Coincidiendo con la llegada de su segunda hija –Tatiana, que nació el pasado mes de abril–, Valetina Suárez-Zuloaga acaba de instalarse en su nuevo hogar: un piso de 250 metros cuadrados, ubicado en el madrileño distrito de El Viso, que ha reformado con la arquitecta Lucía Sayans. La remodelación de la vivienda ha sido todo un reto para ella. “Había que empezar desde cero y conseguir que todo estuviese bien decorado en el tiempo previsto: tres meses. Ha sido rápido porque he tenido a la mejor”, nos cuenta la empresaria de Es Fascinante.
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Nada más entrar en la casa de Valentina encontramos arte y más arte. Sin duda, la pieza estrella es la obra de su tatarabuelo Ignacio Zuloaga, pero las distintas estancias también cuentan con obras de otros autores contemporáneos, además de llamativas esculturas y otros ornamentos que embellecen la casa con un gusto exquisito. Entramos en ella para descubrir cada uno de los rincones y los detalles.
El salón
Cuando ¡HOLA! pregunta a Valentina cuál es su habitación favorita de su nueva casa, Valentina no tarda en respondernos: “El salón. Porque es donde hacemos más vida en el día a día. Además, tengo la suerte de pasar por él todos los días, que hay en casas en las que no sucede por la distribución y sólo disfrutas del salón cuando hay invitados”, nos explica la empresaria. “También, por el mobiliario, que es maravilloso, y por las obras de arte”, nos añade, para luego apuntar: “Todo es español. Casi todas las piezas son bastante modernas o tiene toques contemporáneos, que se mezcla con lo tradicional. Incluso el cuadro de Ignacio Zuloaga –colgado en su salón–, por la manera en la que está enmarcado”.
Su mueble favorito
“Fíjate que la pieza fundamental sobre la que he basado casi toda la decoración del salón ha sido el sofá”, nos cuenta Valentina. “Es bicolor, de The Bilboquet –turquesa y azul– y un poco extraño, pero es el mueble que más me gusta de toda la casa”, añade Valentina, que aparece en la imagen sentada sobre el sofá y junto a un cuadro de la artista Teresa J. Cuevas.
La joya de su casa: el cuadro de Ignacio Zuloaga
A pesar de su especial predilección por su sofá, Valentina tiene claro que la pieza estrella de la casa es el retrato que su tatarabuelo Ignacio Zuloaga pintó a Antonio Rodríguez ‘El chepa de Quismondo’. “Es una suerte tenerlo”, nos reconoce, antes de describirnos la obra y lo que más le gusta de ella: “Es un dibujo realista clásico del que luego se pintó otra versión al óleo –’El chepa de Quismondo’–. Siempre ha gustado ese cuadro, porque es España, España”, nos explica. “Raíces y tradición, con un aspecto muy interesante. Consigue belleza algo que, de primeras, no es estéticamente lo más bello. Lo logra por la importancia que le da, la postura y la mirada”, nos añade.
Más y más arte
El cuadro de Ignacio Zuloaga no es la única obra contemporánea que decora el salón. En otra de sus paredes también cuelga un lienzo de Eduardo Arroyo. Curiosamente, está situado junto a un grabado de Durero con el que comparte temática caballeresca. “Es la representación completamente distinta de una misma obra quinientos años después”, cuenta la empresaria a ¡HOLA!
Otro rincón del salón
Valentina encuentra en su chaise longue el lugar perfecto para disfrutar de la lectura. Es un espacio muy amplio y luminoso, con una decoración más minimal y contemporánea, pero sin perder ese contraste de estilos que tanto le gusta a la empresaria. No hay más que ver cómo combina el grabado de Durero con el original cilindro rojo de Inés Benavides, que cumple la función de mesita. “Buscaba que la casa fuera espaciosa. Aunque hay bastantes cosas, sientes que hay espacio”, nos apunta la empresaria desde su chaise longue. “También buscaba que la casa fuera un poco armoniosa y, sobre todo, cómoda y funcional. Obviamente, buscaba que fuese bonita, colorida y alegre, además de juvenil”, nos añade.
Mucho que ver y leer
El salón cuenta con otro rincón lleno de libros de libros de arte, moda, decoración, historia y sociología. En esta estancia de la casa, la madre de la empresaria, Margarita Ruyra de Andrade, con quien fundó ES Fascinante hace ahora cinco años, nos dice: “Valentina mezcla muy bien colores. Tiene una cosa innata”.
Gusto por los detalles
La decoración de la casa está cuidada, hasta el más mínimo detalle, como vemos en este original pouffe, de 7mm Spain. Sobre él, reposan varios libros de fotografía y arte, como el del creador sudafricano William Kentridge con dibujos, grabados y collages suyos.
El comedor
Junto al salón, nos encontramos con el comedor, que es donde fotografiamos a Valentina con su madre y la mayor de sus dos hijas, Valentina. Para la empresaria, es un espacio muy especial, ya que es donde recibe a sus invitados siempre que organiza almuerzos o cenas. Además, es una estancia llena de color, como el que aporta un cuadro de Juan Giralt, pintor que se formó de forma autodidacta en el informalismo de los años cincuenta.
La importancia de la luz natural
Como se aprecia en la imagen, a la empresaria le gusta jugar con los espacios. De ahí que el comedor esté conectado al salón con estanterías al aire, consiguiendo, además, que el comedor tenga mayor luz natural. Por otro lado, Valentina se recrea en las formas y volúmenes, como con las sillas de distintos modelos o los jarrones de Inma Peroli.
Su escritorio
Entre el salón y el dormitorio principal, se encuentra un espacio diáfano, en el que Valentina cuenta con su escritorio. “Toda la decoración de la casa va enfocada a dar color y también dar esa esa importancia a cada zona. Que no se coma zonas, sino que respire un poco”, nos relata desde allí. Este rincón está decorado con varias piezas de arte, como una fotografía de Leticia Rovira, una divertida escultura de Nohaymapas –de la que salen unas piernas de la pared– y un cuadro del sevillano Nacho Pola.
Figuras y formas
Como vemos también en el escritorio, a la empresaria le gusta jugar con las geometrías, curvas y tonos. Se percibe perfectamente en las esculturas que adornan la estantería o la lámpara, también de Inma Peroli.
Su dormitorio
Una de las estancias más originales es, sin duda, su dormitorio. Llaman la atención los armarios, que cuentan con unos coloridos estampados en flores de lis sobre papel, pero el también el contraste de lo tradicional –como la imagen de Cristo crucificado o el antiguo cabezal de madera policromada que cuelga encima del cabecero– con la estética más vanguardista de las mesitas de noche y las lámparas que descansan sobre ellas.
El uso del color
Frente la cama de su dormitorio principal, Valentina tiene una falsa chimenea, sobre la que descansa un colorido cuadro de Máscaraqueespalda que dialoga con el papel pintado de los armarios empotrados.
Las reinas de la casa
Las dos hijas de la empresaria, Valentina y Tatiana, cuentan con su salita de juego. Desde una de sus paredes, su madre las mira a través una pintura del artista sevillano Nacho Pola Valdés que las ha retratado a las tres.
La cocina
Valentina tampoco ha descuidado la decoración de la cocina, que consigue un toque muy campestre gracias a la lámpara de rabia de Zahati Home y la vajilla de Casa Tica. Luego, la empresaria le da unos toques divertidos a la estancia con las fotografías de Carrie Van Hise. Todo cuidado al más mínimo detalle, como el resto de la casa.