tener en cuenta
Debes tener en cuenta que, a diferencia de las que están plantadas directamente en el jardín, las plantas cultivadas en maceta (u otros recipientes como las jardineras) necesitan más agua porque el sustrato es limitado y se evapora antes.
Por otra parte, hay dos horas perfectas para regar tus plantas: a primera hora del día y a última de la tarde. Las flores de la imagen son kalanchoes (Kalanchoe blossfediana) de Flower Council’s.
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¿Puedo usar cualquier agua?
Para regar tus plantas el agua corriente suele ser conveniente, mejor si la dejas reposar durante unas horas para que el cloro se evapore y el agua alcance la temperatura ambiente. No obstante, hay plantas muy sensibles a elementos como la cal, con las que resulta preferible emplear agua de lluvia que hayas recolectado con dicho fin.
Por si no lo sabías, también puedes usar el agua de la cocción de vegetales o para lavar frutas y verduras, siempre y cuando no contenga aditivos como sal, bicarbonato o jabones y la temperatura sea ambiente, para no perjudicar a la planta. El agua es un bien escaso, así que estas formas de aprovecharla resultan muy interesantes siempre (no únicamente en temporada de sequía), pues son medidas sostenibles.
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