Las sillas son muebles esenciales en todas las casas. Las utilizamos para sentarnos a la mesa, para trabajar o estudiar en el escritorio, en la cocina o en el porche o la terraza. No podemos vivir sin sillas.
Sin embargo, en algunas ocasiones un mueble tan simple y común como este se convierte en una pieza destacada de la decoración; en un elemento central que acapara todas las miradas. Toma nota de cómo puedes usarlas para enriquecer cualquier interiorismo.
El centro de atención
En esta ocasión no nos referimos a aquellos muebles icónicos que fueron creados por los grandes diseñadores a lo largo de la historia del mueble (en especial en el siglo XX). Se trata, más bien, de 'sillas de acento', que son aquellas que se destacan por sus formas especiales, por su estética imponente y fuera de lo común.
En definitiva, por su diseño que, sin ser un icono, va más allá de lo que se entiende por una silla al uso. Este tipo de muebles puede convertirse en el centro del espacio, según cómo las elijamos y utilicemos después a la hora de plantear la decoración.
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Una variedad infinita
Existe un enorme repertorio de sillas especiales con las que decorar un espacio concreto. Los diseños se suceden sin fin y, en ocasiones, esto complica hacer una elección acertada.
Hay varias cosas a tener en cuenta: el tamaño (en teoría deben ser más pequeñas que las butacas o los sillones), el estilo (para que se adapten como un guante al espacio donde queremos colocarlas) y el material.
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Apuesta por la libertad
No existen reglas concretas a la hora de utilizar sillas especiales para decorar cualquier habitación de la casa. No hay una forma correcta de hacerlo, sino que todo depende del espacio y de la silla en cuestión.
Añadir una silla decorativa a la decoración es una manera de aportar dinamismo, además de contar con un asiento cómodo. Por eso lo importante es elegir un modelo con personalidad, que se distinga por el diseño, la forma, el color o el material con el que está fabricada.
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Elegir el material y acertar
Además del diseño de la silla, el material con el que esté fabricada puede ser toda una declaración de intenciones.
- La madera es un material noble que aporta elegancia y calidez. Suelen emplearse diferentes tipos de madera en la fabricación de sillas como pino, roble, nogal, abeto o cerezo.
- Las fibras vegetales, como el ratán. Se trata de un material natural que es tendencia hoy. Las sillas de fibras vegetales son versátiles, por lo que se adaptan de maravilla a todo tipo de espacios, aportando un estilo fresco y desenfadado.
- Tapizados en cuero. La piel es un clásico en lo que a tapicería de sofás, butacas y sillas se refiere. Puede aportar un aire clásico, vintage o industrial, en función del estilo de la silla.
Leer: ¿Sabes cómo debes cuidar las tapicerías de tus muebles?
¿Dónde la pongo?
Una silla decorativa estará bien en multitud de rincones, siempre que no resulte un estorbo por estar en zonas de paso, o por ser demasiado voluminosa.
El salón es siempre un buen lugar para colocar una ‘silla de acento’. Puedes utilizarla para descansar, relajarte o para crear un rincón de lectura a tu gusto.
Por otro lado, el recibidor es también un buen emplazamiento para una de estas sillas, ya que te ofrecerá un sitio en el que descalzarte o donde dejar el bolso al llegar a casa.
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¿Solas o en pareja?
De nuevo, no hay reglas en el número de sillas que han de decorar un espacio. Todo depende del uso que vayas a darle. No es lo mismo que se trate de las sillas del comedor a que sea una silla para poner junto a la cama en el dormitorio.
A veces, colocar una pareja de dos sillas iguales es un recurso perfecto para decorar una estancia gracias a la simetría que se consigue, y en otras ocasiones, una única silla consigue un efecto genial. Si colocas varias, estas tampoco han de ser iguales entre sí. Bastará con que armonicen en cuanto al estilo y el color.
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Diferentes usos para tu ‘silla de acento’
Hay muchas ideas para decorar un espacio determinado con sillas especiales. Puedes, por ejemplo, colocar dos iguales para crear simetría en un espacio determinado. Como comentábamos en el apartado anterior, no es necesario poner una pareja, aunque sí es una opción válida.
Tan válida como colocar una sola silla en un rincón para conseguir un efecto especial. O puedes reunir dos o tres sillas para crear una zona de conversación, de forma que se favorezca la conexión entre las personas.
También puedes elegir las sillas para poner alrededor de la mesa de comedor, o poner una especial junto a la cama en el dormitorio.
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Una cuestión de altura
Si vas a poner dos o más sillas juntas, sí es importante que mantengan la misma altura en los asientos. No importa si son diferentes, pero los asientos deben estar aproximadamente a una altura similar, para que cuando todas las sillas estén ocupadas nadie quede por debajo y todas las personas tengan los ojos a la misma altura, más o menos.
Una idea: añade confort a tus sillas con un pequeño cojín o una manta y las reuniones serán todavía mejores.
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En el salón, para la zona de estar
Una silla especial más grande, tipo butaca, puede ser la pieza que necesitas para completar la zona de estar en el salón. En este caso, ¿es importante elegir un modelo a juego con el sofá? La respuesta es no. No es necesario.
Puedes optar por un diseño diferente al del sofá para que la silla brille con luz propia. Eso sí, conviene elegir una tapicería, en cuanto al tejido y al color, que combine con el resto de elementos.
Un consejo: hay algo que sí debes tener en cuenta. Si la silla está junto al sofá, procura que los asientos de ambos muebles mantengan una altura similar.
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