El color gris y el crema o beige son neutros y de los más usados para el sofá, la pieza estrella del salón. Encajan con todo y se pueden animar con colores introducidos en los cojines. Pero… aunque más arriesgado, los salones también pueden hacer gala de sofás llamativos en color. Según el tono, el efecto es muy variado.
No solo de gris y crema viven los salones
Cualquiera de estas dos tonalidades mencionadas son neutros que encajan en cualquier salón, sea cual sea su estilo decorativo. Son una opción segura. Además, el gris cuenta con intensidades que también aportan matices a los espacios. No es lo mismo un sofá tapizado en gris oscuro que en gris suave, que estará más cerca de la luminosidad del beis, pero con un matiz más contemporáneo. ¿Te apetece salir de tu zona de confort? En este salón de una de las viviendas con las que cuenta Stadshem.se se opta por una decoración de neutros con un sofá tapizado en gris. Las paredes, la gran alfombra y el original asiento auxiliar aclaran el conjunto. En el sofá, los cojines suman color en tonos lavados.
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Granate, el color de la templanza clásica
No es la versión vino esta que vemos aquí, pero en este salón el sofá se atreve con este color tan señorial y elegante. Un tono clásico, atrevido y con mucha fuerza, que en este proyecto, Logic Architecture + Research ha combinado con atrevimiento con una butaca tapizada en azul. El espacio es una mezcla de estilos decorativos, que introducen notas más tradicionales y otras actuales. El granate es un color que transmite seriedad y al mismo tiempo tranquilidad.
Los matices entre un tono vivo y uno lavado
Más rojo que granate, pero en un acabado vivo. Este sofá puede parecerse al del salón anterior en el color escogido, aunque los matices son muy diferentes, no solo en cuanto al diseño en sí del sofá, sino a la intensidad del color. En el salón anterior, el tono era lavado. En este, es vivo e intenso, con toda su fuerza. Es posible elegir un color para el sofá del salón, pero hacerlo en un tejido que suavice la fuerza, que tenga ese acabado desgastado. Solo los más atrevidos, jugarán con la fuerza del color, como sucede con estos sofás de Roche Bobois, que equilibran su peso visual con otros en neutro suave.
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Ocre, luminoso y atrevido. El color de la felicidad
Por su cercanía con el sol y el oro, es el color de la felicidad. En decoración, el ocre es sinónimo de elegancia, sobriedad y sofisticación. Es un color atrevido, con mucha fuerza. Es perfecto para poner una chispa de luz en ambientes donde predominan los muebles o acabados más oscuros o apagados como el gris, negro o marrones. Si además, como en este salón decorado por Oshri Yaniv y Tamar Jacobs, se introduce en una tapicería de terciopelo, con brillo, se eleva el nivel de sofisticación.
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Un sofá en verde para el salón
El color verde es tendencia y elegir un sofá en este acabado es frecuente. Es de los colores más usados en tapicería detrás del gris y beige. Hay una amplia variedad de intensidades y tonalidades para escoger. Hacerlo en un tono medio, como este oliva o salvia, es un acierto. El sofá tendrá protagonismo sin llegar a saturar ni a cansar. Encaja perfectamente con los neutros y las maderas. También es una manera de introducir en el salón un tono muy vinculado a la naturaleza, muy fresco y sosegado. Rita Valadao Arquitetura & Interiores apuesta en este proyecto por el verde en el sofá, con mesas auxiliares a juego y notas en madera y negro.
Leer: Los sofás bajos desbancan a los tradicionales y se convierten en los reyes de los salones actuales
Verde botella, el clásico 'british'
Muy diferente el efecto con este otro color verde. Más pesado por su intensidad y fuerza, evoca el estilo british. Es serio y tradicional, pero también apacible. Como verde que es, introduce sosiego en el interior. Y esta tonalidad, también elegancia. Ikea propone aquí un interiorismo de impacto con sofás, sillones y pufs tapizados en verde botella con acabado capitoné sin botones de remate. Madera de nogal y gris con un papel pintado recargado son los complementos en este interiorismo efectista.
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Camel o terracota, otro tono muy de tendencia en 2023
Ni brillante ni llamativo. Vinculado a la calidez de los tonos tierra. El color camel es un tono marrón que combina bien como un neutro pero con más intensidad. Es otro de los tonos que verás con fuerza en 2023 así que no dudes en contemplarlo como color para tapizar el sofá. En este ambiente, el papel mural es de Les Dominotiers.
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Un sofá en azul Prusia
Si el azul es otro color que se ve bastante en tapicerías para sofás, este tono tiene un matiz más intenso y vivo que lo hace especial y destacado. El azul Prusia es elegante y lujoso, sobre todo si se incorpora en tejidos como el terciopelo. El azul es un tono calmante, capaz de transmitir tranquilidad en cualquiera de sus versiones. En este salón, el tono del sofá de líneas curvas se prolonga en el motivo geométrico de la alfombra.
Rosa empolvado
Un color suave, chic y femenino. Queda increíble combinado con grises y negros, también con notas doradas. Es una opción perfecta para salones con glam. Es cálido y acogedor y pondrá un matiz dulce y estiloso. Las versiones más llamativas de rosa, como el intenso fucsia, tienen connotaciones muy diferentes, mientras que este es más amoldable a otras tonalidades y acabados. Pondrá luz con muebles en madera de nogal. Se lleva bien con la piedra y el mármol, a los que caldea ligeramente y dulcifica.
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Amarillo mostaza, un tono muy cálido
Studio Beleta firma esta propuesta en el que opta por amarillo mostaza para el tapizado de las butacas de la zona de estar. Los sofás en amarillo para el salón son atrevidos pero muy vibrantes y vitamínicos. Suponen una inyección de energía y luminosidad. Van bien con cualquier tono en madera (por ejemplo, un sofá amarillo mostaza sobre un revestimiento de palillería en la pared trasera). Pero también con colores como el gris, el verde y el azul. Con ocre es una combinación extra confortable y cálida.
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