Ha pasado más de media vida montada en un caballo, tanto es así que ha sido una de nuestras mejores amazonas. No había concurso que se le resistiera e incluso llegó a representar la candidatura de Madrid Olímpica 2020 como deportista profesional. Pero, poco a poco, Natalia Golding, hija del conocido empresario Richard Golding, fue cambiando los caballos por el mundo del vino. ¿El motivo? La finca con viñedos que su familia tiene en el sur de España, donde elaboran unos deliciosos vinos. Un lugar mágico, ubicado en Arcos de la Frontera (Cádiz), donde las montañas de la sierra de Grazalema se asoman imponentes y donde sus caballos pastan por los prados creando una postal inigualable. Allí nos recibe en su cortijo, una casa con aire andaluz (a pesar de su sangre inglesa), y nos habla de su faceta como bodeguera, de su época de amazona y de su pasión por el sur de España.
—¿Qué significa este lugar para ti?
—Significa tanto... Primero es casa, porque es donde están mis padres; un sitio de reuniones familiares y fechas importantes. Por otro lado, me trae muchísimos recuerdos de mis años con los caballos, ya que aún tenemos por los prados a algunos con los que yo competía, o potros de ellos, y, por último, es trabajo, ya que tenemos la bodega.
—¿Cuál es la historia de esta casa?
—Esta casa era un cortijo en ruinas. Cuando vinieron mis padres a ver la finca se quedaron enamorados de la zona y, especialmente, de las vistas. Lo construyeron todo de cero, no había ni vegetación, solo una vieja casa en ruinas que procuraron restaurar siguiendo la forma y tipología originales. Naturalmente, se beneficiaron de los sistemas modernos de climatización, instalaciones y demás hasta convertirla en lo que es hoy. Mi madre, muy aficionada a la decoración, se encargó de diseñarla y decorarla junto a un arquitecto local. Todas las estancias tienen personalidad propia.
—¿Qué hace una chica de padres ingleses, apasionada de los caballos, dirigiendo una bodega en Cádiz?
—Mis padres son unos grandes amantes del sur de España. El clima y el ambiente que tiene lo hace muy especial, por lo que decidieron buscar un lugar de retiro por estas tierras. Tras unos años medio instalados entre Madrid y Arcos, y ya con la finca dedicada a cría de caballos de salto en marcha, Richard (mi padre) decidió, como buen amante del vino, ver si era posible hacer uno tinto en esta zona. Primero tuvieron que hacer estudios del suelo, clima y posibilidad de variedades adaptadas a la zona para ver si era viable, y tras ver que sí, nos pusimos con ello. Así empezó el sueño de Tesalia. Según la mitología griega, Tesalia tenía unas montañas donde vivían los centauros (mitad hombre, mitad caballo) y por lo visto guardaban en sus cuevas vino que usaban para celebrar ocasiones especiales y les hacía enloquecer. Nos pareció un nombre especial para vincular nuestra historia familiar de los caballos con esta nueva aventura en el mundo del vino.
“Este lugar significa tanto para mí... Aquí están mis padres y me recuerda a mis años con los caballos, ya que aún tenemos por los prados a algunos con los que competía”
—¿Qué has aprendido del mundo del vino?
—He aprendido y... ¡sigo aprendiendo! Es un mundo apasionante en el que nunca dejas de ver cosas nuevas y diferentes estilos de hacer vino. Es un privilegio muy grande tener un negocio familiar a la vez que todo un reto. Tener un equipo bueno y hacerlo fuerte es importante y, en este caso, creo que eso es algo que nos ha permitido llegar tan rápido a donde estamos. Esto es una carrera de fondo y aún tenemos mucho que aprender y mejorar, pero creo que vamos por buen camino.
“Keanu Reeves conoció nuestro vino durante un viaje por el sur de España y nos llamó para visitar la bodega. Fue un honor atenderle y ver cómo disfrutó. De hecho... ¡se llevó varias cajas!”
—¿Qué destacarías de vuestros vinos?
—Creo que uno de nuestros fuertes es precisamente ser de una zona no tan conocida de elaboración de vinos tintos. Cada vez hay más interés y curiosidad por salirse de lo clásico en este aspecto y nosotros hacemos tintos en zona de blancos y vinos de Jerez. Tenemos tres vinos en el mercado: Iceni es un vino joven, buscamos fruta y frescura; Arx es algo más complejo, es un vino moderno pero sigue siendo muy fresco, y Tesalia es un clásico, es un vino muy elegante. Tenemos unos viñedos extraordinarios, en los que está todo pensado para que nuestras vides no sufran en las temporadas más cálidas del año y puedan desarrollarse en óptimas condiciones.
—Dicen que Keanu Reeves os visitó el verano pasado y se quedó absolutamente enamorado de vuestros caldos.
—Así es y fue toda una sorpresa. Por lo visto había organizado un viaje con un grupo de amigos amantes del motor. Vinieron a esta zona para disfrutar del clima, de la comida y de los vinos. Por suerte, en uno de los restaurantes probó Tesalia y, por lo visto, quedó encantado, ya que no esperaba un tinto así del sur de España, entonces nos llamaron para concertar una visita. Fue un honor para nosotros atenderle y ver cómo disfrutó de la visita y de nuestros vinos. De hecho... ¡se llevó varias cajas en su viaje de vuelta!
“Cuando vinieron mis padres por primera vez, el cortijo estaba en ruinas. Se enamoraron de la zona, especialmente, de las vistas y lo construyeron de cero siguiendo la forma y tipología original”
—Tu padre es un gran empresario, ¿qué consejos te da a la hora de dirigir la bodega?
—Gracias a él, Tesalia está hoy donde está. Es una persona valiente y diría que también testaruda. Siempre tuvo claro que debíamos rodearnos de los mejores profesionales y formar un equipo fuerte y creo que eso ha sido absolutamente clave en todo el proyecto. Hasta entonces, yo no conocía a mi padre como empresario, para mí era “papá”, todo risas y mi mayor fan en el mundo del caballo, venía al fin del mundo a verme competir y lo disfrutaba. Es una suerte poder aprender de él y que me dé consejos a diario.
—Has sido durante mucho tiempo amazona profesional ¿qué significa el mundo de los caballos para ti?
—Los caballos han estado siempre en mi vida desde que tengo uso de razón. Es un mundo al que siempre voy a estar vinculada. He pasado muy buenos momentos y otros no tan buenos a lo largo de estos años. Ser amazona profesional es algo complicadísimo y admiro mucho al que lo consigue. Hay que tener talento, mucha disciplina y una cabeza que acompañe. Por supuesto, me quedo con lo bueno de toda la época en la que estuve dedicándome de lleno a ello. He tenido la suerte de montar caballos extraordinarios, de viajar mucho, de vivir fuera y de conocer gente magnífica. ¡Espero seguir disfrutando del mundo ecuestre toda mi vida!
—Además, gracias a la hípica conociste a tu marido.
—La suerte de mi vida. Hay veces que pienso que si hubiera tomado otro camino siendo más joven, probablemente, no estaría donde estoy ahora ni como estoy ahora, creo que todo pasa por algo. Así que estoy feliz de que la hípica haya puesto a mi marido en mi camino. Es la mejor persona que conozco y doy gracias a diario por tenerlo a mi lado.
—¿Quién te introdujo esa afición?
—Mi madre se dedicaba de manera profesional al mundo de los caballos; recuerdo perfectamente de pequeña viajar con ella a sus campeonatos con mi hermano. Era muy divertido porque teníamos muchas amistades. Luego empezamos en clases de hípica cerca de casa y, poco a poco, la afición fue creciendo hasta que, sin darme cuenta, me metí de lleno y hasta el día de hoy.
“Mi padre decidió ver si era posible hacer un vino tinto en esta zona, que es de blancos y de Jerez. Hicieron estudios del suelo, clima y variedades y nos pusimos a ello”
—¿Sueles montar a caballo aquí?
—Hace unos años, cuando estaba en competición, sí, este ha sido siempre mi refugio. El clima y el emplazamiento lo hacen un lugar de ensueño para cualquier amante del deporte ecuestre. Las instalaciones que tenemos son muy buenas y es un lujo trabajar con los caballos aquí y poder disfrutar también del campo y desconectar. Pero, ahora, digamos que soy más práctica, lo hago como hobby. Aunque seguimos teniendo cría de caballos de salto, por lo que siempre hay actividad.
—¿Qué es lo que más te gusta de esta tierra?
—El clima, la gente y el ambiente que se respira en el sur de España es espectacular. Nos encanta disfrutar de la comida, del vino y de todas las maravillas que nos brinda esta tierra, ¡no hay un lugar mejor!