Nos encontramos en el centro de la isla de Mallorca, en la localidad de Lloret de Vistalegre, y al fondo de las balas de paja redondas se encuentra una vivienda de vacaciones que se ha ampliado, de modo que ahora interior y exterior se funden en uno, todo en un entorno rural de postal. OHLab (ohlab.net), un laboratorio de arquitectura que dirigen los arquitectos Paloma Hernaiz y Jaime Oliver con sede en Palma de Mallorca, Madrid y Nueva York, ha sido el estudio que firma el proyecto.
Bautizada como casa Palerm, esta residencia ofrece un espacio exclusivo para disfrutar del entorno rural del corazón de Mallorca, de modo que se puede gozar una experiencia auténtica de vida mallorquina, rodeados de la belleza y tranquilidad del entorno natural de la isla balear.
Se trata de una interpretación contemporánea de la arquitectura tradicional mallorquina, con materiales locales como piedra de marés y teja cerámica, orientación norte-sur, y una distribución compacta. En cuanto a diseño interior, se inclina hacia lo rústico y mediterráneo, con enfoscados de mortero de cal, madera y tonos naturales, creando un ambiente cálido y auténtico en armonía con el entorno.
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A refrescarse, con vistas
Paloma detalla los motivos que les decidió a que la piscina fuera infinita: “la topografía del terreno presentaba cierta inclinación, lo que facilitaba este tipo de estrategia escalonada. La piscina infinita crea un efecto visual único al parecer que el agua se funde con el horizonte, lo que brinda una sensación de conexión directa con el entorno natural circundante”.
Al estar ubicada en una zona rural con vistas panorámicas hacia la sierra de la Tramontana al norte, la piscina infinita se convierte en el punto focal del jardín. Esta lámina de agua, para la que se seleccionó un sistema de cloración salina, amplifica la percepción de amplitud y libertad.
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Una selección botánica estudiada
El jardín es sostenible y se utilizan plantas autóctonas, es decir, especies vegetales que crecen de forma natural en el entorno del centro de Mallorca. Estas plantas son especialmente adecuadas para el clima y las condiciones del lugar, lo que las convierte en una opción de bajo mantenimiento, ya que están adaptadas para sobrevivir con el riego proporcionado por el mismo clima de la región.
La elección de la vegetación autóctona tiene varios beneficios, nos los explica Paloma. “En primer lugar, estas plantas están acostumbradas a las condiciones locales y, por lo tanto, son más resistentes a las fluctuaciones climáticas y requieren menos intervención humana para su cuidado. En segundo lugar, al utilizar plantas autóctonas, se fomenta la conservación de la biodiversidad y se contribuye a mantener el ecosistema local”.
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Un jardín naturalizado muy atractivo
El paisajista que ha diseñado los exteriores de estilo naturalizado (también denominado new perennial) es Salvador Cañís, propietario y director de Verdsatile. Esta tendencia imita a la naturaleza con su espontaneidad, huyendo de las líneas rectas, la geometría o la pulcritud propias de propuestas más estructuradas.
Al sur, se plantaron dos árboles para proporcionar sombra y frescor: un almez (Celtis australis) y una enredadera bignonia (Podranea ricasoliana) cubriendo la pérgola. Estratégicamente colocados en los extremos de la fachada, dos cipreses (Cupressus sempervirens 'Stricta') rompen con la monotonía de la estructura de la edificación. Además, se realizaron diversas plantaciones, como alhucema rizada (Lavandula dentata), Salvia microphylla, abrótano hembra (Santolina chamaecyparissus), campanillas plateadas (Convolvulus cneorum), gauras (Gaura lindheimeri), romeros rastreros (Rosmarinus officinalis 'Postratus'), hierbas pluma (Stipa tenuissima), palmitos (Chamerops humilis) y una colorida mezcla de Iris albicans, Tulbaghia violacea, agapantos (Agapanthus africanus, azul y blanco) y Kniphofia uvaria con grava como mulching mineral. El resultado es un cautivador diseño paisajístico con un toque de color durante casi todo el año.
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Variados puntos de vista
La arquitectura de la casa Palerm invita a la vida slow al integrarse armoniosamente con el entorno rural de Mallorca a través de materiales locales y vistas panorámicas. “Espacios de contemplación, distribución funcional y uso de materiales naturales crean una atmósfera cálida y acogedora, alentando a los habitantes a desconectar, relajarse y apreciar la belleza del entorno en una experiencia auténtica y pausada”, revela Paloma.
Y hay un secreto para disfrutar de las panorámicas desde ángulos y alturas diferentes, la composición por escalones. El desnivel permite que el porche (al estar elevado) ofrezca una mejor perspectiva del paisaje enmarcado desde el salón, brindando una vista más amplia mientras se disfruta del espacio al aire libre. Al mismo tiempo, este desnivel crea una transición visual entre el área de estar cubierta del porche y el espacio abierto de la piscina.
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El mejor mirador
En el plano de distribución podemos ver cómo transversalmente, la pastilla se perfora mediante un prisma imaginario obteniendo un gran hueco central, el que ocupa el salón y el comedor, espacios abiertos unos a otros y al exterior y situados en el corazón de esta vivienda de vacaciones mallorquina.
La huella del prisma queda reflejada en suelo y techo. En el suelo una lengua de hormigón crea terrazas a ambos lados de la zona social, ampliándola y conectándolo con el paisaje. En el techo, una pérgola de cañizo atraviesa el hueco y sobresale por ambos lados. De esta manera las terrazas quedan protegidas del sol, y el cañizo filtra la luz creando un juego de luces y sombras típico de la arquitectura mediterránea.
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Un salón de cine
El paisaje se ha enmarcado a través del gran hueco como si de una pantalla de cine se tratase ya que la proporción del hueco es exactamente la del antiguo Cinemascope 2.66:1.
El salón y el comedor pueden ser interiores o exteriores, en función de si las ventanas correderas, que pueden esconderse totalmente en la fachada, se dejan abiertas (como en la imagen) o cerradas.
Así, dependiendo de la temporada la experiencia que se disfruta es muy distinta. En verano en este ambiente se vive de manera fresca y relajada gracias a su ubicación y orientación. Durante los meses más cálidos, se produce una brisa constante, debido al salto térmico entre el bosque, que se sitúa al norte y el campo abierto, que se sitúa al sur. El porche con la pérgola de cañizo y las persianas mallorquinas ofrecen sombra, mientras se produce esta ventilación cruzada, manteniendo los espacios interiores frescos y aireados. La familia que pasa aquí sus vacaciones disfruta del paisaje rural y las vistas panorámicas mientras se resguarda del calor.
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Por otro lado, en las estaciones más frías, el espacio se adapta para proporcionar un ambiente acogedor y cálido. La pérgola está diseñada para que el sol entre en invierno y no en verano, teniendo en cuenta la variación en la inclinación solar en cada estación. El salón queda cerrado en invierno y los muros y cubierta de fábrica cerámica aportan energía térmica y permiten la conservación del calor interior. La terraza en el lado sur queda protegida del viento, siendo más acogedora en los meses de invierno. Además, se puede disfrutar del calor que ofrece la chimenea, un modelo tradicional de leña.
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Ambientes serenos y cálidos vestidos con materiales naturales
Madera y fibras forman parte del interiorismo, igual que la arquitectura. ¿Las razones? Su capacidad para crear una continuidad estética, transmitir una conexión con el entorno natural, brindar calidez y confort a los espacios, y fomentar la sostenibilidad. “Estos materiales naturales se integran de manera coherente con el diseño, promoviendo una experiencia auténtica y relajada en armonía con el paisaje rural de Mallorca”, considera Paloma.
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Artesanía local
En concreto la mesa de comedor es de Ethnicraft y las sillas de La Pecera, una editora balear que produce muebles, lámparas y objetos contemporáneos inspirados en la artesanía tradicional mallorquina, todos ellos hechos a manos por profesionales mallorquines de forma sostenible y con materiales autóctonos. Además, OHLab ha colaborado con otros productores locales, como Contain, en la selección de diversas lámparas, y se han incorporado esculturas cerámicas del artista mallorquín Jaume Roig.
En la cocina decoran también unas tradicionales damajuanas, las garrafas de vidrio soplado que vemos dispuestas en alto.
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Bienestar y calma entre fogones
La cocina y los trabajos de cañizo son un diseño de OHLab y, de nuevo se apuesta por un fabricante local: Creacuina.
El espacio se organiza en torno a una isla central con barra, facilitando un flujo de trabajo eficiente. Sobre esta el hanging rack de acero inoxidable proporciona un almacenamiento práctico y accesible. El mobiliario está fabricado con madera de fresno, brindando calidez y un toque natural, mientras que la encimera de mármol envejecido añade elegancia y resistencia al área de cocina. “Las baldosas hidráulicas de la marca mallorquina Huguet agregan un toque de estilo y tradición a la decoración”, comenta la arquitecta e interiorista.
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Todo por partida doble
Combinar bañera y ducha en este baño rústico para compartir responde a la idea de adaptarse a las necesidades y preferencias de los usuarios. Se ofrece versatilidad y comodidad para que a diario se pueda seleccionar la experiencia de baño.
En este ambiente destacan los azulejos artesanales locales, que refuerza el enfoque en la autenticidad y la conexión con el entorno. “Estos azulejos aportan un toque distintivo y tradicional a los espacios de baño”, opina Paloma. Además, también se alinea con la filosofía de kilómetro cero y sostenibilidad, al reducir el impacto ambiental asociado con el transporte de materiales y el fomento de la economía regional. Los dos lavabos de sobrencimera son igualmente locales, fabricados por Huguet.
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¡Panorámicas increíbles!
Si la zona de día se vuelca al paisaje, no lo hace menos la de noche. Muestra de ello es uno de los dormitorios dobles, con un gran ventanal que da acceso a la terraza.
La habitación sigue el mismo diseño de toda la casa, con decoración mediterránea a base de telas orgánicas, un ventilador de techo y las típicas persianas mallorquinas. Aquí el frescor logra conseguirse de forma natural.
Con aire desenfadado y sencillo se apuesta por dos lámparas colgantes flanqueando la cama y armarios roperos con frentes de cortina.
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Una casa que invita a la vida relajada
La disposición de espacios luminosos y amplias terrazas conectadas con el paisaje invita a los ocupantes de esta casa de vacaciones a disfrutar de momentos de ocio y de dolce far niente.
Paloma describe que el salón comedor, concebido como un espacio versátil y acogedor, permite una transición fluida entre el interior y el exterior, facilitando una experiencia despreocupada mientras se disfruta del entorno natural. Además, “la integración de elementos tradicionales y materiales locales en el diseño agrega una sensación de autenticidad y pertenencia al lugar”.