No controlamos las lluvias y es probable que lleguen, a causa del cambio climático, más periodos de sequía, así que habrá que minimizar el empleo del agua en el riego de nuestros jardines. Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua precisamente para poner el foco en la importancia de la gestión sostenible de este recurso natural.
Que los jardines se diseñen de tal modo que no desperdicien ni una gota de agua es la respuesta a que cada vez somos más conscientes de la importancia de que el tipo de jardinería se adapte a las condiciones climáticas del lugar. “Reducir el consumo de agua es básico en todas las facetas porque es un elemento fundamental que hay que utilizar con mucho respeto. El cambio climático está influyendo para hacernos más conscientes de que este es un recurso limitado”, señala Andrea Gutiérrez, la experta que hemos consultado para elaborar el reportaje. Es paisajista y cofundadora de La Habitación Verde (lahabitacionverde.es).
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Xerojardinería, ¿exclusiva para climas secos?
Con el término xerojardinería (que proviene del griego y significa jardín seco), nos referimos a jardines que utilizan recursos que disminuyen el uso del agua. Andrea cuenta que este tipo de jardinería nació en California a finales de los años 70’ y tras una grave época de fuertes sequías. El aumento de población de las ciudades y el incremento de zonas verdes y jardines en los que predominaban las praderas de césped, junto con la prohibición de utilizar el agua para riego en los jardines precipitó la necesidad de utilizar recursos en los jardines que no necesitaran agua del riego, como gravas, plantas autóctonas, etc.
“Este tipo de jardines, que responden a una estética muy determinada, se adaptan mejor a climas secos, especialmente por el tipo de plantas que utiliza, pero también por las superficies. Por poner un ejemplo, es complicado conseguir una superficie de grava limpia en zonas muy húmedas y con temperaturas suaves ya que constantemente se tendrán que eliminar herbáceas que nacerán de forma espontánea”, detalla. En el caso concreto de la propuesta, el jardín se ubica en La Moraleja (Madrid).
No, un jardín seco no equivale a un jardín de cactus
Como insiste la paisajista, un ‘jardín seco’ no depende de la necesidad de riego constante, pero en el país existen muchísimas climatologías. “Por ejemplo en el norte de España hay jardines sin riego que son verdes y frondosos debido a las constantes lluvias”, aclara la experta. En definitiva, aunque a la mente nos vengan los jardines de cactus como los muy resistentes a la sequía y con poco riego, no funcionarán en todas las zonas geográficas.
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Gestión sostenible
Es básico utilizar materiales reciclados, pero más allá de esto, lo realmente vital tal y como indican desde La Habitación Verde es hacer una gestión sostenible tanto de la construcción del jardín como del mantenimiento. Y esto comienza fundamentalmente por hacer un diseño del jardín de calidad que perdure en el tiempo.
¿Cómo se logra? Teniendo un diseño adaptado a las necesidades de cada caso, utilizar plantas adaptadas que consuman el mínimo de recursos y emplear materiales de calidad que duren muchos años. Aconsejan, asimismo, “usar todos los recursos que ya tengas. En este sentido, el mejor ejemplo es reutilizar los restos de poda del jardín para hacer triturados con los que acolchar el suelo”, comentan.
En jardines un poco grandes nos animan también a ubicar una zona para hacer compost.
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Una segunda vida
¿Quieres más propuestas? Por ejemplo, reutilizar elementos como mobiliario o macetas que ya tengamos en el jardín mediante recursos sencillos como aplicar una capa de pintura que les proporcione una segunda vida a las piezas.
“También se puede reutilizar elementos como palets, cajas de madera, o contenedores, pero en general creemos que lo mejor es utilizar materiales preparados para soportar las inclemencias del exterior y reciclar estos materiales para otros espacios”, explica Andrea.
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Viveros especializados en plantas con poco consumo de agua
De que no es una moda sino una realidad este aspecto de diseñar jardines que requieran poco riego, da buena muestra el hecho de que existen viveros que venden en exclusiva plantas con ‘poca sed’.
Andrea considera que ello es debido a dos factores fundamentales: por un lado, la consciencia sobre la necesidad de ser más sostenibles en nuestros jardines y, por otro, que hay un aumento del número de paisajistas que está utilizando plantas de este tipo por lo que la demanda de plantas con poco consumo de agua se ha disparado. “Además de viveros especializados, ya es habitual ver este tipo de plantas en viveros y centros de jardinería más comerciales, lo que es una gran noticia”.
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Análisis y mejora del suelo
Si el objetivo es minimizar tanto el mantenimiento como el gasto de nutrientes o abonos, lo más recomendable es tener un buen equilibrio como ecosistema, y tener un suelo sano es fundamental.
Andrea detalla que para saber si nuestro sustrato está bien podemos hacer un análisis en el laboratorio, pero con la observación de este podemos llegar a conclusiones importantes. ¿Tiene mi suelo organismos vivos? ¿Hay pequeños insectos? ¿Tiene una buena retención de agua?
Para mejorar el suelo, lo más conveniente es diagnosticar qué le falta y completarlo. Por ejemplo, si faltan nutrientes tendremos que añadir compost, y si está falto de organismos puede ser conveniente, además, añadir plantaciones de tipo abono verde como leguminosas.
El proyecto de la imagen, un jardín naturalizado, lo firma el estudio Fernando Nájera Paisajista.
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Una verde pradera
A sugerencia de Andrea, habrá que recurrir a una empresa especializada en creación de mezclas de semillas, que seleccionan lo más recomendable para cada caso particular: tipo del uso que demos al césped (capacidad de aguantar el pisoteo), temperaturas, salinidad…
Este jardín con poca demanda de agua ha sido diseñado por la paisajista Monique Briones.
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Riego y mantenimiento
Un jardín con menos riego requerirá el aporte de agua en ocasiones, ¿cuáles son los sistemas de riego más respetuosos con el medio ambiente? La respuesta que nos da Andrea es: “el que dura más tiempo”. En este sentido son muy interesantes los sistemas de riego de goteo que están enterrados, porque se reduce la evaporación del agua y se protegen las tuberías.
Por otro lado, si te estás preguntando si un jardín que requiere menos agua de riego también será más fácil de cuidar, en realidad no siempre va de la mano, esto dependerá del diseño y del tipo del jardín. La paisajista reconoce que si eliminamos las praderas de césped en zonas en las que no hay la suficiente pluviometría lograremos reducir tanto el gasto del agua como el mantenimiento, ya que requieren de cuidados constantes.
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