A mediados del siglo pasado, en este mismo lugar, vivía una familia que cultivaba la tierra, tenía ganado, gracias al que hacían quesos que vendían en el mercado, y horneaban su propio pan. Ciutadella, por los caminos agrestes de entonces, les quedaba lejos, pero la naturaleza que los rodeaba era hermosa y allá al fondo podían, si se esforzaban un poco, ver el mar.
La búsqueda de nuevas oportunidades los llevó a abandonar su morada. La casa, sintiéndose cada vez más sola, se fue degradando y convirtiéndose en una ruina… hasta que el empresario Arnaud Zannier la encontró y la restauró. Hoy, aquellos restos son un hogar feliz para él, su mujer, Alicia Rountree-Zannier, y su hija de cinco meses, Milla.
El heredero del conde de Torre-Saura
“Hace doce años —recuerda Arnaud con esa elegancia discreta que le caracteriza y que ha trasladado a su empresa, Zannier Hotels —, un abogado de Barcelona me contactó en nombre del heredero de José María de Olives y de Ponsich, conde de Torre-Saura, el último de su dinastía. Había muerto sin descendencia y poseía una enorme extensión de terrenos en Menorca. Les hacía falta liquidez para restaurar y conservar, entre otros, el palacio del Condado de Torre-Saura, en el centro histórico de Ciutadella; pero, al tiempo, no querían especular, no querían disgregar el patrimonio y les interesaba ser lo más respetuosos posible con el legado, en términos medio ambientales y urbanísticos”. No pudieron encontrar un comprador más acertado. Arnaud es desde hace unos quince años fundador-presidente-creativo-alma de la compañía hotelera del imperio familiar.
El empresario de moda infantil más importante
Todo comenzó con el abuelo, un italiano que emigró a Francia, donde ejerció de albañil, y continuó con su padre, Roger, que en 1962, junto a su hermana y un par de máquinas de coser, tiempo y amor al trabajo, llegó a ser el empresario de ropa infantil más importante de Europa, con más de 1.000 puntos de venta. “Con los años, la empresa se fue diversificando y hacia 2018 mi padre se desprendió de casi la totalidad del negocio textil (a excepción de Tartine et Chocolat, que dirige Émilie, mi hermana). Yo tenía entonces mi propia marca de calzado, n.d.c. made by hand, y nos iba muy bien”.
La finca, de 400 hectáreas, cuenta con salida al mar, un huerto ecológico, que los propietarios cultivan y explotaciones agrícolas y ganaderas
Hasta que, un día, Roger sugirió que le haría ilusión trabajar “en familia”. Arnaud no lo dudó, pero añadió: “No puede ser en nada que hayas creado tú, porque jamás podré estar a tu altura ni hacerlo tan bien como tú”. Y con una gran visión de futuro se decidió por los hoteles. Pero no cualquier tipo de hotel.
“Alrededor de 2011, a los que teníamos entonces menos de 40 años no nos interesaba el concepto “hotel de lujo” de la época: ostentoso y con mucho brillo. Queríamos algo natural, simple, de diseño sencillo, respetuoso con el entorno, en lugares donde pudiéramos tener experiencias relacionadas con la cultura local”.
La mayoría contrataba a un arquitecto o diseñador, generalmente muy famoso y muy caro, para que hiciera algo grandioso y espectacular. Arnaud decidió hacerlo todo él mismo. Partiendo de sus propias ideas, contrató a un pequeño grupo de diseñadores para plasmar en papel sus gustos. Utilizando únicamente el dinero de la familia, se lanzó a la aventura.
“En mi opinión, el concepto “hospitalidad” ha de ser emocional, y como no existía nada que se le pareciera en el mercado, lo creamos. Hoy en día, la tendencia es la que nosotros iniciamos y es agradable ver cómo conseguimos “hacer ruido” y ser diferentes siendo una empresa tan pequeña como éramos entonces. Y seguimos funcionando igual. Primero el concepto de hotel, luego el diseño, luego la construcción y por fin la puesta en marcha. Ese es básicamente mi trabajo, además de encontrar el lugar en el país donde se va a iniciar la aventura, porque, para mí, mi trabajo es una aventura”.
Angelina Jolie
De hecho, es una gran aventura. Tras gestionar unos viñedos en Portugal y Francia, ayudado por su familia se lanzó a un “más difícil todavía” con la creación de dos hoteles-reservas en Namibia (África), un resort en Camboya —donde se hospedó Angelina Jolie con su equipo y sus hijos cuando rodaba su película Primero mataron a mi padre— y otro en Vietnam (donde las cocineras son las abuelitas de la zona), consiguiendo con todos ellos la inmersión más profunda en el entorno. Y por fin, un hermoso día, apareció en sus vidas Ciutadella.
“La isla más bonita”
“Menorca es para mí la isla más bonita de todas las Baleares porque sigue siendo auténtica. Y lo es gracias a los niveles de exigencia que tienen para su conservación. Hay que tener paciencia para todo, pero es necesario, pues no quieren perder su identidad. En nuestra casa, que estaba abandonada, tuvimos que esperar cinco años para obtener el permiso de reconstruirla; había que conservar el horno porque era “patrimonio cultural” y aceptaron que hiciéramos la piscina pero no podíamos superar ciertas dimensiones, así que la colocamos en el antiguo vallado del ganado”.
Debido a las leyes de protección de Menorca, tardaron cinco años en conseguir los permisos para restaurar la casa, que era una ruina total y llevaba 50 años deshabitada
Paciencia y perseverancia parecen estar incluidas en el ADN de Arnaud. Y fue gracias a ello que conquistó a Alicia Rountree, su mujer y madre de su bebé, Milla. Se conocieron hace algo más de cuatro años, gracias a la insistencia de una amiga común, a la que conoció durante una cena en Santa Lucía.
“La decisión más difícil de mi vida”
“Hacía dos años que me había separado y estaba pasando un mal momento, porque amo a mi familia, pero tras más de 20 años de matrimonio tuve que enfrentarme al hecho de que ya no funcionaba y aceptarlo. Fue la decisión más difícil de mi vida. Y allí estaba yo —de trabajo— en una cena. Resultó que una amiga de Alicia, de forma intuitiva, pensó que podíamos formar una bonita pareja e insistió en que la conociera… por trabajo”.
Alicia fue descubierta a los 17 años en Londres y comenzó una carrera internacional como modelo. Hace cuatro años creó su propia firma de baño y está a punto de lanzar su primera línea de belleza
Alicia, que había nacido en isla Mauricio, siempre había querido ser modelo y “devoraba” las revistas de moda que su madre —muy estilosa— recibía cada mes. A los 17 años, fue “descubierta” en Londres y enseguida aparecieron las primeras oportunidades. Luego llegarían Victoria’s Secret, L’Oréal, Ralph Lauren y un largo etcétera.
“Quería ser como Naomi y Claudia”
“Admiraba a Naomi Campbell y a Claudia Schiffer y quería ser como ellas —recuerda hoy Alicia—. Como siempre he sido muy independiente, no me costó nada adaptarme a una vida de continuos viajes. Me gustaba mi trabajo, pero, con el paso del tiempo, quise hacer algo más, algo que fuera mío. Soy más artística que académica y, como mi infancia se había desarrollado junto al mar, decidí crear mi propia línea de baño: Alicia Swim”.
Alicia es también una emprendedora pionera. Cuando ella empezó, hace más de cuatro años, no había tantas marcas que utilizaran tejidos ecológicos —los suyos vienen de Italia—, que fueran sostenibles y que dieran trabajo a mujeres en países en desarrollo. Toda su producción se realiza localmente, por mujeres, en isla Mauricio, volviendo así a sus orígenes.
Experta en wellness
“Su amiga —continúa Arnaud— dijo que, como yo tenía hoteles, tal vez me interesaba vender su marca en las boutiques . No presté mucha atención y, al día siguiente, ella volvió a insistir. Finalmente, me pasó su contacto, le escribí, me gustó lo que hacía y le hice un pedido”.
Ni siquiera se habían visto ni hablado por teléfono. Alicia ya tenía su colección en los resorts y las boutiques más especiales. Desde hacía años se había hecho una experta en wellness y nutrición y había leído y aprendido todo lo relacionado con el bienestar mental y físico. Arnaud planeaba abrir un hotel resort en México y decidieron conocerse en un desayuno de trabajo en Londres para hablar del asunto y que ella le aconsejara.
Arnaud y Angelina Jolie se conocen desde hace años: cuando ella rodó Primero mataron a mi padre en Camboya, se instaló con su equipo en el resort propiedad del empresario
“A las nueve de la mañana. Todo muy formal —rememora Alicia—, me pareció encantador. Horas más tarde me escribió invitándome a cenar. Y pensé: “¡Oh, no! ¡Otro de esos! Más interesados en pasearte que en trabajar contigo”. Le dije que tenía novio —era cierto— y no me parecía correcto”.
“Su cabello rubio”
Arnaud no insistió. Pasó un mes. Alicia pensó que a lo mejor había sido un poco brusca y volvió a contactar con él, enviándole varias ideas para el nuevo hotel. Él la invitó a conocer Namibia para la inauguración de su nuevo proyecto. Ella declinó, pero, por primera vez, insinuó que no tenía una buena relación con su novio. Arnaud no perdió el tiempo.
Arnaud, que estaba separado de su primera mujer, conoció a Alicia por la insistencia de una amiga común: “Me dijo que, como yo tenía hoteles, a lo mejor me interesaba conocer su firma de trajes de baño para venderlos”
WYo estaba en isla Mauricio —prosigue Alicia—- y Arnaud dijo que pasaría a visitarme porque estaba “al lado”. Le fui a buscar al aeropuerto. Bajó del avión y el sol, de pronto, iluminó e hizo resplandecer su cabello rubio como un halo. “Uhhhhm”, pensé. Y ya no volvimos a separarnos…”.
Alicia es para Arnaud lo que siempre había buscado: “Una persona excepcional: inteligente, emprendedora, trabajadora, y espiritual”.
El empresario hotelero, que ha hecho del “arte de vivir” un lujo, siente el deseo y casi la obligación de devolver al lugar lo que el lugar le ha dado
“Estamos siempre de acuerdo —afirma Alicia— y no hemos discutido ni una vez desde que nos conocemos. Ahora, para mayor felicidad, tenemos a Milla, que viaja con nosotros a todas partes. Durante el embarazo medité mucho -—lo hago desde hace años—, visualizando un bebé tranquilo y Milla está resultando una maravill”».
El patrimonio artísitico y cultural de Menorca
Arnaud, que ha hecho del “arte de vivir”, es decir la hospitalidad (los hoteles), la buena mesa (los restaurantes), el buen vino (los viñedos) y la aventura (esos sitios especiales del mundo por conocer), un lujo, siente el deseo y casi la obligación de devolver al lugar lo que el lugar le ha dado.
“Durante el embarazo medité mucho, lo hago desde hace años, y visualicé un bebé tranquilo. Milla está resultando una maravilla”, confiesa Alicia
“Por eso colaboramos con la Fundación Torre-Saura, que se ocupa de aportar fondos para mejorar el patrimonio artístico y cultural de Menorca. Sus proyectos son muy variados, desde la creación de una escuela de música hasta la preservación de documentos históricos…”, asegura el empresario. Por lo que parece, Arnaud y Alicia son un ejemplo de emprendedores modernos y concienciados: con el medio ambiente, con la cultura y con Menorca, la isla que aman como si siempre hubieran vivido en ella.