palacio de los leones hola4096© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

Alonso Moreno de la Cova y sus hijas Beatriz y Catalina nos abren las puertas de su Palacio de los Leones, una joya del siglo XVII que han tardado veinte años en rehabilitar

Está situado en Lora del Río, en la provincia de Sevilla


26 de enero de 2023 - 18:34 CET

En el centro de la localidad sevillana de Lora del Río, situada en el corazón de la Vega del Guadalquivir, y entre sus calles llenas de historia, se alza el monumental Palacio de los Leones, una joya del siglo XVII, que en su origen se creó como una casa de labor y cuyo primer propietario fue Ildefonso Montalvo Aguilar. El escudo de la familia originaria puede verse en la magnífica portada del siglo XVIII, enmarcada por pilastras de orden jónico y un dintel, ejemplo del barroco sevillano.

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Hoy, el edificio luce en todo su esplendor tras casi veinte años de obras. Desde 2005, el empresario y economista Alonso Moreno de la Cova Silva y sus hijas, Beatriz, estilista de moda, y Catalina, ejecutiva de una multinacional tecnológica, no han escatimado en esfuerzos y trabajo para recuperar frescos, columnas “escondidas” o las pilas originales de una gran cuadra.

La familia ha restaurado, desde hace décadas, históricos edificios como el Palacio del Marqués de Melgarejo, el Palacio de Portocarrero y el Monasterio de San Francisco, donde ellas crecieron
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

Arriba, la monumental portada barroca, del siglo XVIII, enmarcada por pilastras jónicas, un dintel y el escudo de la primera familia a la que perteneció. La fachada, construida en ladrillo, conserva todavía la decoración de esgrafiado que simula un aparejo almohadillado. Sobre estas líneas, Alonso Moreno de la Cova y sus hijas, Beatriz y Catalina, posan en el salón frente a uno de los impresionantes tapices del palacio.

La familia Moreno de la Cova, que tiene una gran vinculación con Sevilla y Córdoba, lleva décadas restaurando casas emblemáticas como el Palacio de Portocarrero, las Casas de la Judería o el cercano Monasterio de San Francisco, a tan solo veinte minutos, entre cuyas paredes crecieron Beatriz y Catalina. También a muy pocos kilómetros de aquí está la ganadería familiar, Los Saltillo, que se remonta al siglo XIX.

“Me encantan los tapices y el artesonado del techo. La biblioteca fue un regalo y proviene del Palacio de Villahermosa de Madrid, actual museo Thyssen-Bornemisza”, explica Catalina
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

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Sobre estas líneas, el salón de los tapices; a la derecha, se puede ver ‘Jasón y los argonautas’, del siglo XVII, de la escuela de Amberes. El impresionante techo artesonado está realizado por Nicolás Luca de Tena. Y, al fondo, antigua boticaria del palacio de Aranjuez. En esta imagen, la biblioteca, de cuya restauración se ocupó un artesano de Lora del Río, Alonso Morales. “Siempre trabajamos lo más posible con las empresas locales y de Sevilla”.

—Catalina, ¿puedes contarnos la historia de la casa y de su impresionante fachada?

—La entrada es muy impresionante, en ella están los dos leones que dan nombre a la casa. La puerta está enmarcada por pilastras de orden jónico, un dintel y el escudo de la familia Montalvo, sus primeros propietarios. Entre lo más importante están la portada barroca del siglo XVIII, posterior a la construcción de la casa, que fue a principios del siglo XVII; el fresco de la escalera, y la biblioteca, que fue un regalo y proviene del Palacio de Villahermosa de Madrid, actual museo Thyssen-Bornemisza.

Catalina: “Adquirimos esta casa en 2003; estaba en ruinas, nos encantó y no queríamos que se viniera abajo”

—¿Desde cuándo pertenece a tu familia y cómo se ha llevado a cabo la restauración?

—Adquirimos esta casa en dos mil tres. Curiosamente, una rama de nuestra familia esta emparentada con los antiguos propietarios. Estaba en ruinas, nos encantó y no queríamos que se viniera abajo. Decidimos restaurarla, algo que nos ha llevado casi veinte años. Nuestra casa familiar, el Monasterio de San Francisco, está muy cerca de Lora del Río, por lo que la proximidad y sinergias entre ambas casas nos pareció interesante. Nuestra familia ha restaurado diferentes edificios, como el Monasterio de Santiago, en Torrelengua; el Palacio del Marqués de Melgarejo, en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), o el Monasterio de San Francisco y el Palacio de Portocarrero, en Palma del Río (Córdoba). La restauración, decoración y conservación del patrimonio es algo que nos apasiona y supongo que dejar un legado que permanezca durante siglos es nuestra principal motivación.

Beatriz: “¡Desde que tengo uso de razón, hemos estado rehabilitando! Desde los años setenta, cuando mi padre heredó el Monasterio de San Francisco hasta hoy, no ha dejado de restaurar”
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

En estas imágenes, Catalina, en el comedor, con la mesa vestida con vajilla de Country Roses. En la pared, un fresco que representa el escudo de la familia Moreno de la Cova. El palacio consta de tres salones, dos comedores, doce habitaciones, jardines y varios patios, y alberga obras de gran importancia. “Cuando llego al sur, cojo las tijeras de podar y me encanta decorar con flores y ramas que encuentro en el campo y jardín… Cualquier ocasión es buena para sacar vajillas y poner flores por todos lados. Si no fuera estilista, sería jardinera, sin duda”, comenta Beatriz.

—¿Cuál es tu rincón favorito? 

—El salón de tapices. Me encantan los tapices (¡aunque no tanto como a mi padre!) y el artesonado del techo. Si me tengo que quedar con uno, sería el tapiz de Jasón y los argonautas. Procede de la Escuela de Amberes del XVII y está bordado en lana y seda.

—Cada habitación la ha decorado un artista.

—Sí, queríamos que cada habitación estuviese decorada por un amigo-artista, convirtiendo el Palacio de los Leones en un pequeño homenaje a artistas increíbles que nos rodean y tenemos la suerte de conocer. Algunos de los que forman parte del proyecto son Jorge Parra, Jaime Melgarejo, Alejandro Gómez Palomo, Timm Koelln y Belén García-Mendoza.

“Me hace ilusión darle la oportunidad a mi hija Carmen de crecer cerca del campo, montar a caballo y beberse un zumo todas las mañanas ¡de las mejores naranjas del mundo!”, asegura Catalina
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

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Arriba, Beatriz. Junto a estas líneas, a la izquierda, una de las zonas porticadas en uno de los patios, con un mural de Jorge Parra, y, a la derecha, zona del ‘office’.

—Las pinturas murales, como el fresco de la escalera, son muy importantes. ¿Qué nos puedes decir de ellas?

—Originariamente, en la escalera solo estaba el fresco de la Virgen del Rosario, queríamos transformar el espacio y darle importancia, por lo que el cuadro que ahora enmarca a la Virgen y los ángeles que la suben al altar los ha realizado Nicolás Luca de Tena, quien siempre ha trabajado en proyectos de restauración de la familia. Hay más frescos distribuidos por la casa, como los escudos de Montalvo y Moreno de la Cova en el comedor o los leones heráldicos de la torre principal.

—¿Qué significa esta casa para ti?

—Una gran responsabilidad. Como siempre nos dice mi padre, “somos depositarios, y no dueños, de unos bienes que hay que conservar y transmitir”. También, mucha ilusión por haber terminado la restauración y darle la oportunidad a mi hija Carmen de crecer cerca del campo, montar a caballo, beberse un zumo todas las mañanas de las mejores naranjas del mundo, las de Palma del Río, y en un espacio que la ayude a apreciar el arte y la historia. Yo crecí en un monasterio y creo que definió en gran parte mi carácter intrépido.

“De pequeñas, vivíamos en nuestro monasterio de Palma del Río, y mi madre nos traía de Londres ropa increíble que por entonces no se veía en España y que hacía volar mi imaginación”, cuenta Beatriz, que es estilista de moda
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

Beatriz (a la derecha, en la imagen), junto a Catalina, que es ejecutiva en una multinacional, delante de la escalinata. El fresco de la Virgen del Rosario es de principios del siglo XVII. “Queríamos transformar el espacio y darle importancia, por lo que el cuadro que ahora enmarca a la Virgen y los ángeles que la suben al altar los ha realizado Nicolás Luca de Tena”.

—¿Alguna anécdota que nos puedas contar que hayas vivido aquí?

—Las columnas del patio estaban escondidas por un muro para protegerlas del paso de los coches de caballos. Tardamos un tiempo en darnos cuenta, hasta que un amigo de mi padre cogió un martillo, empezó a picar y salieron las columnas originales, del XVII.

—También celebraste recientemente tu cumpleaños por todo lo alto, ¿cómo fue la fiesta?

—Mi cumpleaños fue un reto, la primera vez que se celebraba una fiesta en esta casa. Tengo la suerte de haber vivido en muchos sitios y vinieron amigos desde México, Ghana, Finlandia, Miami, Bélgica, Alemania… No podríamos haber tenido una inauguración mejor.

Habla Beatriz

—¿De dónde viene tu vena artística y en quién te inspiras?

—Te diría que viene de sangre por mis dos abuelas. Mi abuela Ángela era muy teatrera y gran cocinera, ¡sus platos eran alta costura! De mi abuela Carmen, que sigue fantástica a sus noventa y cinco años, he heredado desde el físico hasta su coquetería, su manera de combinar la ropa siempre moderna pero con un punto clásico ¡y siempre con la bisutería y joyas más espectaculares! Mi madre, Carmen, también es un referente. Me acuerdo del día que inauguramos el hotel en Palma del Río, que se atrevió con un Ágatha Ruiz de la Prada de los noventa ¡en blanco y negro! De pequeñas, vivíamos en nuestro monasterio de Palma del Río y nos traía de Londres ropa increíble que por entonces no se veía en España y que hacía volar mi imaginación con vestidos de tul, terciopelo y ¡abrigos de peluche rosa!

“Tengo un niño de once años, Félix; le divierte la moda, acostumbrado a verme como loca recibiendo y preparando looks de lo más disparatados, aunque a él lo que le interesa es el surf y el skate”, ríe Beatriz
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

Arriba, uno de los doce dormitorios. Cada uno lo ha decorado un artista. Sobre estas líneas, la escalinata con el fresco de la Virgen del Rosario y el techo artesonado, obra de Nicolás Luca de Tena.

—¿Cuándo supiste que te gustaba el estilismo de moda? ¿A quién te gustaría vestir ?

—Desde pequeña me interesó la moda y, sobre todo, me encanta la gente y sus universos. Después de casi veinte años como estilista, a día de hoy, lo que más me gusta de mi profesión es el encuentro con el personaje o modelo; me llevo gratas sorpresas y atesoro grandes anécdotas de cada una de ellas. A nivel estilo, soy abanderada de la cultura y el folclore español, me gusta dar a cada foto un toque de color, de fantasía… El minimalismo no va conmigo (ríe).

—Se os ve una familia muy unida. ¿Tienes hijos?

—Aunque somos todos muy independientes, somos una piña; mis padres, aun divorciados, siguen manteniendo una relación buenísima. Por ponerte un ejemplo, cada año, junto a sus respectivas parejas, es tradición celebrar todos juntos Fin de Año en un gran almuerzo de día. Tengo un niño de once, Félix. Es divertido, travieso, sensible y todoterreno, con un gran sentido del humor lleno de ironía. También le divierte la moda, acostumbrado a verme como loca recibiendo y preparando looks de lo más disparatados, aunque a él lo que le interesa es el surf y el skate (ríe).

—No es la primera casa que rehabilitáis, ¿cuántas rehabilitaciones tan importantes lleváis?

—¡Desde que tengo uso de razón hemos estado rehabilitando! Desde los años setenta, cuando mi padre heredó el Monasterio de San Francisco hasta el día de hoy en el Palacio de los Leones, él no ha dejado de restaurar, desarrollando un conocimiento único para rescatar muros, restaurar frescos y columnas buscando las tejas, rejas y acabados siempre fieles a la esencia del lugar con el cometido de devolver el esplendor original a cada estancia… Siendo fiel a la esencia e historia del lugar.

“Aunque somos todos muy independientes, somos una piña; mis padres, aun divorciados, siguen manteniendo una relación buenísima”
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

Arriba, las dos hermanas (Beatriz, a la izquierda, y Catalina, a la derecha), en la puerta de entrada a la residencia, que se ve en detalle abajo.

—¿A qué artista del pasado admiras? ¿Y del presente?

—Del pasado, hay tantos… Pero me quedo con el combo arte/moda Picasso y Gabrielle Chanel, gracias a la reciente  expo   del Thyssen que tan bien ha mostrado la relación de moda y arte; del presente me encanta el artista Alex Katz y por ponerle un diseñador al lado y patrio, sin duda, Sybilla.

—¿Te gusta ejercer de anfitriona?

—Me encanta ser anfitriona, disfruto, sobre todo, con la decoración. Cuando llego al sur, cojo las tijeras de podar y me encanta decorar con flores y ramas que encuentro en el campo y jardín… Cualquier ocasión es buena para sacar vajillas y poner flores por todos lados para los amigos. ¡Si no fuera estilista, sería jardinera, sin duda!

—¿Qué virtud destacarías de tu padre?

—Mi padre es valiente, justo y perseverante, no ha sido un camino de rosas, pero ¡tiene una energía, ilusión y curiosidad propias de un veinteañero! Es un gran lector y sus conocimientos de historia hacen de las sobremesas momentos únicos.

“Las columnas del patio estaban escondidas por un muro para protegerlas del paso de los coches de caballos. Tardamos un tiempo en darnos cuenta, hasta que un amigo de mi padre cogió un martillo, empezó a picar y salieron las originales, del XVII”
© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

© Fernanda y Paloma (Couche Studio)

El patio principal, donde posa —arriba, a la izquierda— Alonso Moreno de la Cova. En esta imagen, se ve la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Lora del Río. El paisajismo es obra de Inés Parias. Arriba, Beatriz, sentada junto a unas cuadras de madera. “Desde pequeña, me interesó la moda y, sobre todo, me encanta la gente y sus universos”, nos dice

PRODUCCIÓN Y TEXTOCRISTINA LORA ALARCÓN Y ANA FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA CENDRA
FOTOSFERNANDA Y PALOMA (COUCHE STUDIO)
PELUQUERÍA Y MAQUILLAJEUO COMPAÑÍA BY BRUNO PANTOJA
AGRADECIMIENTOSDECORACIÓN FLORAL PINSAPO -FLORES
LOOK 1vestidos de Cortana
LOOK 2derecha: Catalina con un vestido de Carolina Herrera/ Beatriz con una camisa de Mango y una falda de Carolina Herrera
LOOK 3vestidos de Cortana
LOOK 4vestido de Dior