Los jardines de estilo andalusí evocan los maravillosos paisajes de La Alhambra. En ellos las plantas y el agua comparten un papel esencial. Ambos son protagonistas y conviven en equilibrio. Estas son las claves más relevantes de estos paraísos vegetales.
Jardines con vida propia
Los espacios exteriores de estilo andalusí no eran meros diseños paisajísticos. Estaban concebidos para evolucionar y desarrollarse con el paso del tiempo y de las estaciones. Muy relacionados con la vida doméstica de la casa o el palacio al que pertenecían, se diseñaban para ser dinámicos y cambiantes, aunque su importancia podía variar de unas épocas a otras.
El agua, en el centro
No existía jardín andalusí alguno que careciese de uno o más elementos de agua en su diseño. Este hecho era así desde los comienzos de la tradición paisajística andalusí, en la que se consideraba que el agua era un factor esencial en cualquier jardín. Por eso no faltaba nunca una fuente o un surtidor, entre otras variedades de elementos acuáticos, para aportar dinamismo e interés al diseño del jardín.
Acequias y surtidores
El agua siempre estaba presente en los jardines andalusíes y, aunque se daba en múltiples formas, algunas de ellas eran más frecuentes que otras en este tipo de espacios. Abundaban, por ejemplo, las fuentes y surtidores, y también los aljibes, las acequias y las albercas, frente a los estanques, menos habituales.
Las acequias, por ejemplo, no solo eran un elemento decorativo, sino que servían para definir el diseño del jardín. Trazaban el terreno y delimitaban las distintas zonas. Servían para llevar a cabo labores de riego y para conducir el agua de un rincón a otro dentro del jardín.
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El jardín de los sentidos
El sonido tintineante del agua al correr por un riachuelo o una acequia, o el de un chorro al surgir de una fuente. El murmullo de estos elementos de agua resulta refrescante y se mezcla con los aromas de las plantas al llegar la primavera.
Los colores son también un tesoro en los jardines andalusíes. Todo en ellos está pensado para disfrutar con los sentidos: el oído, el olfato y la vista. El objetivo era crear un entorno mágico y especial, rebosante de belleza.
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Un diseño basado en la simetría
Los jardines de estilo andalusí hacen gala de un diseño ordenado que se desarrolla en un espacio perfectamente delimitado, por regla general cuadrado o rectangular. El jardín se suele dividir en cuadrantes mediante un eje central. Estos cuadrantes incluyen parterres de flores, árboles y otras muchas plantas. Según el tamaño del jardín pueden trazarse uno o varios senderos.
Las plantas se distribuyen en función de las acequias, las zonas verdes quedan separadas, etc. En cuanto a las flores, abundan las rosas, los jazmines, los lirios, las anémonas, los narcisos, los alhelíes, las margaritas y las violetas, entre otras.
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El toque fresco de los árboles frutales
Son muy habituales en los jardines de estilo andalusí, y aportan una nota fresca y aromática en cualquier rincón. Destacan los limoneros, los naranjos, membrillos, melocotoneros y manzanos, entre otros.
En función del clima de la zona donde se emplaza el jardín, también pueden ser comunes los olivos y las higueras. Además de los frutales, hay otros árboles muy típicos de los jardines de estilo andalusí, como los cipreses, por ejemplo.
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El granado, un árbol muy característico
Se trata de un árbol de gran belleza que, además, produce una fruta muy rica, la granada. En primavera se llena de flores acampanadas de color rojo, convirtiendo el jardín en un espectáculo de color.
Si vives en una zona de clima cálido y quieres tener un jardín de estilo andalusí, plantéate tener uno o varios granados (Punica granatum). Búscales un lugar resguardado de los vientos y de las heladas, ya que no le gustan nada. Aunque se trata de un árbol que resiste el frío, no está de más que protejas las raíces en invierno con un acolchado o mulching hecho con paja o corteza de pino.
Un consejo: si quieres ver crecer feliz a tu granado, no te olvides de darle una buena poda una vez al año, para eliminar las ramas secas o dañadas.
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El exotismo de las palmeras
Son un tipo de árbol muy característico de los jardines andalusíes. Destacan en su trazado, acompañando a los frutales y a otras especies.
Aunque tu jardín no sea excesivamente grande, existen muchas palmeras de crecimiento lento y tamaño reducido que son perfectas para espacios pequeños.
También debes tener en cuenta el clima a la hora de elegir las palmeras que mejor le van a tu jardín. Hay palmeras capaces de soportar el frío y las bajas temperaturas, y otras tropicales perfectas para climas cálidos. Todas las especies consiguen darle al jardín una apariencia exótica.
Un espacio para el huerto
Las zonas de huerto se integran de maravilla en los jardines de estilo andalusí. En muchas ocasiones forman parte del propio diseño paisajístico. En ellos se pueden cultivar plantas aromáticas, los árboles frutales que son toda una seña de identidad en estos jardines, hortalizas, viñas, plantas de flor, etc. Si te encantan los huertos, no te resistas a tener uno e intégralo en tu jadín andalusí.
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