Rodeado de bosques de pinos, dunas, arrozales y una inmensa playa bañada por el océano Atlántico se encuentra Comporta , un antiguo pueblo de pescadores por el que parece no haber pasado el tiempo. Un paraíso portugués que se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos europeos más exclusivos. Muchas personalidades de diferentes ámbitos —el arte, las finanzas, el espectáculo, la moda…—, apasionadas de la tranquilidad y la belleza de la naturaleza en estado puro, han construido en la zona maravillosas casas que se funden con el entorno, respetando el medio ambiente.
Aquí encontramos a la consultora de moda e interiorismo Filipa de Abreu , que ha encontrado en este lugar un refugio en el que disfrutar de su familia y de sus amigos. Nacida en Portugal, es una mujer que ha viajado por todo el mundo cumpliendo sueños y trabajando muy duro para lograrlo. Madre de familia numerosa, nos enseña junto a su hija, María, de 18 años, cómo es esta maravillosa casa, que fue construida hace ocho años por su marido, Antonio Ribeiro da Cunha —director de un fondo de inversión inmobiliario—, a la que ella ha puesto su toque con una decoración sencilla y, a la vez, muy especial.
“Es un lugar para relajarse, volver a conectar con la naturaleza, centrarse en la familia y recuperar tiempo de calidad. Ya sea en la playa en verano o en el bosque y en casa en invierno”
—Filipa, ¿desde cuándo tienes esta casa en Comporta?
—En realidad, la casa ya pertenecía a Antonio desde unos años antes de que yo llegara a su vida. Yo vengo a Comporta desde hace catorce años y él desde que era muy joven.
—¿Cómo se llama la casa?
—Se llama ‘Casa Branca’. Siempre que damos indicaciones a alguien para llegar aquí decimos: “Cuando veas la Casa Blanca, ¡gira a la derecha!”. Así que no podíamos llamarla de otra manera.
“Durante unos cinco años antes de la covid, trabajé para Tory Burch y mi trabajo me llevaba constantemente a Estados Unidos y a la India. Era difícil. Entonces era madre soltera de tres niños pequeños y necesitaba valerme por mí misma, y lo hice”
—¿Qué tiene Comporta para ser uno de los destinos europeos más demandados y exclusivos?
—Creo que lo que atrajo a la gente en primer lugar fue la sencillez, la humildad, la naturaleza y la tranquilidad. El hecho de que fuera tan fácil llegar y de que realmente uno sintiera que estaba descubriendo un lugar mágico que muchos desconocían. Hoy en día, aunque sigue siendo mágico, ya no es un secreto, y eso conlleva aspectos positivos pero también negativos, porque hay proyectos maravillosos que se están construyendo aquí, pero otros no lo son tanto.
“Lo que atrajo a la gente a Comporta fue la sencillez, la humildad, la naturaleza y la tranquilidad”
—¿Qué fue lo que te enamoró de esta casa?
—No me enamoré de la casa, me enamoré de su dueño, mi marido. De hecho, estaba muy poco decorada. Antonio y sus dos hijos necesitaban una mujer que le diera un cambio de imagen y la pusiera orden.
—¿Entonces habéis hecho reformas?
—Hemos hecho pocos cambios estructurales, pero lo que sí hemos hecho ha sido redecorarla completamente, dándole a este ambiente un toque un poco más femenino y familiar.
“Trabajo como consultora para marcas y proyectos de interiorismo y he creado una tienda multimarca que he llevado a Lisboa, Madrid, Palm Beach y otras ciudades”
—¿Te has encargado de la decoración?
—Sí, lo he hecho todo. No me imagino contratando a un diseñador de interiores para decorar mi casa. En cambio, acudo a muchos decoradores para comprar sus piezas. En esta casa tenemos piezas de decoración y telas diseñadas por varios, como Lisa Fine, Casa Lopez, Gracinha Viterbo y Monica Penaguiao. Sin su talento para crear piezas de la nada, no podría haber hecho esto. No soy compositora… soy DJ.
—¿Cómo la describirías?
—Sencilla, neutra y, sobre todo, acogedora. Queríamos crear un espacio en el que todo el mundo se sintiera como en casa, en el que la gente quisiera quedarse y los niños quisieran traer a sus amigos.
—¿Cuál es tu rincón favorito?
—Donde estén mi marido o mis perros... ¡así que la cama o el sofá!
—¿Cuántas estancias tiene la casa?
—Siete habitaciones, porque somos una familia grande. ¡Estamos Antonio, nuestros cinco hijos, los dos perros y yo!
“Vivo en Portugal a tiempo completo, pero crecí fuera. Cada cinco años, mi familia y yo cambiábamos de país y eso continuó en mi vida adulta. Ahora viajo con menos frecuencia y puedo disfrutar de la grandeza de este lugar”
—¿Vienes con tu familia muy a menudo?
—Sí y el invierno es, para mí, el mejor momento. La chimenea ruge, los perros están contentos, damos largos paseos por el campo y nadamos en el mar. Digo nadar, pero eso son palabras mayores. Se trata, sobre todo, de un chapuzón rápido en el gélido y a veces agresivo Atlántico.
—¿Cuáles son tus planes favoritos aquí?
—Para ser honesta, este es un lugar para relajarse, volver a conectar con la naturaleza, centrarte en la familia y recuperar algo de tiempo de calidad con ella y con los amigos. Ya sea en la playa en verano o en el bosque y en la casa en invierno.
—Por tu trabajo has recorrido mucho mundo, pero siempre llevas a tu Portugal en el corazón, ¿dónde resides ahora?
—Ahora vivo en Portugal a tiempo completo, pero crecí fuera de este país. De hecho, cada cinco años, más o menos, mi familia y yo cambiábamos de país y eso es algo que continúo ahora. Me mudé a Portugal hace catorce años y he estado viajando dentro y fuera del país una vez al mes desde entonces, hasta que llegó la covid, cuando todo se detuvo. Ahora viajo con menos frecuencia y puedo disfrutar de la grandeza de este lugar.
“Pasaba la aspiradora y organizaba el armario”
—Llevas muchos años trabajando en el mundo de la moda, ¿cómo comenzó tu andadura profesional?
—Empecé como becaria en Elle UK, preparaba el café para los editores, pasaba la aspiradora y organizaba el armario de moda. Después pasé a trabajar para varias marcas; la última, como directora de diseño de caftanes y bordados de la India para Tory Burch, y creé mi propia línea de ropa con el objetivo de recaudar fondos para los necesitados de la India. He sido consultora para marcas y proyectos de interiorismo y he creado una tienda multimarca que he llevado a Lisboa, Madrid, Palm Beach y otras ciudades.
“Mi rincón favorito de ‘Casa Branca’ es donde estén mi marido o mis perros... ¡así que son la cama o el sofa!”
—¿Te ha costado mucho llegar hasta el punto en el que estás ahora?
—Por supuesto. Nada llega sin trabajar duro. Se necesita constancia y muchas horas de dolor, lucha y dedicación. Pero me han encantado todos los trabajos que he hecho y, mientras Dios me dé salud, no dejaré de trabajar.
—¿Cuáles son tus próximos proyectos?
—Seguiré trabajando con marcas de moda como consultora, tanto en diseño como en marketing. Tengo un par de proyectos de interiorismo este otoño que me entusiasman y, por supuesto, Instagram. Algo que nunca me tomé demasiado en serio pero con lo que ahora he hecho las paces. Tengo que decir que he ganado muchos amigos y he formado una comunidad de personas afines que aprecio. Estoy trabajando en la creación de contenido social para las marcas que se utilizarán en todas las plataformas sociales. Me siento muy honrada de que quieran trabajar con una mujer de mediana edad, como yo.
“Lo que más me sorprende de ella es su fuerza, su convicción, su locura, su pasión y su sentido de la responsabilidad”, nos dice de su hija, María
—También te dedicas al mundo de la decoración, ¿qué te llevó a abrirte camino en este sector?
—Siempre me han apasionado los interiores, probablemente, incluso más que la moda. Tengo, además, la gran suerte de contar con amigos con mucho talento cuyo trabajo admiro y me anima a arriesgarme y probar algo nuevo. Gente como Marie-Anne Oudejans, Marco Scarani, Remy Renzullo, Andre Mellone, Amanda Lindroth y Andre Viana. Son, probablemente, las únicas personas a las que les daría mis llaves de mi casa y les diría que me llamasen cuando estuviera hecho su trabajo. También he tenido la suerte de que me invitaran a realizar proyectos con Marie-Anne, tanto en Catar como en Lisboa. Hay que tener en cuenta que no tengo formación formal en diseño o moda. Lo hago con el corazón y el hecho de que guste mi trabajo me sigue sorprendiendo.
—También trabajas con tu marido.
—Sí, dirige Mello RDC, un fondo de inversión inmobiliaria, y yo actúo como directora creativa consultora en algunos de los proyectos inmobiliarios.
“Cuando la casa está demasiado limpia, demasiado tranquila y demasiado organizada, significa que nuestros hijos no están y eso no resulta nada divertido”
Una familia trotamundos
—Tienes tres hijos, ¿ha sido difícil compaginar tu trabajo y tus viajes con tu faceta de madre?
—Sinceramente, ¡sí! Y si alguien dice lo contrario, o miente o sabe algo que yo no sé. Durante unos cinco años, trabajé para Tory Burch y mi trabajo me llevaba constantemente a Estados Unidos y a la India. Era difícil compaginarlo con la maternidad y dependía de increíbles personas que me ayudaban con mis hijos. En aquel momento, era madre soltera de tres niños pequeños y necesitaba valerme por mí misma, pero nunca podría haberlo hecho sola. Ahora viajo menos y mis hijos son más grandes, así que no me necesitan tanto.
—Sois una familia trotamundos, ¿cuál es el país que recuerdas con más cariño de todos en los que habéis estado juntos?
—Todos. Cada lugar tiene algo único que ofrecer. De pequeña viví, sobre todo, en Londres y Atenas. Son mi hogar y siento devoción absoluta por ambas ciudades y países. Y si le preguntas a los niños, probablemente te dirían que les encantó vivir en Los Ángeles, aunque eran jóvenes. Para ser sinceros, su hogar es Portugal. Ahora se van a estudiar al extranjero y van a empezar su propia vida, así que ¿quién sabe adónde irán? Espero que lejos para que puedan ver y experimentar lo que el mundo tiene que ofrecer.
“La casa cuenta con siete habitaciones porque somos una familia muy grande. Estamos Antonio, nuestros cinco hijos, los dos perros y yo”
—En este reportaje posas con tu hija, María, ¿cuántos años tiene y qué destacas de su personalidad?
—Tiene 18 años. Lo que más me sorprende de ella es su fuerza, su convicción, su locura, su pasión y su sentido de la responsabilidad. Espero que nunca cambie y que nunca permita que el mundo apague su luz. Ella podría cambiar el mundo, el mío lo cambió.
“Empecé organizando un armario y pasé a trabajar para varias firmas de moda; la última, como directora de diseño de caftanes y bordados de la India”
—Y tus otros dos hijos, ¿qué edades tienen y cómo son?
—Tengo dos y Antonio también tiene otros dos. Tenemos la suerte de que, además de familia, son amigos. Todos son molestos pero maravillosos, ruidosos y divertidos, infantiles y a su vez serios. Son cuatro chicos, todos están en la adolescencia y se llevan algunos años, así que uno se puede imaginar la casa de locos que puede llegar a ser esta. Pero no lo cambiaría por nada del mundo y los quiero a todos por igual. Cuando la casa está demasiado limpia, demasiado tranquila y demasiado organizada, significa que no están y eso no resulta nada divertido.