No solamente es toda una belleza vegetal, sino que, además, es muy sencilla de cultivar, por lo que es una gran idea hacerle un hueco en nuestra casa. Aquí tienes algunos tips que te ayudarán a cuidarla mejor para que esté siempre preciosa.
Una familia numerosa
La esparraguera es una planta de hoja perenne originaria de Sudáfrica. Posee un follaje muy característico, fino y de un color verde intenso. Sus tallos parecen plumas delicadas, pero se trata de una planta fuerte y resistente, que tolera bien la sequía.
Crece en vertical y cuando se cultiva en exterior, en las zonas de donde es originaria, puede alcanzar un metro de altura. Sorprende su bonito color verde brillante, que será una muestra de su estado de salud. Cuando lo conserva tal como es significa que la planta está bien.
La familia de las esparragueras es amplia. Algunos de los ejemplares más frecuentes son la Asparagus plumosus o esparraguera de las floristas, porque se utiliza para adornar ramos y centros florales; la Asparagus densiflorus, esparraguera africana o helecho espárrago; y la Asparagus officinalis, que es la que produce espárragos comestibles, tanto trigueros como blancos.
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Luz a raudales, pero no sol directo
Una de las características esenciales para cultivar adecuadamente la esparraguera es buscarle un emplazamiento muy luminoso dentro de casa, pero evitando que le den de forma directa los rayos del sol, ya que esto no le beneficia en absoluto.
Se trata de una planta que necesita mucha luz. Si no la tiene, verás cómo sus tallos se van alargando y van modificando su verde intenso, que aparece mucho más apagado. En caso de que las hojas de la esparraguera se vuelvan amarillas es porque recibe demasiada luz directa.
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Elige bien el sustrato
Es un cuidado relevante para tu esparraguera, ya que de él depende la salud y el estado de la planta. Si no sabes cuál elegir, opta por un sustrato para plantas verdes que mantenga la humedad necesaria sin encharcarse.
Debe estar húmedo pero bien drenado. Evitar los encharcamientos es esencial si quieres cultivar con éxito la esparraguera.
Un consejo: una alternativa para asegurarnos un buen drenaje consiste en colocar en el fondo de la maceta un poco de arlita.
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Ama los climas templados
La esparraguera es una planta que no soporta el frío. Por eso la cultivamos mucho mejor en interior, ya que al aire libre solo aguantaría en las zonas de clima cálido. Cuando el termómetro baja de los 10ºC, la esparraguera comienza a sufrir.
Para estar feliz, ha de estar en un entorno templado, con temperaturas entre 14 y 20ºC. En los meses en que el calor se intensifica, es importante que tenga suficiente humedad ambiental para poder combatirlo.
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Riego regular y alta humedad
La esparraguera ama la humedad, tanto en el sustrato como en el ambiente. Y eso es lo que va a marcar la pauta de riego que tendrás que llevar a cabo.
Lo que realmente necesita esta planta es contar con un sustrato siempre húmedo, pero no en exceso. Para conseguirlo el riego ha de ser regular y siempre, antes de aportarle agua, debes comprobar cómo está el sustrato, si está muy seco o no.
¿Te has olvidado de regar tu esparraguera durante unos días? Tranquilo, es una planta capaz de soportar cierta sequía, siempre que sea temporal.
Un consejo: para garantizarle la humedad ambiental que necesita, puedes pulverizarla con frecuencia. Además de mantenerla lozana y muy verde, conseguirás que no le afecten algunas plagas.
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Energía en primavera
La estación de las flores es la más exigente para la esparraguera. Y no porque necesite concentrar sus fuerzas en una floración abundante y espectacular, ya que sus flores son pequeñas, de color blanco y poco llamativas, sino porque se trata de su época de mayor crecimiento y eso consume energía.
Podemos dársela en forma de fertilizante, proporcionándole así los nutrientes que necesita para desarrollarse. Elige un abono líquido para plantas verdes y dilúyelo en el agua de riego cada dos semanas.
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¿Hay que podar la esparraguera?
No es este un cuidado de los que se podrían considerar obligatorio, pero sí es importante hacerlo cuando la planta lo necesita. ¿Y cómo podemos saber si a nuestra esparraguera le hace falta una poda o no? Vigila los tallos y fíjate si hay alguno al que le falta el follaje, está seco o ha adquirido un tono marrón. Si detectas alguno así córtalo a ras de suelo.
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Un buen trasplante cada dos años
¿Trasplantar o no trasplantar la esparraguera? Se trata de una planta cuyas raíces se desarrollan considerablemente por lo que sí es recomendable trasladarla a una maceta de mayor tamaño al menos cada dos años de forma que puedan crecer adecuadamente. De esta forma se evita que el sistema radicular se atrofie.
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¡Ojo con las plagas!
Aunque la esparraguera tiene fama ser una planta resistente, y lo es, en ocasiones puede verse afectada por el ataque de ciertas plagas.
Una de ellas es la araña roja, que suele aparecer cuando el clima es seco, en los meses de verano. Para combatirla lo primero que debes hacer es pulverizar con mucha frecuencia a tu esparraguera, y verás como desaparece esta plaga molesta.
También le pueden atacar el pulgón y la cochinilla algodonosa. En cuanto detectes estos insectos dañinos debes aplicar a la planta un insecticida específico que acabe con ellos.
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