Las rudbeckias son plantas de exterior perennes que seducen por su imagen asilvestrada y, sobre todo, sus llamativas y grandes flores con forma de margarita que brindan color al jardín durante los meses de verano hasta incluso parte del otoño. Se caracterizan por su crecimiento recto que puede alcanzar los 90 cm de altura.
Descubre todo lo que debes saber sobre esta bella planta de porte erguido que requiere pocos cuidados y es ideal en veranos calurosos como los de la Península Ibérica, pues es una flor con poca sed y que tolera bien la sequía.
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Datos curiosos
La rudbeckia debe su nombre al científico sueco Olof Rudbeck (1630-1702), y es llamada popularmente ‘Susana de ojos negros’, a causa de que sus cabezas florales tienen un cono en color oscuro, si bien no es negro sino más bien marrón oscuro e incluso, en ocasiones, verde, como se aprecia en la imagen superior. Por otra parte, esta planta también es conocida como ‘margarita negra’ o ‘girasol negro’, dado el parecido entre sus flores.
Con respecto a su origen, es del norte de América (Estados Unidos y Canadá) y en estado de Maryland es la flor oficial.
Ideal para potenciar la biodiversidad del jardín
La Rudbeckia hirta, con vistosas flores amarillas, es la variedad más popular, aunque hay otras con flores en otros coloridos (en tonos de naranja, rojo oscuro o marrón) y cuyo ciclo de vida puede ser más corto, como las variedades de planta de temporada.
En general, las rudbeckias son unas de las flores favoritas tanto de las mariposas como de avispas, abejas y abejorros. Y es que ¿quién puede resistirse al despliegue de sus brillantes colores?
Por cierto, dado que su colorido y néctar atraen a estos insectos beneficiosos no solo para la polinización sino también para el control natural de las plagas, es una especie que se emplea a menudo para proteger los cultivos del huerto.
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¡Fáciles cuidados!
La rudbeckia, como ya hemos comentado, procede del norte de América, no obstante, se ha naturalizado por muchas regiones templadas de Europa. Y cada vez es más cultivada para embellecer los exteriores ya que es una planta resistente y poco exigente. Eso sí, ama la luz, así que lo ideal es que reciba sol directo o tamizado (en regiones de mucho calor) al menos 6 horas al día.
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¿Sobrevivirá al invierno en exterior?
No es una planta excesivamente friolera y, en invierno, si las heladas son anecdóticas quizá supere los rigores de la estación. Si consideras que es mejor protegerla, plántala en maceta para poder situarla en el interior de la casa en un rincón muy soleado durante los meses fríos.
En todo caso, plantada directamente en el jardín si la rudbeckia no sobrevive, ten en cuenta que es muy sencilla su reproducción por semillas.
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Poco exigente con el riego
Las rudbeckias toleran la sequía y, en invierno, sus necesidades de agua serán anecdóticas. En el resto de las estaciones del año el riego debe ser moderado, procurando siempre que la tierra se mantenga húmeda, aunque el agua no debe quedar estancada, pues no le van bien los encharcamientos. Por otra parte, ten en cuenta que durante su primer año de crecimiento precisan un riego más regular para establecer sus raíces.
Siempre que riegues hazlo directamente en la tierra, con cuidado de no mojar sus hojas ni flores. Además, cuando el termómetro marca temperaturas altas te recomendamos que apliques un buen mantillo o acolchado, para que el agua no se evapore rápidamente y la planta luzca sus espectaculares flores amarillas en todo su esplendor.
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Olvídate de la poda
Esta planta herbácea no requiere ninguna poda, tan solo deberás oxigenarla para mantener sus tallos sanos y fuertes. Con este sencillo gesto prolongarás su floración. ¿Cómo? Eliminando las ramas secas y las flores marchitas.
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Salud de hierro, con buen sustrato y abono
El sustrato ideal es arcilloso y con materia orgánica. Y recuerda, debe poder retener la humedad, pero al mismo tiempo debe ofrecer un buen drenaje pues es una planta sin apenas enfermedades ni plagas, salvo las relacionadas con el agua acumulada.
Por otra parte, dado que el apogeo de las rudbeckias es la temporada estival, con su floración, esta planta se abona desde finales de la primavera hasta el otoño, de modo que garantices mantenerla fuerte y saludable. Añade cada 15 días fertilizante mineral al agua de riego. Otro dato importante para su cuidado es que no debes pasarte con el abono, porque el efecto será que promoverás el crecimiento excesivo del follaje en lugar de sus hermosas flores.
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Propagación y trasplante de la rudbeckia
La rudbeckia es una planta que (aparte de por semillas) puedes multiplicar por división en dos épocas: a principios de la primavera o después de la floración, en otoño. La división también es habitual por mantenimiento pues, con el tiempo puede volverse densa y desarrollar un centro muerto. Al separar la planta en secciones más pequeñas, ten la precaución de incluir algunas raíces para que puedan establecerse.
En cuanto al trasplante, cuando está en maceta se recomienda hacerlo cada 2 o 3 años y, directamente plantada en el jardín también puedes realizarlo con cierta frecuencia aplicando tierra nueva que le aporte un suelo más rico y con más nutrientes.
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