El estudio de interiorismo de Raquel González, en colaboración con los arquitectos de Subinas Dueñas, se ha encargado de dar vida y estilo a este ático ubicado en el corazón de Bilbao. Con tan solo 70 m2, ambos equipos han logrado hacer de este espacio un hogar moderno y acogedor, en el que arquitectura y diseño se fusionan de manera magistral.
Los dueños querían cambiar completamente la distribución original para contar con un gran espacio social, con zona de estar, comedor y cocina en un mismo espacio, tipo open concept. También querían una habitación extra que pudiera funcionar como despacho y cuarto de invitados; un baño amplio y un dormitorio principal cómodo y adaptado a sus necesidades actuales. Te invitamos a descubrir cómo sus deseos se hicieron realidad.
Una nueva distribución, más práctica y moderna
Según el equipo de Subinas Dueñas, el edificio donde se encuentra esta vivienda es uno de esos raros tesoros del Ensanche de finales del siglo XIX y principios del XX que, aunque no tiene detalles extravagantes, mantiene elementos arquitectónicos significativos de la herencia bilbaína.
Respetando esa esencia única, los arquitectos apostaron por una distribución moderna y despejada que lograra integrar diferentes usos y creara una sensación de amplitud y conexión en todos los espacios.
Ahora, nada más entrar en la vivienda, encontramos un espacio integrado que incluye el recibidor, la cocina, el comedor y la zona de estar. Es el corazón de la casa, el lugar desde donde se distribuyen las demás habitaciones. En un lado de la planta está el cuarto de invitados, que también cumple la función de despacho, y en el otro lado, el dormitorio principal con su propio baño.
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La zona de día
El equipo de Subinas Dueñas explica que "la distribución se ha basado en ordenar los espacios interiores en función de la actividad de la calle exterior y separando los espacios día-noche. De esta forma, el espacio principal diurno, el estar-comedor, se emplaza dando a la calle Euskalduna, y tiene orientación suroeste, y además resulta una calle con mucha más vida".
En el salón, el sofá de Crearte y los sillones de Casual, con tela de Güell Lamadrid, se han colocado en forma de L y abiertos a la zona del comedor, evitando así la sensación de división de espacios. La mesa de centro es de Kendo, los cojines, de Flamenco y Pepe Peñalver, y la alfombra, de Gancedo.
A continución, se ubicó el comedor, con una mesa redonda de la firma Vical, que permite una circulación fluida y sin obstáculos en todo el espacio, ya que este ambiente actúa como un área de transición entre la cocina y el estar. Las sillas son de Sovet.
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Diseños a medida
Para aprovechar al máximo el espacio disponible, tanto el equipo de interiorismo de Raquel González como el estudio de arquitectura Subinas Dueñas, decidieron diseñar muebles a medida en varias zonas de la vivienda. Entre ellos, la librería del salón.
Los propietarios querían que el salón de su casa fuera un ambiente acogedor con una chimenea y, también, evitar que el televisor estuviera siempre a la vista. Por eso se cuidó tanto el diseño de este mueble que, no solo incorpora una chimenea a vapor de Sue Chimeneas, sino que, además, cuenta con una puerta que se desliza y oculta el televisor cuando no está en uso, permitiendo así disfrutar del ambiente sin distracciones visuales. Un ejemplo perfecto de cómo el diseño a medida puede marcar la diferencia y lograr un espacio funcional y estéticamente agradable.
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Perfecto para recibir a los invitados y también para trabajar
Siguiendo los deseos de los propietarios, en un rincón del salón se ha creado un ambiente polivalente con un sofá-cama de la marca Casual, que viene muy bien para los amigos o familiares que quieren quedarse a dormir, y dos muebles de pared con almacenamiento, diseñados por Raquel González. Uno de ellos cuenta con un espejo, mientras que el otro dispone de una mesa abatible, convirtiéndolo en un cómodo espacio de estudio y trabajo. Junto al sofá, se ha colocado una lámpara de pie de Aromas del Campo. La alfombra es de Santos Monteiro.
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¡Abierto de miras!
La interiorista Raquel González ha logrado que el recibidor sea el punto de conexión perfecto entre las distintas estancias de la casa. ¿Cómo? Decorándolo con piezas que quedan perfectamente integradas en este gran espacio social, pero que, al mismo tiempo, dan al ambiente un valor práctico. La consola y el espejo del recibidor son de Kave Home.
Justo en frente, la cocina, diseñada a medida, da la bienvenida de forma alegre, acogedora y elegante.
¡Qué contraste!
"Los propietarios querían conservar el tono natural de la viga de madera en el techo, y para lograrlo, se ha seleccionado una paleta de colores que realza y multiplica la calidez en toda la vivienda", cuenta Raquel González.
En la cocina, para resaltar la belleza de la cubierta de madera natural, los muebles se eligieron en color blanco. Uno de los requisitos clave de la familia era tener una isla que ofreciera espacio para cocinar, por lo que se aprovechó para convertirla también en una barra de comedor diario.
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La zona de noche
Para el dormitorio principal, Raquel diseñó un cabecero de pared a pared, que aporta elegancia y sensación de amplitud, además de ofrecer comodidad adicional gracias al acolchado del tapizado. Este tipo de cabeceros también ayudan a reducir el ruido y mejorar la acústica de la habitación, ya que absorben los sonidos y evitan los ecos, lo que contribuye a crear un ambiente más tranquilo y sereno.
Un rincón muy personal
Junto a la zona de vestidor, se creó un acogedor rincón de lectura o relax con un confortable sillón con reposapiés de la firma Crearte, con tela estampada de Güell Lamadrid, que rompe con la monotonía de los tonos neutros y suaves elegidos en el resto del dormitorio. En general, la paleta de colores elegida para el proyecto de interiorismo se basa en tonos blancos, beige y neutros, combinados con elementos de madera y toques de color negro. La cómoda es un diseño de Raquel González y la lámpara de pie es de la firma Aromas del Campo.
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Un espacio amplio y bien organizado
En el cuarto de baño, se ha buscado transmitir la misma sensación de amplitud que en el resto de la vivienda. Y si bien, se ha mantenido la paleta de colores en beige y neutros, se han añadido materiales con texturas y rugosidad para enriquecer la estética. Además, se ha priorizado el almacenamiento con un mueble de lavabo que aprovecha al máximo el espacio y permite tener todo lo necesario al alcance de la mano.