Entramos en el estudio del interiorista Manuel Espejo, en el barrio de las Letras de Madrid

Hace algo menos de un año que el interiorista Manuel Espejo ha abierto su nuevo estudio de interiorismo en el centro de Madrid, en el barrio de las Letras. Tras una reforma integral que él mismo diseñó, este espacio de trabajo es un fiel reflejo de su consolidado estilo: sobrio, elegante, ordenado, cómodo y funcional, perfecto para trabajar y recibir a sus clientes.

El diseñador de interiores

Manuel es uno de los referentes del interiorismo actual en nuestro país. Desde niño tenía clara su vocación, jugaba a dibujar estancias y a cambiar muebles de sitio, de ese juego ha hecho su profesión y su pasión. Realizó sus primeros proyectos mientras cursaba sus estudios de diseño y arquitectura interior en el Instituto Artístico de Enseñanza, IADE, y muy pronto comenzó a trabajar en algunos de los estudios más prestigiosos de nuestro país. En 2013 participó por primera vez en Casa Decor y desde entonces no ha faltado a su cita con esta Exposición. Este año ha sido la firma de mobiliario italiana Arrital quien ha confiado en este profesional para el diseño de su espacio, un salón-cocina que tendremos oportunidad de descubrir cuando Casa Decor 2023 abra sus puertas, el próximo 13 de abril.

Desde su estudio, Manuel desarrolla una filosofía muy personal en la creación de interiores. Son espacios modernos y funcionales que transmiten bienestar y armonía, y que siempre están en consonancia con la personalidad y el estilo de vida del cliente. Él abre sus puertas y nosotros te lo enseñamos.

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A modo de recibidor

Nada más ver este local a pie de calle, que hasta hace poco había sido una tienda de antigüedades, Manuel supo que seria la sede de su nuevo estudio. Él mismo lo convertiría en un ambiente relajado y productivo en el que trabajar junto a su equipo y recibir a sus clientes.

Con 120 metros cuadrados, techo de 3,5 metros de altura y dos patios interiores, el interiorista diseñó una nueva distribución a base de seis espacios diferentes: ambientes amplios y comunicados, donde cada metro cuadrado está aprovechado al máximo.

El primer espacio se concibió como si fuera el recibidor de una vivienda. El interiorista se fijó como objetivo crear un ambiente cálido y acogedor para que todo el que entrara se sintiera como en su propia casa. En su decoración destaca la chimenea decorativa, una gran mesa redonda de roble natural en negro, una alfombra que viste el suelo y da calidez y, como no podría ser de otra manera tratándose de Manuel Espejo, un gran panel de espejos ahumado en negro formado cuadros biselados. Con ese recurso tan identificativo de su estilo, el interiorista ha conseguido el efecto de profundidad. Tampoco faltan las obras de arte que, en este caso, son también diseño de Manuel, excepto la escultura que se ha colocado en una peana, que es de Maite Carranza. 

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Diseños a medida

La mayor parte del mobiliario que Manuel Espejo ha elegido para su espacio son diseños propios. Desde la mesa y la alfombra  KIO de Kaymanta que veíamos en el ambiente anterior hasta la consola lacada en turquesa, el banco tapizado, las lámparas de mesa con el pie de laca roja y pantalla de lino, y el cuadro que decora la pared y que forman parte de este rincón del recibidor. También las puertas de paso y armarios, de 3 metros de altura, con bisagras y tiradores artesanales, están diseñadas por el estudio.

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Contraste cromático

En el diseño de primer ambiente destaca el limpio y elegante contraste que se ha creado entre los distintos elementos del espacio, una dualidad cromática que suma carácter y personalidad. Así, las paredes se entelaron en lana negra de KA International y el suelo se cubrió con piezas XXL de Cosentino, en contraste con el techo, las embocaduras y las puertas en un blanco luminoso. Además, para romper ese equilibrio y añadir riqueza visual al conjunto, se añadieron contrapuntos cromáticos en rojo y turquesa.

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Un pasillo muy bien aprovechado

En el pasillo que conecta la entrada del estudio con el resto de espacios, se ha instalado una cocina de Cocinas Río. Los muebles son de una resina en negro mate efecto pizarra se eligió este mismo material para costados, encimera y fregadero. Además, se combinan espejos en el mobiliario de la zona central. Todos los electrodomésticos son de Miele en cristal negro.

La pared que queda justo enfrente esconde uno de los secretos mejor guardados del estudio. Y es que, si a primera vista es un frente de módulos tapizados en beige oscuro de suelo a techo, en realidad se trata de una serie de contenedores ocultos que se abren y sirven para almacenat, perfectamente ordenados los catálogos, los muestrarios de textiles, los de materiales, los planos… una solución muy práctica, ya que permite ganar superficie de trabajo y donde se respira orden.

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Sala de reuniones

Al final del pasillo se encuentra la sala de reuniones. Este espacio, nos cuenta el interiorista, debía ser cómodo y funcional, ya que en este espacio es donde se realizan las presentaciones de sus proyectos, pero sin perder la estética elegante que se respira por todos los rincones del estudio. Se trata de una sala luminosa, con paredes tapizadas en lana beige oscuro y techos, combinadas con el blanco en techo, rodapiés, cornisas, ventanas y puertas de paso.

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Trabajo de ebanistería

La sala de reuniones da a un patio interior que no destacaba especialmente por ofrecer unas vistas magníficas. Para disimularlo, Manuel Espejo cubrió todo el frente, de lado a lado, con puertas de lamas de madera lacada en blanco que, además de elevar el nivel de la decoración, consigue que el espacio parezca más grande.

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Más espejos

Junto a las puertas de lamas de madera, otro elemento clave para transformar este espacio es el frente de espejos que reviste la pared que queda frente al patio. Reflejan los muebles y las puertas y logran dar más amplitud visual a este ambiente, además de potenciar la luz natural y artificial. Pero además, detrás de esta pared de espejos se esconde una pantalla de gran formato, donde se visionan los proyectos que el estudio tiene en marcha con sus clientes.

En cuanto a las piezas del mobiliario, Manuel eligió una gran mesa de ebanista que preside el espacio rodeada de diez sillas tapizadas con tela de KA International. El suelo se vistió con otro de los modelos de alfombra diseñados por el interiorista para Kaymanta.

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El verdadero centro de operaciones

La sala de reuniones conduce a este despacho, el lugar de trabajo donde Manuel Espejo y su equipo empieza el diseño de los proyectos y el proceso de creación de los espacios. Este ambiente está presidido por una mesa central lacada en blanco y cuatro sillones tapizados en tonos neutros. Un espacio que sigue la línea estética del resto del estudio, con paredes enteladas en negro, pared de cuarterones de espejo, techo con cornisas neoclásicas de Orac Decor, mobiliario y lámparas… Todo con el sello inconfundible del interiorista, contemporáneo e impecable.

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