Las mujeres tailandesas de hoy son más emprendedoras, independientes y expresivas en su forma de pensar y hacer las cosas. Krystal Prakaikaew Na-Ranong es determinada, diligente, perfeccionista y de mente abierta. Pertenece a una de las familias más importantes de Tailandia, una dinastía con gran trayectoria empresarial que se convirtió en un imperio gracias a la visión de futuro de sus abuelos y de su padre, conocido como “el padre del turismo” por dar a conocer Phuket al mundo.
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Krystal es una mujer refinada tanto en aspecto como en actitud, lo que revela una gran educación y mucha disciplina, y, además, siente una extraordinaria pasión por la hospitalidad y el cuidado de las flores, tan presentes en la cultura tailandesa. Flores de plátano, orquídeas y heliconias se mezclan con hojas de chocolate negro, hojas de monstera, frutos verdes de palmera, vainas y flores de loto, en arreglos que hablan de sus costumbres.
“Mi padre, Wichit Na-Ranong, convenció al productor Albert Broccoli para que rodara James Bond: el hombre de la pistola de oro en Phuket, lo que puso a la ciudad en el mapa”
Entrar en su casa es como una invitación a su fascinante mundo tailandés. Piedra, naturaleza, suelos de parqué negro, rayas, cuadros brillantes y coloridos y cemento son los elementos de decoración. El arte de recibir y el culto a la mesa están omnipresentes y en todas las estancias.
—¿Cómo comenzó tu familia, de las más importantes de Tailandia, su andadura en el mundo empresarial?
—Comenzaron su actividad en la minería del estaño, luego se adentraron en la plantación de caucho y, una vez agotado el estaño, iniciamos negocios relacionados con el turismo, como cines, boleras, hoteles, catering para líneas aéreas y centros culturales. Además, nos dedicamos al sector inmobiliario y tenemos un concesionario exclusivo de Toyota en Phuket.
“No creo en tener una casa completamente terminada y decorada de una sola vez. Me encanta descubrir y coleccionar tesoros de los distintos lugares que visito”
—Tu padre es la persona que lanzó Phuket al mundo y es una figura relevante en el país.
—Mi padre, Wichit Na-Ranong, es conocido como “el padre del turismo” en Phuket. Presionó a Thai Airways para que conectara Phuket con Singapur como su primer vuelo internacional, en 1983. También convenció a Albert Broccoli para que James Bond rodara El hombre de la pistola de oro en Phuket y Phang-Nga, lo que puso a Phuket en el mapa mundial. Fue nombrado senador bajo los gobiernos del general Prem Tinsulanonda y Banharn Silpa-Archa, miembro del Consejo de la Autoridad Tailandesa de Turismo y de Thai Airways, presidente de la Asociación de Hoteles de Phuket y presidente de la TICA (Asociación Tailandesa de Incentivos y Convenciones). Sigue prestando sus servicios al sector público, principalmente relacionados con el turismo. Recientemente, ha sido condecorado con la Orden del Elefante Blanco, el más alto reconocimiento en su clase, por los servicios prestados a Tailandia.
—¿Cómo fue tu infancia? ¿Dónde te criaste?
—Nací en Bangkok, después me crie en Phuket, luego me mudé a Bangkok por un tiempo y, después, a Suiza. Me gradué en Estudios Superiores de Hostelería y Restauración en la Escuela Hotelera de Lausana y obtuve un máster en Gestión Hotelera Internacional en la Universidad de Buckingham, en Inglaterra.
—¿Tienes hijos?
—Tengo dos hijos y ambos estudian en universidades de Inglaterra. No estoy casada.
—¿A qué te dedicas? ¿Estás en el negocio familiar?
—Soy cofundadora y propietaria del hotel The Slate, en Phuket. Prefiero no poner ningún título a mi trabajo. Participo en todos los aspectos del negocio: concepto, diseño, comida y bebida, desarrollo futuro, relaciones públicas, ventas y marketing, así como arte y venta al por menor. Me gusta mucho la hospitalidad, ya que es algo que me inculcaron desde mi infancia. Crecí pasando mucho tiempo con mi abuela. De ella aprendí la cultura y las tradiciones chinas y cómo entretener a los invitados. Mi padre construyó su primer hotel cuando yo era muy joven, así que gran parte de mi infancia la pasé en un hotel. Tuve el honor de conocer a personalidades importantes en nuestros hoteles, como el duque de Edimburgo, el príncipe heredero de Tailandia y el actual Rey Rama X.
“Nuestras vidas en Bangkok están rodeadas de hormigón y tráfico y por eso me gusta hacer de mi casa un santuario privado con la naturaleza”
—¿Cómo es Bangkok hoy en día?
—Bangkok es una ciudad dinámica, un crisol de culturas interesantes: tailandeses, chinos, indios, japoneses y comunidades occidentales. Es un lugar que tiene algo que ofrecer a todo el mundo, una ciudad de espíritu libre. El rasgo cultural más importante de Bangkok son los wat. Hay más de 300 templos de este tipo, que representan ejemplos clásicos de la arquitectura tailandesa. También ofrece una experiencia gastronómica asombrosa, desde comida callejera y restaurantes funky pop-up hasta alta cocina. La ciudad está llena de acontecimientos, como moda, arte y cultura. Lo que más me gusta es que siempre encuentro paz en medio del caos.
Un santuario con la Naturaleza
—¿Cómo describirías tu casa?
—Me gustan el blanco y el negro como colores de fondo y combinarlos con colores vivos. Nuestras vidas en Bangkok están rodeadas de hormigón y tráfico y por eso me gusta hacer de mi casa un santuario privado con la naturaleza. Los materiales que selecciono siempre crean un contraste. La combinación de materiales fríos, como la piedra, con la calidez de la madera, una iluminación acogedora y telas con estampados y texturas interesantes. Mi espacio vital dentro de casa siempre tiene mucho de naturaleza. Me gusta combinar flores, hojas, raíces, frutas y verduras poco comunes para crear adornos escultóricos. Los masajes también forman parte de nuestra rutina. Una sala para ello en casa es importante, y un lujo.
—¿Cómo es la decoración?
—Es un proyecto continuo. No creo en tener una casa completamente terminada y decorada de una sola vez. Me encanta descubrir y coleccionar tesoros de los distintos lugares que visito y traer recuerdos a casa. Las obras de arte son de varios artistas. Mi favorita es un regalo de Bill Bensley, mi amigo arquitecto, que diseñó The Slate, y el tema de su cuadro gira en torno a las piñas, que es un símbolo de hospitalidad. Fue un regalo estupendo que guardo con mucho cariño. En el centro del cuadro hay un divertido dibujo de Carmen Miranda, que lleva turbante de piña y flores. Para el comedor, me gusta utilizar productos naturales en manteles individuales y servilleteros para acentuar el concepto de vida interior-exterior y crear piezas en torno a la mesa. Otra cosa que me encanta es el techo alto del dormitorio, que me gusta mantener minimalista y con decoración industrialchic.
—¿Y la piscina?
—Es geométrica, a rayas en blanco y negro, mi combinación de colores favorita. Me gusta pasar aquí las primeras horas de la mañana para disfrutar de un baño y del desayuno. Por la noche, nos gusta hacer barbacoas alrededor de la piscina con algunos amigos.
“Mi padre construyó su primer hotel cuando yo era niña y conocí a personalidades importantes, como el duque de Edimburgo, el príncipe heredero de Tailandia y el actual Rey Rama X”
—Recibir es un arte para ti.
—Forma parte de mi trabajo y es algo que disfruto mucho personalmente. Siempre intento ofrecer a mis invitados la experiencia más memorable. Es gratificante ver una sonrisa en su cara. Toda la decoración, la comida, la bebida, el entretenimiento e incluso el aroma están meticulosamente seleccionados. Quiero que todo lo que experimenten los invitados sea tema de conversación. Es increíble reunir a la gente en torno a una conversación divertida para intercambiar ideas y anécdotas.
Vestidos tradicionales
—Algunos de los trajes que llevas en este reportaje son piezas auténticas tradicionales de tu país, háblanos de ellos.
—El vestido largo que llevo, baba, es el traje formal, meticulosamente confeccionado y decorado con lujosos accesorios de oro y con piedras preciosas como diamantes y zafiros. El vestido de la mujer consiste en una bata larga y un batik. La camisa interior es de cuello alto con mangas plisadas, se lleva encima con un vestido largo de lino, sujeto con un juego de tres broches, unidos con un pequeño cordón de oro, tobilleras y zapatos bordados. Hoy en día, estos trajes se siguen llevando en las bodas perankan, en las que la novia tiene que llevar una corona.
“Me gusta combinar flores, hojas, raíces, frutas y verduras poco comunes para crear adornos escultóricos únicos”
—Además de los bonitos vestidos, los accesorios tradicionales baba también son importantes.
—Las mujeres baba de Phuket o de la cercana Takua Pa, en la adyacente provincia de Phang Nga, llevan accesorios de la cabeza a los pies. Las mujeres de familias adineradas se recogen el pelo con horquillas ornamentadas cuando salen y las novias llevan una corona especial floreada, junto con collares que los lugareños llaman lan te pai. Llevan también pendientes y anillos con forma de diamante llamados bayeh. Para acontecimientos especiales o importantes, las damas se ponen anillos en ocho dedos o incluso más. Algunas también llevan tobilleras. Los kim toon son botones hechos con monedas extranjeras que forman colgantes en forma de ave fénix o dragón sobre la tradicional camisa de cuello alto. También hay un collar en forma de grano de café, muy popular entre las mujeres baba.
—¿Qué planes tienes para este año?
—Mis proyectos para 2023 giran en torno al arte y la alimentación. Estamos llevando a cabo un programa de artists-in-residence con la escuela Central Saint Martins, de Londres. The Slate acoge a estudiantes de arte en la propiedad, donde les proporcionamos un espacio colaborativo a modo de estudio e invitamos a artistas locales a colaborar con ellos para crear obras innovadoras, al tiempo que promovemos el intercambio de ideas y culturas. Además, tengo previsto abrir un club social de comida y exportación de alimentos.
—¿A qué dedicas tu tiempo libre?
—Me gusta viajar y las experiencias gastronómicas. Viajar forma parte de mi negocio, así que suelo combinar el trabajo con las vacaciones siempre que puedo. También me gusta tocar el arpa china como afición terapéutica cuando tengo tiempo.