Son frescas, aportan calidez y, sobre todo, restan seriedad a la decoración. Su punto fuerte es su aspecto relajado y desenfadado, que ha ido ganando adeptos a lo largo de los últimos años. Las fibras naturales siguen siendo tendencia. Y es que estos materiales como el yute, el cáñamo, el mimbre o las algas son los preferidos para añadir tanto en lámparas o cestas, pequeños objetos decorativos, como en otros más funcionales, como alfombras, y en hasta piezas de gran tamaño, ya sean sillas, mesas o cabeceros. ¿Sabes por qué las fibras naturales siguen siendo tendencia? ¡Te lo contamos!
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Su frescura es innegable
Una de las principales características de las fibras naturales es el look fresco que aportan a cualquier ambiente. Y esto funciona incluso cuando no es el material más predominante en la decoración. Una cesta de mimbre, unos salvamanteles individuales de sisal en la pared o una lámpara de yute son piezas capaces de llevar un toque refrescante a cualquier estancia de manera discreta.
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Aportan la calidez que buscas
Las fibras naturales destacan también por su capacidad para encajar en cualquier tipo de decoración y sumar calidez. Esta versatilidad hace que pequeños adornos de fibra queden bien hasta en los espacios más modernos, en los que consigue subir la temperatura sin condicionar el estilo decorativo. Incluso son ideales para piezas más voluminosas, como un mueble con puertas de cannage, como en esta propuesta.
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Saben a verano
Aunque las fibras naturales quedarán bien en tu casa en cualquier época del año, es en verano cuando más apreciamos su belleza. Y es que los muebles y complementos de fibras naturales son capaces de contagiar su carácter relajado a la decoración de nuestra casa, con un resultado refrescante y cálido. Ese aspecto desenfadado es perfecto para una casa de campo o de veraneo, donde el tiempo pasa a otro ritmo, más sosegado.
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Un 'look' más 'boho' con grandes piezas
Si quieres conseguir un look boho en el dormitorio o el salón, apuesta por grandes piezas de fibra natural. Una butaca de mimbre es un buen lugar por el que empezar. Este tipo de muebles, relegados durante años a terrazas y jardines, han conquistado también el interior de nuestras casas gracias a su versatilidad, aspecto cálido y comodidad. Y para conseguir un aspecto boho añade más elementos de fibras, como un puff de sisal, una alfombra de yute y algodón y una gran lámpara de ratán. Añade unos textiles de estampados étnicos y colores cálidos, ¡y lo tendrás!
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Matices cálidos en complementos
Si te parece demasiado arriesgado incluir grandes piezas y no sabes por dónde empezar a decorar tu casa con fibras naturales, comienza por los complementos decorativos. No tienen por qué ser ni demasiado grandes ni demasiado llamativos. Un pequeño adorno de yute o sisal sobre una consola tiene mucha más fuerza de la que imaginas, y es capaz de llevar sus propiedades cálidas en pequeñas, pero potentes, dosis.
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Del salón al dormitorio
Otra de las estancias en las que las fibras naturales son un must es el dormitorio. Se ha convertido en uno de los materiales preferidos para conseguir un ambiente en el que prime el relax y la desconexión. Y es que esa propiedad que tienen las fibras para que parezca que no pasa el tiempo es perfecta para la estancia más íntima. Si quieres que sean protagonistas, incluye en la decoración un cabecero de cannage. Los hay con diseños increíbles, capaces de robar todas las miradas. Si quieres debutar con elementos más discretos, que sea mediante la alfombra.
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Y pasando por el baño
Aunque las fibras naturales no son muy amigas de los ambientes húmedos, sí que puedes llevarlas al baño mediante pequeños complementos de orden, como cestas y cajas. Y su presencia cumplirá un doble objetivo: no solo dará la calidez propia a una de las estancias por definición más frías de la casa, sino que también contribuirá a ayudarte con el orden. Puedes utilizarlas a modo decorativo y guardar en ellas las toallas, el papel higiénico o los productos de higiene personal. ¡Tú eliges!
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¡Y la cocina!
Otro de los espacios de la casa en el que las fibras naturales han ganado protagonismo es la cocina. Y hay muchas maneras de llevar este material al corazón de nuestra casa. Una de las maneras más sencillas es mediante una lámpara de techo sobre la zona del office, tanto si es una mesa de comedor aparte como si está adosada a la isla, como en esta propuesta de la interiorista Laura Yerpes. También puedes incluirlas mediante las sillas o los taburetes de la isla.
Pero si quieres empezar con pequeños detalles, hazlo con cestas de mimbre u otras fibras naturales que, además de aportar esa calidez de la que ya hemos hablado, te ayudarán a tener una cocina más ordenada.
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El puntito cálido en el dormitorio infantil
Otro espacio que disfruta de la calidez y frescura de las fibras naturales es el dormitorio infantil. Conseguirás un estilo relajado, perfecto para el descanso, pero también cálido y estimulante para que tus hijos crezcan en el mejor entorno. Lo mejor es que, además, no pasarán de moda (ni tus hijos se cansarán) pase el tiempo que pase. Si no te atreves con grandes piezas, como las de esta propuesta, comienza incluyendo fibras naturales mediante la lámpara de techo, unas cestas para los juguetes…
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Su origen está en la tradición
Relacionamos los muebles de mimbre y fibras naturales con la casa de nuestra abuela o aquella del pueblo en la que pasabas los veranos. Y es que estos materiales naturales nunca han perdido su protagonismo en los espacios rústicos, donde son los auténticos protagonistas.
En la actualidad, hay novedosos diseños con un estilo más sobrio y estilizado que se han colado en otras tendencias decorativas, más modernas. Y son capaces de ostentar la misma fuerza.
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Llévalas también al exterior
Los muebles y complementos de fibras naturales han sido las protagonistas de terrazas y jardines durante años. ¡Y ahí se mantienen! El toque relajado que aportan este tipo de piezas es ideal para esas zonas de exterior de las que hacemos uso sobre todo cuando llega el buen tiempo. Ahora, ten en cuenta que las fibras naturales pueden estropearse al estar a la intemperie, de manera que deberás protegerlas de la lluvia y guardarlas durante el invierno para que no se estropeen.
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