La biofilia es el sentido de conexión que tenemos los humanos a la naturaleza, algo que, bien pensado, es lógico pues de toda la existencia humana el 99,9% lo hemos vivido en un entorno natural y solo el 0,1% en entornos construidos artificialmente por el hombre. La hipótesis demostrada es que “para lo que nuestro organismo y, por lo tanto, nuestro sistema nervioso está programado es para moverse y para operar, para calcular y para procesar la información es en un entorno natural”, explica Alba Méndez, experta en neuroarquitectura, docente y fundadora de Qualia (www.qualiaestudio.com), estudio donde la arquitectura y las neurociencias se dan la mano para diseñar espacios que cuidan de las personas.
Te vamos a contar no solo cómo aplicar el diseño biofílico en tu hogar, sino también cuáles son los motivos de que cree ambientes saludables en los que instantáneamente nos sentimos bien. Por ello, es uno de los principios básicos de la neuroarquitectura.
El proyecto de la imagen es el de una vivienda en Texas (Estados Unidos) ideada por Mary English y Xavier Vendrell Architects, con tres patios que ofrecen luz natural, ventilación y una gran conexión con la naturaleza.
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¿Qué es la biofilia?
Erich Fromm, psicólogo social, fue quien acuñó por primera vez el término en 1964 y definió biofilia como “amor a la vida”. El término fue evolucionado por el biólogo Harvard O. Wilson (autor del libro The Biophilia Hypothesis).
La neuroarquitectura es un nuevo enfoque de la profesión de la arquitectura que se nutre de muchas áreas de conocimiento, entre ellas la psicología ambiental y la antropología, que han investigado el impacto del entorno en nuestro bienestar, salud emocional, salud fisiológica… Recientemente, gracias a los avances tecnológicos que ha habido y también los avances en estudios científicos en el ámbito de la neurociencia se ha conseguido demostrar una hipótesis respecto al diseño biofílico: “cuando nos movemos en entornos artificiales aparecen aspectos como el estrés y la desorientación, no nos encontramos bien. Nuestro organismo lo desconoce y ante ello lo percibimos como un peligro, reaccionamos negativamente”, explica Alba.
La naturaleza es conocida y ‘nos sienta bien’. Nuestro organismo esta bilógicamente diseñado para operar en un entorno natural. Todo aquello que no se asemeje a ese entorno natural nos hace estar en alerta y por tanto hace que nuestro organismo no opere de la mejor forma posible generando, entre otras reacciones, estrés.
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Aplicar el diseño biofílico en el hogar
No debemos ser reduccionistas y pensar que el diseño biofílico en la vivienda consiste (solo) en decorar con plantas de interior y exterior. ¿Cuáles son los principios del diseño biofílico? Lo que pretende es que cuando se diseña un entorno arquitectónico el ser humano vuelva a reconectar con la naturaleza. “No significa volver a vivir en el bosque, pero lo que sí tenemos que conseguir es que las ciudades y poblaciones se parezcan lo máximo posible a la naturaleza”, detalla Alba.
Lo que sabemos es que al percibir un espacio tenemos:
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Una activación del sistema sensorial y motor
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Una reacción emocional delante de ese espacio
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El significado que le damos (por nuestra cultura, nuestras experiencias…)
Así, el diseño biofílico consiste en entender cuáles son las estrategias de diseño con las que la naturaleza está construida y entenderlo dese un punto de vista multisensorial.
En el proyecto de reforma de la imagen, IN56 Interiorismo hace de un joven olivo el eje del diseño. Se ubica en un falso patio que recibe una luz artificial que simula a la perfección la natural mediante Leds.
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Reconectar visualmente con la naturaleza
Una muy buena idea es generar desde la casa una conexión visual con la naturaleza, porque se tienen vistas al mar, a la montaña, a un prado o a un parque verde. En la propuesta el dormitorio se convierte en un mirador a la playa de San Javier (Murcia).
Por supuesto, no siempre se tiene la suerte de poder gozar de unas preciosas panorámicas por mucho que la vivienda cuente con amplios ventanales, sobre todo en entornos urbanos; en esos casos será muy adecuado como mínimo poder ver el cielo. Asimismo, los jardines verticales con plantas naturales en una pared destacada del interior de la vivienda o la terraza, serán una buena forma de aplicar el diseño biofílico. Además, las obras de arte que representan escenas naturales también son clave.
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Otros diseños que reconfortan a la vista
La naturaleza no tiene formas perfectas y regulares, las superficies lisas tampoco existen y los colores lisos no los verás nunca, el conjunto tiene gradaciones de tonalidades, es por este motivo que de un tiempo a esta parte se han puesto tan de moda las piezas de factura artesanal, cada una única e irrepetible.
Por otra parte, también nos resultan muy placenteras las líneas sinuosas pues las curvas crean espacios fluidos sin los peligros de las esquinas en ángulo. Y respecto a los textiles o papeles pintados, nos encantan los motivos botánicos y animales que nos traen un pedacito de naturaleza a los interiores.
En la imagen, el escultural sofá es ‘Foku’ y el macetero ‘Orimono’, todo de la firma 101 Copenhagen.
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Los estímulos olfativos
De nuevo en este terreno las plantas pueden ser grandes aliadas, por ejemplo, si te decantas por colocar unas aromáticas en la cocina que, de paso, te ayuden a condimentar tus recetas. La salvia, el tomillo, el romero o la albahaca son algunas de estas variedades que puedes cultivar en interior. Si tu vivienda cuenta con jardín, el ‘olor de la tierra’ es una buena solución para reducir el estrés.
Además, para crear estímulos olfativos también puedes recurrir a los aceites esenciales o a las velas aromáticas a base de soja, cera u otros productos naturales. Crearás una experiencia olfativa inigualable en tu hogar. En la propuesta la colección ‘Casa Pacifica’ de Voluspa son velas que pretenden simular el olor marino y veraniego, con notas como la ralladura de limón y la nectarina blanca.
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Percepción háptica
Alba recomienda que “en aquellas zonas de la casa donde se involucre el sentido el tacto hay que introducir materiales naturales y tener en cuenta la textura, la temperatura y la dureza”.
La experta insiste en el punto de emplear, siempre que se pueda, materiales naturales porque, además, son saludables. Entre los materiales estrella se encuentra la madera que permite estabilizar la humedad atmosférica interior, absorbe sustancias gaseosas nocivas y reduce la formación de polvo y la carga electrostática. A todo ello hay que sumar un tacto cálido y agradable.
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La terapia del sonido
Respecto a otro sentido, el del oído, la experta recomienda generar espacios en los que se escuche el agua caer (por ejemplo, instalando una fuente) o potenciemos la biodiversidad colocando un nido en el balcón, atrayendo así a los pájaros y a sus cantos. Gozar de los sonidos melódicos de algunos animales nos calma.
Además del agua borboteando, el crepitar del fuego de una chimenea crea una atmósfera auditiva de lo más agradable. Es por esto motivo que los hogares, tradicionalmente instalados en las zonas de día, también comienzan a colonizar hasta los dormitorios.
¿Una última sugerencia? Puedes conectar los altavoces a músicas o sonidos de la naturaleza relajantes, como se hace en este piso en el barrio del Poblenou en Barcelona, reformado por Alba Méndez y Miquel del Pozo.
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¿Sabes qué es la iluminación biodinámica?
No cabe duda de que los espacios luminosos nos resultan muy placenteros, nos encanta que los ambientes estén bañados por los rayos del sol y percibir las distintas etapas del día con el cambio de la luz. Por este motivo, a la hora de hacer el proyecto de iluminación artificial conviene diseñar unos espacios lumínicos dinámicos, con variación de intensidades y del color de la luz y de las sombras simulando a lo que ocurre en la naturaleza, lo que contribuirá a regular nuestros biorritmos.
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¿De verdad aporta tantos beneficios para la salud?
La neuroaquitecta afirma que sabemos científicamente que el contacto con entornos naturales o entornos diseñados con los mismos parámetros influyen positivamente en la salud física, emocional y cognitiva de las personas.
Entre los beneficios destacados del diseño biofílico está que aumenta el sentimiento de felicidad, se potencia la motivación y la creatividad y se reduce el aburrimiento y la irritabilidad. Además, en los casos de depresión y/o ansiedad, disminuyen los síntomas. También se reduce la obesidad, se mejora la vista… La lista de beneficios es casi interminable. Ese es el motivo por el que la neuroarquitectura y el diseño biofílico se están haciendo hueco no solo en espacios domésticos, sino también en edificios de oficinas y hasta centros hospitalarios.
Los dos rascacielos vegetalizados construidos en Milán (Italia) son el famoso proyecto ‘Bosque vertical’, creado por Boeri Studio.
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Bonus: ¡vacaciones de ciudad!
Es imposible que volvamos a vivir como en la época previa a la Revolución Industrial, las ciudades están muy masificadas y está previsto que en 2050 el 68% de la población mundial sea urbana.
Alba considera de vital importancia introducir el diseño biofílico en los hogares, el entorno que percibimos a diario para que, de este modo, no sufras entre otros el trastorno por déficit de naturaleza. Pero, además, conviene una vez al mes hacer una escapada a algún paraje bucólico alejado del mundanal ruido y, dos veces al año, hacer una inmersión en la naturaleza de más días, que nos recargue bien las pilas.
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