Cómo plantear la mejor isla de cocina: tipos, dimensiones y otras claves para elegirla

Las islas de cocina son un elemento muy práctico y especial. Poder disponer de una es una gran suerte, siempre que se cuente con los metros cuadrados necesarios como para poder instalarla. Toma nota de los tipos de islas de cocina que puedes elegir y de los factores que debes analizar antes de tomar una decisión.

Una isla soñada

¿Por qué todo el mundo quiere tener una isla en su cocina? Este módulo exento, independiente del resto de paredes y muebles, levanta pasiones. Se trata de un mueble de cocina con encimera, más o menos grande, que se coloca en el centro del espacio, y que suele ser fijo, aunque a veces se trata de elementos móviles.

Hay islas que solo ofrecen una superficie de trabajo sin más, mientras que otras cuentan con fregadero y placa de cocción. Lo importante es tener en cuenta las dimensiones de tu isla y el equipamiento con el que quieres dotarla.

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La estrella de la cocina

En general, las islas son instalaciones muy apreciadas. Todos aquellos que cuentan con espacio en la cocina se plantean seriamente la posibilidad de tener una. Y no es extraño, porque este elemento hace que la cocina sea más funcional y agradable de usar.

Para acertar a la hora de elegirla, has de procurar que no sea demasiado grande en relación al espacio disponible, ya que en ese caso la isla sería un estorbo. También debes asegurarte de que está bien colocada, en el lugar adecuado, de forma que resulte práctica. Recuerda que lo ideal es que la distribución de la cocina respete el triángulo de trabajo entre la zona de cocción, la zona de agua y la zona de almacenaje. Por otro lado, debes decidir qué isla le va mejor a tu espacio, ya que hay diferentes tipologías entre las que escoger.

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Las dimensiones adecuadas

Las medidas que debe tener la isla de cocina es uno de los factores esenciales que debemos tener en cuenta a la hora de diseñarla y elegirla. Para empezar, es fundamental ajustar el tamaño al espacio disponible, de forma que consigamos que la isla resulte funcional.

Como recomendación general diremos que la superficie mínima para una isla de cocina práctica es de 60 cm de ancho por 1,20 m de longitud, siempre que se trate de una isla de apoyo que no lleve instalados ni placa de cocción ni fregadero. Si no tienes espacio para una isla como esta y ha de ser aún más pequeña, lo mejor es que te plantees si realmente merece la pena incluirla en el proyecto de tu cocina.

Si quieres una isla con espacio de cocinado y lavado, las dimensiones mínimas han de ser 90 x 240 cm. La altura recomendada para la encimera de la isla debe estar en torno a los 90 cm, como el resto de las encimeras de la cocina.

Un consejo: para que la circulación en la cocina sea cómoda y fluida debes dejar un espacio mínimo de entre 90 y 100 cm entre la isla y los muebles de la cocina.

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Claves para elegir y acertar

Existen muchos tipos de islas de cocina, de diferentes estilos y con distintas funcionalidades. Además de la extensión de nuestra cocina, hay otros factores que influyen a la hora de tomar la decisión de incluir una isla (y el tipo), como el presupuesto que tenemos y la posibilidad de contar con una toma de agua y de electricidad.

Aunque una isla completa, que disponga de este tipo de instalaciones y que cuente con espacio de almacenaje y una amplia superficie de encimera, es bastante más costosa, puede ser una buena inversión para el futuro, ya que revalorizará considerablemente tu cocina.

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Una superficie muy funcional: la isla de apoyo

Aunque su tamaño es reducido, este tipo de islas son un buen espacio de preparación de alimentos, muy adecuado para cocinas pequeñas pero que tienen mucho uso. Entre sus mayores ventajas destaca su diseño sencillo y funcional, y que cuentan con zonas de almacenaje y una superficie de encimera.

Se trata de islas pequeñas y versátiles que no ocupan demasiado espacio y resultan ligeras. Las medidas mínimas que debe tener son 60 x 120 cm, por lo que debes valorar si el tamaño de tu cocina realmente permite la instalación de una isla. Por pequeña que esta sea, puede convertirse en un estorbo si no hay espacio suficiente.

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Una isla con zona de lavado

Las islas de cocina que incluyen fregadero se convierten en instalaciones completamente funcionales. Además de la pila con desagüe, normalmente incorporan una toma de electricidad (con uno o varios enchufes), y ofrecen un mayor espacio en la encimera porque suelen ser más grandes.

Este tipo de islas son las más completas y suelen ser las más voluminosas, por lo que están pensadas para cocinas amplias. Como desventaja hay que señalar que son más caras, ya que su instalación necesita trabajos de fontanería y electricidad que deben realizar profesionales.

Una idea: añade a la encimera un voladizo de unos 30 cm por uno de los lados, hazte con algunos taburetes y tendrás el rincón perfecto para desayunar cada mañana. Para que esta zona resulte cómoda debe tener una altura de 110 cm aproximadamente, con lo que la isla quedaría con dos niveles, ya que la altura de las encimeras debe ser de 90 cm. Para dejar toda la isla al mismo nivel y poder utilizar esta zona de desayuno, puedes optar por colocar taburetes de encimera, cuya altura es menor a la de los taburetes de barra.

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Una isla con todo: área de cocinado, almacenaje y lavado

Si la isla que quieres para tu cocina lleva zona de fuegos, además de la zona de lavado, tendrá que reunir determinados requisitos: para empezar, ha de tener un buen tamaño, por lo que tu cocina debe ser bastante grande. Las medidas mínimas para este tipo de islas son 90 x 240 cm.

Además, la isla ha de contar con instalación eléctrica y, además, con un extractor de humos. Puedes instalar, si es posible, una campana extractora en el techo sobre la placa, aunque también existen extractores de humo que se colocan en la encimera, junto a la placa de cocción.

Este tipo de islas, aunque mucho más completas y funcionales, también resultan más caras y más complicadas de instalar. De hecho, solamente se pueden crear cuando se trata de una obra nueva y partimos de cero a la hora de ubicar tuberías, desagües e instalación eléctrica.

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Una mesa de trabajo con encimera

Este tipo de islas parecen mesas altas, más que módulos al uso. Ofrecen una superficie libre que puede servir para trabajar o como zona de preparación de alimentos. No incluyen mucho espacio de almacenaje, y suelen tener la misma altura que el resto de las encimeras de la cocina. Además de ser asequibles, resultan visualmente ligeras, aunque carecen de espacio para guardar.

Un consejo: aunque se trate de una isla mini, conviene incluir algunos enchufes integrados en un lateral, de forma que se puedan utilizar los pequeños electrodomésticos con comodidad.

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Un modelo DIY: ¡hazlo tú mismo!

Te sorprendería saber lo fácil que puede resultar construir tú mismo una isla de cocina sencilla y práctica. Para ello necesitarás dos módulos de cocina y una encimera de la medida adecuada.

Coloca los armarios uno junto al otro de forma que las traseras o los laterales queden juntos y únelos con tornillos de la medida apropiada. Instala las patas y fija la encimera sobre los muebles.

La ventaja de construir tú mismo la isla de cocina es que puedes hacerla a tu gusto, del tamaño que prefieras y con los módulos adecuados para ti. Aunque esta opción requiere de cierto trabajo de bricolaje, si sabes cómo hacerlo seguro que merece la pena.

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Una solución para cocinas mini. ¡No renuncies!

Existe una manera de contar con una pequeña isla cuando nuestra cocina no tiene los metros cuadrados mínimos como para poder instalar una isla al uso. Se trata de un módulo con ruedas que se puede mover por la cocina, similar a los carros multiusos portátiles que son muy prácticos en diversos espacios de la casa.

Son una solución adecuada si tu cocina es pequeña y no quieres renunciar a tener una isla. La ventaja de estas islas móviles es que pueden apartarse a un lado cuando no se utilizan, por lo que se convierten en una solución flexible y práctica para cocinas poco espaciosas.

Además, resultan económicas y versátiles por su facilidad de cambiar el espacio si es necesario. Como inconvenientes, podríamos decir que el espacio de trabajo y de almacenaje que ofrecen es reducido.

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