¿Te atreves a pintar un ambiente en dos colores distintos?

Los expertos subrayan que nada transforma tanto a un espacio como una nueva capa de pintura. ¡Pues imagina lo que pueden hacer la combinación juguetona de dos colores distintos! Esta opción consigue efectos tan distintos como realzar zonas, ampliar las estancias o crear paredes de acento. Descubre todo sobre esta forma original de decorar con pintura y ten en cuenta que también puedes invitar a la fiesta a los techos (a menudo grandes olvidados de la decoración), como vemos en la propuesta, con una tonalidad verde y otra azulada, de Jotun.

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¿Y qué colores seleccionar?

Cualquier elección será todo un acierto y ofrecerá personalidad al ambiente, si bien es cierto que conseguirán una imagen algo distinta:

• Seleccionar dos tonalidades del mismo color resulta sereno y equilibrado.

• Apostar por dos colores cercanos en la rueda de color crea algo de dinamismo, pero sin grandes contrastes.

• Los opuestos (blancos con negros, rojos con verdes, azules con naranjas…) configuran un ambiente de gran personalidad y con mucha fuerza visual, aunque esta alternativa de grandes contrastes solo es apta para las personas más osadas.

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Ampliar espacios

Entramos en materia acerca de los efectos que podemos lograr pintando las paredes en dos colores. Los trazados geométricos más exitosos y empleados para pintar las paredes son los de franjas, bien verticales u horizontales. En el primer caso, como vemos en la imagen (con pintura de Annie Sloan) obtendrás una sensación de mayor amplitud, pues las rayas verticales dan mayor altura a las paredes y los techos. En el caso de las horizontales, generan un efecto visual de paredes más anchas.

Ten en cuenta que a pesar de que las franjas resultan por lo general sobrias, si juegas con un distinto grosor y no la uniformidad de estas, conseguirás un resultado más sorprendente y dinámico.

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Crear una pared de acento

Si en una estancia queremos conseguir una mayor profundidad, no hay mejor opción que crear una pared de acento, la más destacada, con un color de pintura distinto (otra alternativa es que sea la única que empapelemos).

Los interioristas de Alfons & Damián apuestan por el infalible y elegante dúo de blancos y negros y seleccionan que la de la chimenea sea la pared principal. Al pintar la zona de negro, además de ofrecer una imagen sofisticada suman un toque teatral y dramático. Este tipo de esquema de color con un efecto visual tan contrastado es mejor aplicarlo en las zonas de día (salón, comedor, cocina o recibidor), pero no arriesgarse con él en los dormitorios.

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Corregir proporciones

¿Cuentas con una estancia demasiado alargada? No es problema, porque el color te ayuda a resolverlo zonificando las distintas áreas, como vemos en este dormitorio que se ha pintado con dos colores de Bruguer. En la zona del cabecero, en un suave arena que se mimetiza con el cabecero de cama tapizado, creando un acogedor efecto envolvente. Y para el resto de la habitación, un verde claro y relajante.

Como puedes comprobar, el color es un recurso perfecto para decoraciones minimalistas pues por sí solo ‘viste’ el espacio y lo hace muy acogedor.

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Delimitar el uso de un rincón

Un mismo paño de pared en dos colores bien planificado dividirá funcionalidades, como vemos en este salón de La Redoute Interieurs donde la zona en azul profundo se destina a decoración y luminarias, mientras que el área pintada en rosa pastel se destina a una galería de cuadros, ilustraciones y fotografías. Todo un acierto es que en el wall art las obras mantengan las cromáticas dominantes, tanto el rosa como el azul.

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Subrayar el arrimadero de pared

En este comedor con un zócalo alto o arrimadero alistonado en madera, dar un tono más oscuro a este elemento frente a las paredes le confiere más peso visual en la decoración, porque logra que destaque.

En estos casos, el tono más intenso (casi) siempre queda en la parte inferior, la del arrimadero, y la gama más clara en la zona superior, pues es la que queda a la altura de los ojos y ‘llena’ más el espacio. Las pinturas de pared del ambiente, en un armónico esquema monocromático, son de la firma Farrow & Ball.

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Poner el foco en alguna pieza de mobiliario

La pareja de espejos (de La Redoute Interierus) cobra relevancia en la atmósfera de salón al enmarcarla con pintura sectorizada (siguiendo sus líneas redondeadas en el área superior). En el caso de los cuartos infantiles o zona de teletrabajo, es habitual destacar la mesa de estudio o de despacho, creando un punto focal interesante. Mientras que, en los comedores, lo más común es emplear este efecto para conceder un mayor protagonismo al aparador. ¿Y en lo dormitorios? Si tienes un rincón de tocador, será una manera perfecta de enfatizarlo.

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Realzar la carpintería interior

Otra de las posibilidades que ofrece mezclar dos colores distintos en la pintura de pared consiste en enmarcar de forma original una puerta, dibujando un arco, simplemente aumentando la silueta del marco real o, como se hace aquí, apostando por un auténtico trampantojo que recree una arquitectura clásica. En este último caso se logra algo inesperado, elegante y muy impactante visualmente con un presupuesto realmente bajo, ¿no te parece?

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Disimular unos techos al infinito

Los ambientes con dobles alturas son todo un lujo, generando sensación de amplitud y conquistando a la luz, sin embargo, no resultan fáciles de decorar porque es fácil que la vista se ‘pierda’ en el infinito. El diseño de un ambiente con techos tan altos cuenta, de nuevo, con el gran aliado de la combinación de colores. En este ambiente de salón se pinta el área que queremos que sea el foco de las miradas en una tonalidad algo más oscura.

Este juego cromático aporta también calidez, ya que acerca el techo y destaca elementos singulares, como el banco que alberga una fantástica selección de plantas de interior.

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