Imponente, altiva y con unas flores espectaculares de color amarillo o anaranjado. Así es la corona imperial (Fritillaria imperialis), una planta bulbosa resistente y atractiva. Su floración es tan bella y la planta es tan fácil de cultivar, que merece la pena buscarle un hueco en el jardín.
La majestuosidad de la corona imperial
Hay muchas razones para cultivar la fritilaria o corona imperial. Entre las más destacadas están la espectacularidad de sus flores, realmente impresionante, y su facilidad de cultivo.
La fritilaria es una planta perenne bulbosa de la familia de las liliáceas que comprende numerosas especies originarias de Europa, Asia y América del Norte. Además de la corona imperial, o Fritillaria imperialis, la más frecuente en nuestro país, se pueden encontrar otras especies, ya que el género comprende más de un centenar, todas ellas de gran belleza.
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Una bulbosa resistente
La corona imperial es una planta espectacular muy sencilla de cuidar, como muchas bulbosas. Después de plantar los bulbos en otoño, surge la planta que florece la siguiente primavera, aunque si los bulbos son muy pequeños pueden tardar más tiempo en florecer.
La fritilaria posee un tallo grueso y fuerte, hojas largas y estrechas terminadas en punta y, bajo ellas, las flores de colores intensos y alegres.
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Belleza y color
Las flores de la fritilaria tienen forma acampanada y cuelgan hacia abajo como péndulos. Su belleza es espectacular. La floración comienza a principios de la primavera, casi cuando aún no ha terminado el invierno.
Aunque las flores varían de color en función de las especies, las tonalidades más habituales son el amarillo, el rojo y los anaranjados. Solo por la manera en que adornan en jardín, merece la pena cultivar estas plantas tan especiales.
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¿Cuándo se plantan los bulbos de fritilaria?
La época adecuada para plantar los bulbos, tanto los de corona imperial como los de otras fritilarias, en el suelo del jardín es el otoño. Comienza por elegir el sitio perfecto para ellos, mejor en semisombra que a pleno sol, especialmente si donde vives los veranos son calurosos.
Coloca los bulbos a unos 20 cm de profundidad con la punta hacia arriba y cúbrelos con la tierra. Riega para dejar el suelo húmedo.
Lo normal es que la planta que nazca florezca la siguiente primavera. Cuando la floración termine y la planta amarillee y se seque, córtala y deja los bulbos enterrados para que rebroten la próxima temporada. Cada cuatro años conviene extraer los bulbos y dividirlos.
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El mejor emplazamiento en tu jardín
Aunque la fritilaria es una planta resistente y con pocas exigencias, también tiene sus preferencias en cuanto a luz y temperatura. Lo ideal es que la coloques en un lugar a pleno sol o en semisombra en función del clima de la zona donde vives. Si los veranos son templados y agradables, puedes plantarla a pleno sol, pero si son muy calurosos lo mejor es que busques a tus fritilarias un rincón a media sombra para que no sufra demasiado durante los meses estivales.
En cuanto al suelo, conviene que este sea fértil, rico en materia orgánica como el humus de lombriz. Puedes formar con las fritilarias pequeños grupos en rocallas y borduras, o cultivarlas como plantas en solitario. Son plantas de altura considerable, lo que debes tener en cuenta a la hora de colocarlas en grupo para ponerlas atrás como fondo para otras plantas de menor altura.
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Cultívala en maceta
La corona imperial es una planta perfecta para cultivar en contenedor. Elige una maceta grande y planta en ella dos o tres bulbos cuando llegue el otoño. Utiliza un sustrato rico en compost: puedes mezclar turba, arena y mantillo. Para asegurarte de que la maceta tiene un buen drenaje coloca arcilla o piedras en el fondo que ayuden a eliminar el agua sobrante del riego.
Una ventaja de las fritilarias cultivadas en maceta es que puedes protegerlas de las heladas y del frío intenso, aunque no es recomendable meterlas en el interior de casa. Colócalas a salvo del viento y proporciónales un buen acolchado con paja, por ejemplo.
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¿Cómo hay que regarla?
Lo más importante es no excederse con el riego, ya que se trata de una planta sensible a la pudrición, como muchas otras bulbosas. Lo mejor es esperar a que el suelo se seque totalmente antes de volver a regar para evitar encharcamientos.
Durante los meses de primavera y verano es conveniente aumentar un poco el aporte de agua hasta que la floración termine. Cuando las hojas de la fritilaria comienzan a ponerse amarillas es el momento de suspender totalmente los aportes de agua, ya que la planta entre en periodo de reposo.
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La poda de la fritilaria
Como muchas otras bulbosas, la corona imperial (Fritillaria imperialis) necesita ser cortada cuando la floración llega a su fin. No se trata de una poda al uso, pero sí debemos cortar la parte visible de la planta, una vez acabe el periodo de producción de flores.
Después de ese momento la fritilaria amarillea y termina por secarse. Es entonces, con las flores y las hojas ya secas, cuando hemos de podarla a ras del suelo, dejando los bulbos enterrados.
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Otras especies interesantes
Aunque la corona imperial es la fritilaria más conocida y frecuente en nuestro país, existen otras especies que merece la pena destacar.
Ya hemos visto que la Fritillaria imperialis es muy llamativa gracias a su impresionante corona de flores, pero existen otras especies a tener en cuenta como la Fritillaria persica, una planta que mide entre 50 cm y un metro. Sus flores pequeñas se organizan en racimos de color morado.
También destaca la Fritillaria meleagris. Originaria de Europa, esta planta hace gala de unas varas de unos 30 o 40 cm al final de las cuales surgen las flores.
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