Además de especies llamativas, de belleza despampanante y grandes flores, que aporten color y espectáculo, en el jardín se necesitan también otro tipo de plantas, más versátiles. Bellas también, aunque quizá menos vistosas, se trata de plantas sencillas que nos ayudan a dar cohesión a los espacios de exterior. La olivilla (Teucrium fruticans) es una de ellas: una especie de origen Mediterráneo fácil de cultivar.
Una especie rústica y versátil
Este arbusto de hoja perenne ofrece muchos alicientes para su cultivo en el jardín, empezando por la belleza de sus hojas pequeñas y ovaladas, de un precioso color plateado y textura aterciopelada, parecidas a las de la salvia.
Crece formando matas frondosas y compactas, que tienen muchos usos en el jardín. Es una especie perfecta para formar setos, ya que se puede podar para darle un acabado rectilíneo y ordenado. Si lo dejes crecer a su libre albedrío puede alcanzar hasta dos metros de altura.
Una de las ventajas de cultivar teucrio es su gran resistencia y rusticidad, que hacen de él una planta perfecta para jardines de bajo mantenimiento.
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La belleza sencilla de las flores
La floración de la olivilla comienza a inicios de la primavera y dura hasta mediados del verano, volviendo a florecer durante el otoño. No destaca por el tamaño de las flores que son pequeñas, pero sí son bellas, de un suave color malva que puede volverse azulado o blanco en función de la especie. Las flores del Teucrium aportan armonía y colorido al jardín.
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Búscale un espacio a pleno sol
Como decíamos al inicio del artículo, la olivilla es una planta muy resistente, originaria de la región del Mediterráneo. Le gusta estar expuesta al sol y soporta altas temperaturas y cierta sequía. Además, no es exigente con el tipo de suelo.
A la hora de buscarle el mejor hueco en el jardín, también has de tener en cuenta el uso que quieres darle. Puedes plantarla en solitario, formando una masa de arbustos de forma redondeada. O puedes acompañarla de otras plantas mediterráneas de similares necesidades de cultivo. La olivilla es también una especie perfecta para crear setos en el jardín.
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Para todo tipo de suelos
Este es otro aliciente para elegir el Teucrium fruticans como planta de exterior en el jardín: no le importa en absoluto el tipo de suelo en el que la plantes. Si bien es cierto que prefiere los calizos, en los que se da una alta proporción de calcio, magnesio y carbonatos, en realidad crece bien en cualquier terreno, siempre que no se encharque. Esto último no es nada recomendable para ella.
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Riega con moderación
Si esta es una consigna que debes tener muy presente a la hora de regar la mayoría de las plantas del jardín, en el caso de la olivilla se vuelve un imperativo: no debes excederte con el aporte de agua si no quieres ver cómo tus Teucriums se echan a perder.
Ya sabes que se trata de un arbusto resistente a la sequía, perfecto para proyectos de xerojardinería y para espacios de exterior de bajo mantenimiento. Y todo esto es porque no sufre con la escasez de agua, sino con el exceso.
Como pauta general, debes regarla de dos a tres veces por semana en primavera y verano, y solamente una vez por semana en otoño e invierno. Evita siempre el encharcamiento del terreno.
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¿Hay que abonar el 'teucrium'?
No es una planta que necesite muchos nutrientes en el sustrato para estar saludable, aunque siempre conviene hacer un buen aporte de materia orgánica antes de plantarla, de forma que el terreno sea más fértil y rico. Además, es recomendable aportar compost o materia orgánica una vez al año.
¿Cuándo? El comienzo de la primavera es un buen momento, para ayudar a la planta a afrontar el periodo de floración.
Un consejo: si crees que tus olivillas no están creciendo como deberían o si ves que las hojas amarillean, quizá tengas que utilizar un fertilizante rico en nitrógeno para darle un plus de vitalidad. Sigue las instrucciones del fabricante en cuanto a la dosis y el modo de uso.
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La poda, siempre recomendable
Este es uno de los cuidados que, si bien no es imprescindible, sí puede ser relevante para el Teucrium fruticans. Mediante la poda conseguimos mantener la forma y el crecimiento del arbusto, algo necesario si lo utilizas para crear un seto, por ejemplo. Recortarlo es clave para conseguir un muro vegetal que transmita cierto orden visual.
Si cultivas la olivilla en solitario, de manera aislada o junto a otras especies, puedes darle forma redondeada. ¿Cuándo es el mejor momento para podarla? Puedes hacer una poda de formación en primavera y volver a recortarla después de la floración.
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Las reglas de la multiplicación
Si lo que quieres es tener más olivillas en el jardín has de saber que no es una empresa difícil. Puedes multiplicarlas a través de cualquier método: sembrando semillas o mediante esquejes, siendo esta última opción la más habitual, por ser la más rápida.
Para llevarla a cabo, espera al verano, que será la mejor estación para esta tarea. Corta un tallo de unos 10 o 15 cm de longitud (hazlo en diagonal), úntalo en hormonas de enraizamiento y plántalo en una maceta con un sustrato rico en nutrientes. Puedes añadir fibra de coco para lograr un buen drenaje. Cuando la planta haya echado raíces puedes trasplantarla al suelo del jardín.
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Vigila las plagas
Si cultivas olivilla o Teucrium fruticans no tendrás grandes problemas de plagas, ya que es bastante resistente a ellas. Sin embargo, y a pesar de esto, en ocasiones puede verse atacada por pulgones, en especial al comienzo de la primavera. También la araña roja puede atacar a esta planta, cuando las temperaturas son altas.
En cuanto a las enfermedades, es fundamental vigilar el exceso de agua y el encharcamiento del sustrato, que puede provocar que se pudran las raíces.
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