Tanto si te acabas de mudar como si quieres cambiar la distribución de tu salón para que sea más cómoda, es importante tener en cuenta ciertos factores. ¿Qué uso le dais al salón? ¿Cómo es su planta? ¿Es una estancia que actúa como zona de paso entre la zona de día y la de noche? ¿Cuántas ventanas tiene y dónde están? ¿Y las puertas? Todos estos elementos condicionan una distribución cómoda en el salón. ¡Lo vemos!
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Una rinconera pegada a la pared
Es una de las distribuciones más cómodas y que mejor aprovechan el espacio. Pero es que, además, con un sofá rinconera contarás con un gran número de asientos y es una de las opciones más confortables. Nos gusta esta distribución porque el salón se abre hacia el resto de la estancia, que parece que te recibe con los brazos abiertos. Puedes cerrar un poco el conjunto y delimitar la zona del estar con unas butacas. También puedes colocar unos pufs si quieres que haya menos ruido visual.
Con área de trabajo
Otra de las distribuciones que mejor funcionan en el salón, especialmente si quieres diferenciar dos zonas. Para ello, el sofá es la pieza clave que puede actuar como elemento separador y diferenciador entre los usos que le darás a la estancia. Si necesitas una zona de trabajo en casa, puedes colocarla detrás del sofá creando una especie de pasillo tras él y colocando el escritorio en la otra dirección. Así ambos espacios quedan diferenciados de manera equilibrada.
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Abierto al exterior
Si tu salón cuenta con un gran ventanal comunicado con una terraza, el jardín o un balcón, distribuye los muebles del salón de manera que la vida se centre alrededor de este exterior. Se trata de una distribución para el salón que invita a la luz natural, que permite disfrutar de las vistas y con vocación de salón de exterior. De hecho, si el ventanal se abre completamente, puedes complementar la decoración interior con la de exterior.
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Alrededor de la chimenea
Si tu salón cuenta con un elemento icónico, como una chimenea coloca los sofás de manera que la vida gire en torno a ella. Aquí tienes varias opciones. Si la estancia es alargada, lo ideal es colocar los sofás enfrentados, con la chimenea a uno de los lados. Ahora, si el salón tiene una forma más cuadrada y comparte estancia con el comedor o está abierto a la cocina, puedes colocar los sofás en L (también vale un sofá rinconera), de manera que el movimiento sea fluido. Puedes cerrar el conjunto con una butaca, pero ligera, de manera que no dificulte el paso.
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Cuando el sofá separa
En estancias grandes que comparten usos, una manera de ‘llenar’ el espacio es colocar ambas zonas de manera diferenciada. Lo ideal es colocar el sofá como elemento separador, de manera que su respaldo quede mirando hacia el comedor. Puedes ayudarte de otros elementos, como alfombras y lámparas, para remarcar esta separación. Incluso colocar un aparador te ayudará a potenciar ese efecto.
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Cuando el salón es una zona de paso
Si el salón actúa como zona de paso entre la zona de día y la de noche, por ejemplo, evita que para pasar a la zona de noche, haya que pasar por delante del sofá. Lo ideal es dejar una especie de pasillo por detrás de la principal pieza de la estancia, de manera que no ‘molestes’ a quien esté disfrutando de una serie o película o relajándose con un buen libro.
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Enfatiza la separación
Si empleas el sofá como elemento separador dentro de una misma estancia con dos usos, además de emplear elementos como la iluminación o las alfombras, para remarcar esa separación hay otros elementos decorativos que remen en la misma dirección. Una buena idea es instalar un tabique de cristal o estructura metálica en la que puedas colocar unos apliques con pinza o unas plantas colgantes que aviven la decoración.
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Aliándote con la arquitectura
Si has abierto tu salón no solo al comedor, sino también a la cocina, es probable que en la reforma te hayas encontrado con algún elemento estructural que no se puede eliminar. ¡No es problema! Haz que actúe a tu favor. Por ejemplo, si hay una columna en medio de la estancia, la puedes convertir en una especie de aparador donde descanse la trasera del sofá. Así su presencia será más discreta y el movimiento será más fluido.
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Coloca un mueble bajo que separe aún más
Si tu salón es alargado y la puerta de acceso está en medio de uno de los laterales, puedes utilizar el chaise longue del sofá para remarcar esa separación. Para darle más importancia, coloca un mueble bajo que regale almacenaje y que sirva como complemento visual para resaltar esa diferenciación de usos. Elígelo de una longitud similar a la del chaise longue para que el conjunto se vea equilibrado y no incremente el ruido visual.