Monique Hollinger nos invita a su fabuloso yate y a su ático de estilo versallesco en un espectacular palacio de Saint-Tropez

Junto a su marido, Thomas, tiene un imperio inmobiliario en Suiza que abarca más de 1.000 propiedades

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Hay una faceta de Saint-Tropez que brilla por su lujo extremo: los barcos amarrados en el mítico puerto, las fabulosas villas, los Rolls-Royce, las grandes fiestas, los glamurosos beach clubs, las boutiques de las grandes firmas… Monique Hollinger forma parte de este mundo. Casada con Thomas Hollinger, son propietarios de un imperio inmobiliario en Suiza y tienen dos hijos, Estelle y Louis. Es bien conocida la armonía de la pareja, que lleva una intensa vida social. También tienen una gran compenetración profesional, ya que Monique se ocupa personalmente de la parte de lujo de sus propiedades.

En Saint-Tropez tienen un ático en el Château Borelli, en Les Parcs de Saint-Tropez, una comunidad cerrada de lujo idealmente situada entre la bahía de Canoubiers, el Massif des Maures y el resplandeciente mar Mediterráneo. Aquí, los guardias protegen la zona para garantizar que solo los propietarios de las villas y sus invitados puedan entrar, con una playa privada y pistas de tenis disponibles estrictamente para el uso de los residentes.

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“Siempre fue un sueño tener un barco, pero todo el mundo me decía que era un quebradero de cabeza. Fuimos a San Remo a echarle un vistazo y nos enamoramos”
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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Monique Hollinger nos invita a su yate, que ha adquirido recientemente, un Amer 110 del grupo Permare, con 33 metros de eslora e innovadores avances tecnológicos. Junto a su marido, Thomas Hollinger, y sus hijos, Louis y Estelle, disfruta de su primer verano a bordo.

La casa, de 400 metros cuadrado, tiene tres plantas y es de perfecto estilo Versalles, con sus estucos, trampantojos, telas adamascadas, camas barrocas y baños dorados. La vista es la más hermosa que se pueda tener en Saint-Tropez. Los Hollinger han adquirido recientemente un barco de 33 metros, un Amer 110 del grupo Permare; un yate con innovadores avances tecnológicos que sigue el mismo gusto lujoso que el estilo de la casa.

—Háblame de esta casa. ¿Cuándo la compraste?

—Hace 23 años. Se trata del Château Borelli, un edificio histórico construido a finales de 1880, que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. En los años 80 llegó un promotor y reconstruyó este hermoso castillo tal y como era, con seis apartamentos en su interior. El promotor se quedó para él con este, el ático, pero luego perdió el dinero. Había que venderlo, era un poco caro, pero conseguimos una buena oferta y lo compramos.

—¿Y la casa ya estaba así?

—La piedra, el mármol, lo dejamos tal cual estaba. Yo solo hice el interior. Cambiamos la cocina, el baño estaba así; solo cambié en mi baño el mármol rojo, era demasiado para mí.

“El interior es un poco particular, pero me encanta el ónice, es mi piedra favorita, y lo volví a amueblar por completo. Antes solo había tres camarotes, aproveché el espacio y ahora tenemos cinco”
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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—La casa es muy barroca.

—Sí, porque es un château, yo creo que cada casa tiene que ser diferente, hay gente que tiene varias casas y son todas iguales. Para mí, cuando estás en la montaña, la casa tiene que tener madera, y aquí, como es un château, queríamos hacerlo un poco Versalles, como Luis XV.

—La habitación en la parte más alta del palacio es la main suite.

—Sí, tengo una espectacular vista de 360 grados. Sé qué barco viene y cuál se va, veo el mar en toda su plenitud, veo Les parcs de Saint-Tropez, que es donde está el château. Es la única comunidad vigilada las 24 horas de día en Saint-Tropez: hay 130 villas en esta comunidad, veo la pista de tenis, que está justo al otro lado de mi casa, la playa y el sendero del litoral. Y luego también Senequier, donde los barcos también pueden amarrar; Saint-Tropez, incluso cuando hacen los fuegos artificiales puedo verlos; veo Sainte-Maxime y también Saint-Raphaël.

HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
“Dejamos la mesa porque era de ónice, pero cambiamos las sillas y los sofás. También los muebles de los camarotes; luego la iluminación y también algunas cosas técnicas”, nos cuenta Monique, una gran deportista.

—Esta es una de tus casas familiares.

—Esta es la primera que compramos en Saint-Tropez. Y poco después, un 5 de junio, nos casamos aquí, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

—Así que tu hija y tu hijo crecieron aquí.

—Sí, cuando eran pequeños y aún no iban al colegio, pasábamos meses aquí.

La empresaria, madre de dos hijos, disfruta de su primer verano a bordo del ‘Melt’, en el que recorre las costas de Francia, Italia y España: “El nombre es una combinación de nuestras iniciales: Monique, Estelle, Louis y Thomas”
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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—¿Cómo te sientes viviendo aquí?

—Como una princesa. Me siento muy segura, este es mi lugar de felicidad.

—¿Por qué te gusta Saint-Tropez?

—Porque me gusta la naturaleza, la luz del atardecer, la gente, tengo muchos amigos aquí y me gustan los franceses; son un poco difíciles, pero si se convierten en tus amigos, se quedan para siempre. Hago mucho deporte, practico mucho tenis aquí, mi vecino tenista es Bernard Arnault, tenemos el mismo profesor, aunque ahora ha construido su propia pista y viene un poco menos.

HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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Arriba, el camarote principal; junto a estas líneas, otra de las estancias y uno de los cuartos de baño. “Desde hace 23 años —cuando compraron su casa en Saint-Tropez—, siempre voy a Senequier; miraba los barcos y me preguntaba quién vivía allí, y ahora por fin estoy aquí con el mío”.

—Y ahora también tenéis este hermoso barco. ¿Por qué se llama ‘Melt’?

—Porque teníamos nuestro chalet, que se llama igual, y así llamamos al barco. ‘Melt’ es una combinación de nuestras iniciales, las de la familia: Moni­que, Estelle, Louis y Thomas.

—Cuéntame todo sobre él.

—Siempre fue un sueño tener un barco, aunque todo el mundo me decía que era un quebradero de cabeza. Pero vendimos un chalet e hicimos un trato muy bueno; no me apetecía tener uno nuevo, pero sí un barco, con el que podríamos tener una nueva aventura con los niños. Y entonces dijimos, vale, pues ya veremos. Y fuimos a San Remo a echarle un vistazo y nos enamoramos. La segunda vez, firmamos. También fuimos muy bien acogidos por esta familia, es un astillero privado llamado Permare. El barco fue construido a medida para un cliente que finalmente, con el estallido de la covid, pues no podía viajar. También el interior es un poco particular, pero me encanta el ónice, es mi piedra favorita, y lo volví a amueblar por completo. Antes solo había tres camarotes, porque el propietario tenía su despacho privado en la planta baja. Aproveché el espacio de las tres escaleras y ahora tenemos cinco camarotes. Hay mucho espacio también para la tripulación, un saloncito con comedor y luego cada uno tiene su cama­rote.

El exclusivo ático en tres alturas de los Hollinger está en el Château Borelli, un edificio de finales de 1880, que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial y levantado de nuevo un siglo después de su construcción
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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Monique nos recibe también en su ático de tres alturas, situado en el Château Borelli, que, tras su reconstrucción, a finales de los 80, se dividió en seis viviendas. Está en Les Parcs de Saint-Tropez, una exclusiva y lujosa comunidad entre la bahía de Canoubiers, el Massif des Maures y el Mediterráneo.
“Creo que cada casa tiene que ser diferente. Si estás en la montaña, tiene que tener madera, y esta, como está en un château, queríamos que fuera un poco Versalles, como Luis XV”
HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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—Este es vuestro primer verano en el barco, ¿a dónde queréis ir?

—A Italia, porque queremos descubrir cosas nuevas. Ya estuvimos en Cannes durante el festival de cine. Así que queremos ir a Ponza, Portofino, a la isla de Elba y luego a Capri.

—Y luego iréis a España.

—Sí, primero volveremos a Saint-Tropez y luego iremos a Menorca, Mallorca e Ibiza, y en septiembre a Cerdeña.

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“Todos los muebles son italianos, los compré en Milán, en el Salón del Mobile, porque hace 20 años era más de este estilo. Las cortinas son de tafetán con bordados estilo Fortuny y toda la tapicería es de brocados beis con lirios en flor. También hay mucho capitoné tanto en los pufs como en los cabeceros”, nos cuenta Monique, que utiliza vajillas, manteles, alfombras y lencería de cama de Versace, “que en su momento estaba de moda y ahora lo está otra vez”.

—¿Qué hacen tus hijos?

—Los dos estudian. Louis acaba de cumplir 22 años y estudia en la HSG, la universidad más famosa de Suiza, en Saint Gallen, y Estelle, de 20, estudia en la universidad de Zúrich, ambos Admi­nistración y Dirección de Empresas.

—¿Y vuestro negocio? Os presentamos en ¡HOLA!, en anteriores reportajes, como grandes propietarios inmobiliarios, tenéis más de 1.000 pisos. ¿Cuál es su situación actual?

—Desde entonces, he desarrollado mucho la parte de lujo, los chalets y las dos villas en el lago.

“Desde la suite principal tengo una espectacular vista de 360 grados. Sé qué barco llega y cuál se va, veo la playa, el sendero del litoral, Senequier, Saint-Tropez, Sainte-Maxime y también Saint-Raphaël”
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—¿Las propiedades están todas en Suiza?

—Sí, entre Zúrich y Gstaad. Tenemos dos villas en el lago y siete chalets.

 —¿Qué es lo que hacéis exactamente?

—Compramos el terreno, luego hacemos el plano con el arquitecto para obtener el permiso. Después comenzamos a construir, controlamos y hacemos mucha visitas. Después organizo el interior de la A a la Z y al final organizo la gestión de las casas, como las visitas a agencias y clientes para alquileres.

HOLA4125 CASA MONIQUE HOLLINGER©Mattia Bettinelli
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Monique y su marido se casaron en Saint-Tropez. “Viviendo aquí me siento como una princesa. Me siento muy segura, este es mi lugar de felicidad”, asegura.

—¿Y tu vida social es siempre chispeante? ¿Podemos decir que eres una de las reinas de Saint-Tropez?

—Sí, se puede. Hicimos grandes fiestas, con 500 y 300 personas. Las hicimos en julio, también porque tenemos muchas invitaciones, así que tuvimos que hacer una gran velada. Desde la covid ha cambiado un poco, hacemos más cenas que veladas.

—Aquí tenéis amigos de todas partes.

—Sí, de Londres, de Francia, de América, de todas partes. Es muy internacional. Y desde hace 23 años, siempre voy a Senequier, miro los barcos y me pregunto quién vive allí, y ahora por fin estoy aquí con mi barco. Era realmente mi sueño. Para mí, el secreto de la vida es tener un sueño, creer mucho en él y concentrarse para conseguirlo. Así que a veces tienes que tener cuidado con lo que quieres.

REALIZACIÓN Y TEXTO: NANÁ BOTTAZZI

FOTOS: MATTIA BETTINELLI

VESTUARIO: ROBERTO CAVALLI

MAQUILLAJE: LILIANA ROSETTA

FLORES: REGIS SAINT-TROPEZ

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