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Plantas de exterior

Cactus erizo, el rey de los jardines secos que recuerda al desierto

Atrae por su forma globular y, además, es muy fácil de cuidar


20 de enero de 2023 - 12:19 CET
© www.publicdomainpictures.net

El cactus erizo (Echinocactus grusonii), apodado también asiento de suegra o bola de oro, es una suculenta con una atractiva forma globular muy espinosa que nunca falta en un jardín de cactus (si las temperaturas acompañan).

Esta planta venida del desierto no es exigente con los riegos y apenas sufre enfermedades, así que sus cuidados son muy sencillos, aunque habrá que encontrarle una buena ubicación y, sobre todo, evitar el agua encharcada.

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© Nice Home Barcelona

Espinoso rey del desierto

El origen del cactus erizo son zonas desérticas de México y el sur de Estados Unidos, lo que indica cuánto le gusta el calor. De hecho, por eso está armado con fuertes espinas que le protegen del sol y evitan que se deshidrate cuando hace la fotosíntesis. Por otra parte, las costillas permiten al cactus una alta absorción de agua.

En exterior habrá que procurar que no esté sometido a temperaturas bajo cero que, aunque las soporta (hasta -6º C), no le convendrán. En la propuesta la paisajista Marta Roca, de Espaiverd, apuesta por ellos (los de bola) y otros cactus (en forma columnar) en un jardín de cactus en Mont-ras, una localidad en la Costa Brava con inviernos suaves.

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© Creative Commons

‘Echinocactus’, un género no muy extenso

El cactus erizo (Echinocactus grusonii) forma parte del género Echinocactus que tan solo consta de seis especies, pues a inicios del siglo XX tras una revisión de la taxonomía, algunos de los cactus en forma de bola o barril se han considerado Ferocactus, al no tener lana en el ápice superior.

En la imagen, en un jardín canario en Lanzarote, apreciamos el Echinocactus platyacanthus. También existen, aparte del erizo, el Echinocactus horizonthalonius, el Echinocactus polycephalus, el Echinocactus texensis y, por último, el Echinocactus wislizeni.

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© Adobe Stock

¿Amante del sol?

Los cactus erizo adoran el sol, aunque debes tener dos precauciones:

  • Cuando son bebés o jóvenes les convendrá algo de semisombra y ya, de adultos, sin problema pueden estar expuestos a los rayos solares. Una opción es tenerlos en maceta hasta que puedas plantarlos expuestos al sol ya en su edad adulta.

  • Si los tienes en interior, mejor aléjalos del vidrio de la ventana para no quemarlos, aunque, eso sí, van a precisar un rincón muy luminoso.

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© Tiểu Bảo Trương / Pexels

Pautas de riego

Como planta suculenta que es, el cactus erizo se adapta bien a la sequía pues retiene el agua en su cuerpo carnoso. ¿Cuál es pues su demanda de riego? En la estación invernal deberá interrumpirse todo aporte de agua para irlo reanudándolo gradualmente en marzo, si no hace mucho frío. De abril a octubre el riego debe ser semanal, espaciando más esta tarea en otoño. Como puedes ver, son unos de los reyes de los jardines secos.

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© Adobe Stock

El sustrato que le conviene

Las plantas crasas o suculentas sufren más por el exceso de agua que, al contrario, por algo de carencia. Así que el sustrato que debe tener no es otro que uno que drene perfectamente el agua e impida que se quede encharcada y las raíces estén siempre húmedas. Una mezcla adecuada es la que contiene esta proporción: 1/3 de tierra, 1/3 de tierra para macetas y 1/3 de arena, con algunas bolas de arcilla o grava en el fondo.

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© Karlheinz Felsch / Pixabay

Fertiliza en primavera

Los cactus erizo son de crecimiento lento pero seguro, que llegan a alcanzar hasta los 80 cm de diámetro y, respecto a su longevidad, se calcula que pueden cumplir 100 años, si están bien cuidados. Como en primavera es cuando más de desarrollan puedes aprovechar para aportarles abono para cactus, para fortalecerlos.  Estos abonos específicos incorporan nitrógeno (N), potasio (K) así como microelementos minerales que ayudan a su desarrollo, tales como boro, manganeso, hierro, cobre y zinc.

No te preocupes por las espinas de este cactus cuando tengas que fertilizar o incluso trasplantar, son tan fuertes que difícilmente se desprenderán.

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© Adobe Stock

El mejor método de propagación

No te compliques la vida con esquejes, el cactus erizo se reproduce fácilmente por semillas en las estaciones de primavera y verano. Deberás proceder a preparar las bandejas de siembra y a colocarlas en una zona sombreada, con riegos frecuentes. Al cabo de unas dos semanas emergerán las plántulas que ya puede estar expuesta a más claridad.

¿Recuerda que hemos comentado que es de crecimiento lento? Paciencia con él, un ejemplar de 10 cm de altura ha sido cultivado 2 años antes.

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© Pawel Czerwinski / Unsplash

Una planta muy resistente

Lo hemos comentado desde el inicio del reportaje, aparte de que deberá irse adaptando progresivamente al sol, sobre todo los problemas de salud del cactus erizo estarán relacionados con el exceso de agua, que puede crear estragos en su correcto desarrollo, limitando su crecimiento o llegando hasta a matarlo. ¿La solución? Vigila que no cambie su color y aspecto y, de hacerlo, limita más los riegos.

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© Corinna Schenk / Pixabay

Poco afectado por plagas

Respecto a las plagas, aunque no son habituales en esta planta, pueden atacarle pulgones, cochinillas, orugas y caracoles. Sé vigilante comprobando si no cambia su aspecto y, en el caso de detectar cualquier problema, actúa con celeridad.

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