El jardín en 2024 tiene como códigos la sostenibilidad y la libertad estilística

La popularidad de los jardines sostenibles hará que esta premisa de diseño siga guiando los proyectos paisajísticos durante 2024. ¿De qué modo se materializa? Con un enfoque de una adecuada selección botánica (con plantas con buen desarrollo en la zona climática y pocas necesidades de riego y mantenimiento), materiales sostenibles, como el bambú y la madera, y la reducción o incluso reutilización de residuos (por ejemplo, las hojas secas sirven para el compostaje y unos neumáticos viejos se pueden trasformar en unos originales portamacetas).

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Adiós a la impulsividad

Decimos adiós a la cultura del 'usar y tirar' y por ello ya no se piensa que todas las plantas son iguales o se seleccionan simplemente por su estética, sino que se tiene en cuenta la orientación de la parcela, el viento que recibe, el tipo de sustrato… Así cultivaremos plantas sanas, fuertes y vistosas evitándonos el disgusto de que no prosperen en el clima de nuestra zona.

Y para ‘elevar el nivel’ se generarán estudiados puntos focales como, en este proyecto de las paisajistas Clara Muñoz-Rojas y Belén Moreu, mediante una preciosa escultura expuesta en un pedestal.

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Definitivamente, el jardín naturalizado arrasa

¿Cómo pretender ‘domesticar’ la naturaleza? Los espacios estáticos y muy controlados por los jardineros son cosa del pasado, en 2024 dominará la corriente new perennial que aboga por unos exteriores naturalizados, muy juguetones.

Este estilo se centra en la utilización de plantas perennes (aquellas que viven más de dos años, en lugar de las de un ciclo de vida más corto) para crear paisajes sostenibles y de bajo mantenimiento con un aspecto natural y silvestre. Las especies vegetales deben desarrollarse libremente, en movimiento (como muestra este proyecto de Ábaton), y no de forma encorsetada.

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Todo al verde

Las cubiertas verdes comenzarán a ser más numerosas en 2024, por motivos estéticos y ecológicos. ¿Qué ventajas principales ofrecen los techos vegetales? Son una solución natural que absorbe el ruido, la contaminación y actúa como termorreguladora (se ganan grados en invierno y rebaja la temperatura en verano). Además, drena el agua de lluvia. Y tanto su instalación como el mantenimiento es fácil.

Estos techos vegetales están arraigando sin importar de que se trate de cubiertas planas o inclinadas (esta es de Ecovegetal) y en el caso de los techos practicables que crean nuevos espacios de vida, en ocasiones se aprovecha para cultivar allí un huerto, aunque, si es así, hay que tener en cuenta que es más pesado un huerto que otras alternativas, como suculentas de pocos centímetros de espesor.

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Naturaleza y más naturaleza

Además de difuminar los límites entre interior y exterior, otra tendencia clara es que el verde se ‘extenderá’ incluso al porche de la vivienda o tendrá todo su protagonismo en patios interiores que llenen de vida los hogares. A tales efectos, la arquitectura sostenible creará huecos que permita a las plantas recibir el agua de lluvia y unas horas de luz natural.

Las plantas de exterior aportan tanta salud y bienestar que se colarán por cualquier rincón para que gocemos de perspectivas visuales de ellas y, en algunos casos, de sus suaves fragancias.

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Las piscinas más respetuosas con el medio ambiente (¡y tu piel!)

Cada vez más jardines con piscina recurrirán a alternativas al cloro y la cloración salina, mediante el uso de plantas acuáticas y microorganismos que mantienen el agua limpia de forma natural, de ahí que a este tipo de propuestas se les llame piscinas naturalizadas o biopiscinas. ¿Qué las diferencia? Con este sistema no se utiliza ningún producto químico nocivo. E, incluso la experiencia de baño es mejor, dado que el agua dulce sin químicos es mucho más agradable y sana.

El área de filtrado (que en este caso está junto a las escaleras de bajada a la piscina) ocupa siempre como mínimo un 10% de la superficie total.

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Espacios nutritivos: el nuevo jardín es (también) comestible

Otro concepto ecológico que se impondrá es el de disfrutar de tu propio huerto en casa, para cuidar de tus cultivos, alimentarte con cosecha kilómetro 0 y, además, dar una mayor utilidad a los ambientes exteriores.

En esta vivienda pasiva en San Javier (Murcia), diseño de Ecoproyecta, la bióloga y paisajista Paloma Ferrer firma el diseño exterior que incluye las plantas ornamentales junto con una mesa de cultivo para verduras y frutas ecológicas y, por tanto, muy saludables.

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El amor por la naturaleza, reclamo estético

Nos sentimos biológicamente cautivados por el fuego y el agua, de modo que resulta interesante incorporar chimeneas o braseros en el equipamiento de exterior, así como añadir láminas de agua a modo de piscinas, fuentes, estanques o pilones.

La sola presencia de estos elementos nos sosiega por el hecho de reconectarnos con la naturaleza. En el proyecto de la imagen se incorpora un fire pit circular que, además, permite disfrutar del jardín cuando bajan las temperaturas.

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Mayor uso de la tecnología

Para reforzar el control del jardín, lo último es integrar tecnologías inteligentes que permitan por un lado el riego eficiente y faciliten las tareas de mantenimiento de todas las especies vegetales, pero también, contribuyan a poder crear ambientes lumínicos y contribuyan a ahorrar recursos como el agua y la energía.

La domótica más sofisticada permite el control de la piscina o incluso en el equipamiento de exterior como pérgolas motorizadas (que se cierren cuando hay mucho viento) o altavoces integrados en el mobiliario de exterior que se accionen desde un smartphone.

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Se busca promover la biodiversidad

Para lograr un ambiente sostenible hay que procurar que el ecosistema funcione bien y ello se logra diseñando un jardín para atraer insectos beneficiosos y aves. ¿Cómo fomentar la biodiversidad y crear hábitats para la fauna local? Principalmente se consigue potenciar la presencia de la vida silvestre con la inclusión de plantas autóctonas, de zonas con aguas y hasta casetas o comederos, como los hoteles de insectos de la propuesta.

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En 2024 los exteriores se teñirán de naranja

Por último, Pantone Color Institute ha seleccionado la tonalidad ‘Peach Fuzz’ como el color del año. Se trata de una gama anarajada suave, que ofrece a la atmósfera un aire relajante, cálido y acogedor que va a dominar en el mobiliario de exterior en el verano, y también puede incluirse seleccionando plantas con flores naranjas de la gerbera (Gerbera jamesonii), la peonía (Paeonia suffruticosa), la bromelia (Bromeliaceae) o la rosa, por poner solo unos ejemplos, además de incluir árboles frutales como un melocotonero (Prunus persica) o níspero (Eriobotrya japonica).

Además, sin duda, es imposible que te canses del color Pantone de 2024 en un futuro, ¿no te parece?

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