Llega la primavera y con ella el momento de poner a punto el jardín para una nueva temporada frondosa y especial. Sin embargo, el objetivo esta vez no s llenarlo de colores a través de las flores. También es posible crear jardines frondosos, bellos e interesantes prescindiendo de las plantas de flor y apostando únicamente por especies verdes, sin flores.
Un jardín sin flores no es un jardín sin color
Si en un principio no te parece la mejor idea a la hora de diseñar un jardín, puede que necesites pensarlo un poco más porque disfrutar de un jardín verde, fresco y frondoso no es ninguna tontería. Existen espacios ajardinados de una belleza increíble en los que no hay ninguna flor.
La enorme variedad que existe de plantas de hoja verde hace que sean lo suficientemente decorativas y bellas como para crear espacios de exterior de lo más atractivos.
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Las flores son efímeras
La primavera es la estación de las flores y durante las semanas que dura, los jardines suelen estar llenos de color. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, por regla general, la floración de las plantas es breve y efímera.
Por tanto, si lo que quieres es que la belleza de tu jardín perdure a lo largo del año, no parece la mejor idea apostarlo todo a las flores, ya que estas duran un tiempo muy limitado. Quizá sea más inteligente tratar de encontrar la belleza en el follaje de las plantas, en los matices de sus hojas verdes, en su forma y en la textura de cada una, y en cómo combinarlas entre sí.
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Crear un jardín sobrio
El atractivo de estos jardines verdes reside, sobre todo, en el follaje de las plantas que lo conforman. Esto no significa que resulte por obligación un espacio aburrido y monótono. Solo hay que buscar la manera de resaltar su atractivo.
Por otro lado, las plantas sin flor requieren de un menor mantenimiento, ya que no necesitan invertir tanta energía en florecer, y la guardan para crecer y desarrollarse plenamente. A la hora de diseñar tu jardín verde, elige especies con hojas llamativas, originales, de tonos atractivos. Hay todo un mundo de matices verdes por descubrir.
El poder relajante del verde
Los jardines que no tienen flores resultan serenos y muy relajantes. Si la magia no reside en los colores, hemos de buscarla en las texturas, en la mezcla de los distintos tonos de verde para recrear espacios al aire libre sencillos y sobrios, en los que nada distorsione la belleza natural de las plantas.
En este tipo de espacios ajardinados la pradera de césped puede adquirir particular relevancia. Aunque no se trata de un elemento imprescindible, viene a subrayar la importancia del verde.
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Textura y forma
A la hora de buscar especies vegetales para crear un jardín verde hemos de fijarnos en aspectos como la textura de las hojas, tan diferente unas de otras. La clave es aprovechar esa diversidad para definir contornos y marcar contrastes. Hay hojas cerosas, aterciopeladas, suaves y brillantes, ásperas, etc.
También podemos utilizar la forma de las hojas para configurar espacios interesantes en el jardín. Combina hojas redondeadas con otras puntiagudas, acorazonadas, rectas, etc.
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Jardín bello todo el año
Existe una inmensa variedad de tonos de verde en el mundo vegetal, desde los tonos más claros y luminosos, hasta los más oscuros, aquellos que presentan matices amarillos, grises o azulados.
Un jardín sin flores no tiene por qué ser un jardín monocolor. Según va pasando el tiempo y las estaciones, este tipo de jardines permanecen estables cromáticamente hablando. A la hora de diseñarlo y cultivarlo ya no es necesario sabe controlar la floración de las plantas. La clave es ahora saber jugar con las distintas tonalidades de verde, y apostar por especies de hoja perenne y por plantas vivaces.
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Una tendencia en alza
Los jardines domésticos que prescinden de las flores y apuestan por el verde son cada vez más habituales. Se trata de espacios minimalistas, sobrios y con un toque de diseño especial.
Además de masas de arbustos, de árboles y de otras plantas, también es interesante añadir un elemento de agua, siempre que sea posible. Un pequeño estanque o un arroyo aportarán frescor al jardín y sonidos relajantes.
Un consejo: entre las plantas y arbustos verdes más decorativos por los que puedes optar destacan los siguientes: laurel (Laurus nobilis), boj (Buxus sempervirens), viburno (Viburnum tinus) y hebe (Hebe topiaria).
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Tímidos toques de color
Aunque no son protagonistas del jardín, este tipo de diseños de paisajismo también pueden incluir algunas flores, siempre que sean poco llamativas y, en ningún caso, resulten el elemento central del diseño.
Un ejemplo son las aromáticas, como la lavanda (Lavandula angustifolia) o la salvia (Salvia officinalis) que presenta unas espigas florales de color violeta. Hay muchas especies de plantas de flores sencillas a las que puedes hacer un hueco en tu jardín verde.
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Las gramíneas, una opción que nunca falla
Hay muchísimos tipos de plantas sin flor que puedes incluir en tu jardín verde, pero las gramíneas son siempre una alternativa interesante. Algunos ejemplos son la festuca (Festuca glauca), convalaria (Ophiopogon japonicus), Pennisetum alopecuroides, miscantus (Miscanthus sinensis), etc.
Si, por el contrario, necesitas una planta trepadora que no florezca, siempre puedes recurrir a la hiedra (Hedera helix). Hay un largo repertorio de plantas verdes de todo tipo: arbustos, árboles, etc.
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