La portulaca, conocida también como flor de seda, es una planta suculenta de origen tropical muy popular en la jardinería debido a su exuberante floración y su capacidad para desarrollarse hasta en las condiciones más adversas. Si, además, estás buscando una planta tapizante con una larga y espectacular floración, la portulaca es perfecta para ello. A esto se suma su amplia gama de colores y fácil cuidado, que convierte a esta planta suculenta en una opción popular para jardineros principiantes y expertos. Te contamos cuáles son los tipos más populares, características, origen y hasta los cuidados necesarios para cultivarla en tu jardín.
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Origen y características
La Portulaca una familia de plantas nativa de regiones tropicales y subtropicales de América del Sur que se ha extendido por todo el mundo debido a su resistencia y atractivo ornamental. Esta planta suculenta se caracteriza por sus tallos carnosos y ramificados, que forman densas matas de follaje. Sus flores, que pueden ser simples o dobles, se presentan en una amplia gama de colores, incluyendo rojo, rosa, amarillo, naranja y blanco. Pero su principal característica es su larga floración. Y es que la portulaca florece abundantemente durante toda la primavera y verano, añadiendo un toque vibrante a cualquier jardín.
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Tipos de portulaca
Existen varias especies y variedades de portulaca, cada una con sus propias características únicas, aunque con cuidados muy similares. Algunas de las más populares incluyen la portulaca grandiflora, conocida por sus flores grandes y llamativas; la portulaca umbraticola (en la imagen superior), que tiene una mayor tolerancia a la sombra; y la portulaca pilosa, que se distingue por su follaje peludo y flores pequeñas pero coloridas.
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Ubicación y temperatura
Si estás pensando en incluir la portulaca en tu jardín, ten en cuenta que prefiere una ubicación soleada y cálida, donde pueda recibir al menos seis horas de luz solar directa al día. La Portulaca prospera en temperaturas diurnas que oscilan entre los 20 y los 35 °C. Incluso puede sobrevivir a temperaturas superiores a los 35 °C, siempre y cuando se le proporcione suficiente agua y se evite la sequía extrema. En cuanto a las temperaturas nocturnas, la Portulaca puede tolerar noches más frescas, incluso cercanas a los 10 °C, especialmente si el suelo se mantiene cálido durante la noche. Sin embargo, temperaturas por debajo de los 5 °C pueden resultar dañinas para esta planta suculenta, ya que es sensible a las heladas y puede sufrir daños en sus tejidos debido al frío extremo.
¿Cuándo se riega la portulaca?
Una de las características más destacadas de la portulaca es su capacidad para sobrevivir en condiciones de sequía. Esta planta suculenta almacena agua en sus tallos y hojas, lo que le permite resistir períodos prolongados sin riego. Sin embargo, durante los meses más calurosos del año, es recomendable regarla de manera regular, pero moderada, permitiendo que el sustrato se seque entre riegos para evitar problemas de pudrición de raíces.
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Sustrato y abono
La Portulaca prefiere suelos bien drenados y ligeramente alcalinos, aunque se adapta fácilmente a una amplia variedad de sustratos, incluyendo suelos arenosos, pedregosos y arcillosos. En cuanto al abono, se recomienda aplicar un fertilizante equilibrado de liberación lenta durante la temporada de crecimiento para promover una floración exuberante. Sin embargo, es importante no excederse con el abono, ya que esto puede provocar un crecimiento excesivo de follaje en detrimento de las flores.
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Otros cuidados de la portulaca
Además de los cuidados básicos ya mencionados, la Portulaca no requiere mucho más en términos de atención. Sin embargo, se puede estimular una floración más abundante mediante la eliminación regular de las flores marchitas y la poda ligera de los tallos más largos. También es importante proteger la planta de las heladas severas y proporcionarle un soporte si se cultiva en macetas colgantes para evitar que los tallos se rompan.
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Reproducción
La portulaca se reproduce fácilmente por semillas o por esquejes. Las semillas pueden sembrarse directamente en el suelo después de la última helada, mientras que los esquejes se pueden tomar de los tallos sanos y plantarse en un sustrato bien drenado. La propagación por esquejes tiende a ser más rápida y confiable, produciendo plantas idénticas a la planta madre en un corto período de tiempo.
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Plagas y enfermedades más comunes
La Portulaca es generalmente resistente a enfermedades y plagas, pero puede verse afectada por problemas como el mildiu, la pudrición de la raíz y los ácaros. Para prevenir estas enfermedades, es importante proporcionar una buena circulación de aire alrededor de la planta y evitar el exceso de riego. En caso de infestación de plagas, se pueden aplicar tratamientos orgánicos como el jabón insecticida o el aceite de neem para controlar la situación.
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