Todo lo que tienes que saber para elegir el mejor suelo para la cocina

A la hora de acometer una reforma total de la cocina hay muchísimas cuestiones que resolver, decisiones que tomar y materiales que elegir. Y una de estas decisiones se refiere al suelo que vamos a instalar: ¿qué material es el más duradero? ¿cuál resiste mejor la humedad y las manchas? ¿Y el más fácil de limpiar?

Aunque todos los tipos de pavimentos tienen ventajas e inconvenientes, hay algunos de ellos que son más adecuados para espacios como la cocina. ¡Descúbrelos!

La cocina, zona cero

De todas las estancias de la casa, la cocina es la que más actividad tiene. Se usa mucho y eso se nota. Por algo es la zona que más se ensucia y una de las que se debe limpiar con mayor frecuencia.

En ella el suelo sufre especialmente por la humedad, las salpicaduras de agua y las manchas, y eso significa que necesitas un pavimento a la altura, capaz de soportar el paso del tiempo sin deteriorarse. Por suerte, hoy existen materiales muy resistentes y, además, decorativos. Solo tienes que elegir el que mejor se adapta a tu estilo.

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El diseño es clave

Una de las características de los pavimentos actuales, ya sean para la cocina o para cualquier otro espacio de la casa, es la enorme diversidad de opciones que despliegan ante nosotros. De esta forma es posible elegir un material con las prestaciones técnicas que necesitamos, pero que también nos proporcione ese diseño que nos gusta para nuestros espacios.

Podemos optar por materiales duros y sólidos que imitan fielmente a otros más delicados como la madera, por ejemplo. Si quieres ese toque cálido y acogedor para la cocina, y teniendo en cuenta que la madera no es el material más adecuado para este espacio, puedes lograrlo con otros suelos como los laminados, los vinílicos o los cerámicos.

Y lo mismo sucede con el mármol, la piedra, el hormigón, la pizarra… Hoy es posible disfrutar de un suelo decorativo sin perder funcionalidad.

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Cerámica, tradicional y confiable

Con tradicional nos referimos a que los suelos cerámicos son una alternativa que lleva vigente muchísimo tiempo y que sigue siendo de lo más adecuada. Sin embargo, la cerámica se ha actualizado muchísimo en cuanto a la tecnología y al diseño, y hoy se puede encontrar una gran variedad para elegir en cuanto a modelos, formatos, tamaños, texturas y colores.

Los suelos cerámicos, aunque sean modernos, se realizan con arcilla y llevan una capa de esmalte. Son bastante resistentes al desgaste, al rayado y a la humedad, aunque esto depende de la calidad del material. Una de las claves para elegirlos es su baja porosidad, lo que hace que soporten bien la humedad y la limpieza continuada.

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Porcelánico, el suelo indestructible

Puede que no sea indestructible del todo… pero le falta poco. El gres porcelánico reúne las características de los suelos cerámicos pero es aún más resistente y casi totalmente impermeable. Por eso es también adecuado para suelos de exterior y se puede emplear, incluso, en el revestimiento de piscinas.

Gracias a los avances tecnológicos, podemos instalar porcelánico en formatos muy grandes, sin tener apenas juntas en el suelo. Además, si elegimos baldosas rectificadas, es decir, aquellas que no tienen los bordes redondeados sino rectos, las juntas quedarán más lisas y disimuladas.

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Laminado, belleza sólida y duradera

No es madera, pero lo parece. Ante la dificultad de utilizar suelos de madera en zonas húmedas como el baño o la cocina, siempre es una opción elegir suelos laminados, capaces de resistir mejor el agua y la limpieza constante que se requiere en estos entornos.

No se deterioran fácilmente con el desgaste diario, ni se rayan, y tienen un mantenimiento sencillo. Además, son acogedores, decorativos y relativamente económicos.

Un consejo: si se te da bien el bricolaje, seguramente podrás instalar tú mismo un suelo laminado. Gracias a su sistema de colocación en clic, es un trabajo relativamente sencillo.

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Suelos vinílicos, la opción fácil

¿Buscas un pavimento totalmente impermeable para la cocina que puedas instalar sin obras? El suelo vinílico es lo que necesitas. Fabricado a partir de PVC y otros componentes plásticos, se puede colocar sobre el pavimento antiguo sin necesidad de retirarlo y encuentras una gran variedad de diseños, formatos y calidades. Se trata de un suelo perfecto para zonas de mucha actividad.

Si quieres un vinílico de calidad elígelo bastante grueso (los hay entre 2,5 y 5 mm). Además, asegúrate de que la capa superior transparente, que es la que protege el color y acabado del suelo, también tiene el espesor suficiente (debe ser de 0,55 mm.).

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Un mundo de posibilidades

En lo que respecta a los pavimentos vinílicos para la cocina, existen numerosas opciones en cuanto a los formatos. Puedes encontrar piezas en forma de lamas, perfectas para imitar las tablas de madera. También hay suelos vinílicos en formato de loseta (cuadradas o rectangulares) o en rollo (se adquiere al corte y se adapta al espacio). Estas opciones ayudan a lograr un mejor resultado, ya que puedes elegir una u otra en función del diseño del pavimento.

Además del formato, también puedes optar por diferentes formas de instalación del suelo vinílico. Existen modelos autoadhesivos: se instalan retirando una lámina en el reverso y pegándolos al suelo que debe estar limpio y libre de polvo. También puedes elegir un suelo vinílico con instalación en clic, como el que llevan los suelos laminados. O puedes pegar el material con un adhesivo específico. La última opción son los pavimentos vinílicos autoportantes que se fijan al suelo por su propio peso y resultan muy fáciles y rápidos de instalar.

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Microcemento, para espacios contemporáneos

Uno de los materiales más adecuados para el suelo de la cocina es el microcemento, que aporta al espacio un aire moderno perfecto para cocinas de estilo industrial.

Es duro y resistente, lo tienes disponible en gran variedad de tonos y acabados, y es fácil de limpiar, una vez protegido con los selladores adecuados. Elige acabados lisos y pulidos, más fáciles de mantener limpios y en buen estado. Además, no resulta demasiado complicado de instalar, aunque el trabajo ha de hacerlo un profesional.

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Otras alternativas que funcionan

Además de los materiales que hemos repasado y que son muy recomendables para el suelo de la cocina, existen otras opciones que puedes valorar. Una de ellas es el terrazo, un material que tuvo un gran auge en el pasado pero que había sido relegado al olvido durante décadas. Ahora vuelve, aunque actualizado, por sus grandes prestaciones, en especial una enorme resistencia, y sus posibilidades decorativas.

También merece la pena tener en cuenta las baldosas hidráulicas. Y no nos referimos a los azulejos que las imitan, sino a las piezas originales de cemento que todavía se fabrican de manera artesanal. Si te decides por esta última opción, tendrás que aplicar un buen sellador que proteja el suelo de manchas y suciedad.

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