En el barrio de Algorta, en la localidad vizcaína de Getxo, se encuentra la casa Tide cuyo proyecto de reforma integral firman Vanesa Vergara y Andrea Diego, de In56 Interiorismo (www.in56.es) y que tiene como inspiración fundamental la marea. La playa queda enmarcada en los grandes ventanales del salón, y los movimientos del mar y el paisaje marino son los protagonistas de este piso.
La vivienda cuenta con un interiorismo moderno y práctico. Por ejemplo, el recibidor se diseña atendiendo a las necesidades que se tienen cuando sales de la vivienda y entras de la vivienda, con una serie de muebles a medida. “En él podemos ver un cajón para dejar las llaves cuando llegas y un banquito integrado para poder sentarte a quitarte los zapatos. El propio mueble cuenta con un zapatero y un gabanero. Además, el espejo para poder echar un vistazo rápido antes de salir”, explican las artífices de la actualización de este hogar.
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Casa y fantástico mirador
El edificio se construyó en 1964 y la concepción espacial con espacios pequeños y muy compartimentados no convencían a sus actuales propietarios, una familia joven que necesitaba un hogar más funcional y espacioso.
“Los clientes confiaron mucho en nosotras y se dejaron guiar totalmente por nuestros consejos. Su gran premisa era poder disfrutar de las vistas desde cualquier rincón de la zona común [conformada por el salón, el comedor y la cocina]”, detallan las interioristas.
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Las ventajas de los ambientes diáfanos
Se potencia compartir actividades y espacios al crear ambientes amplios y muy versátiles. “El concepto de un hogar abierto va unido al cambio cultural que hemos tenido y a la forma de vida en familia, donde tendemos a compartir los espacios para estar más comunicados y priorizar la relación entre sus miembros. Puedes estar cocinando mientras estás viendo a tus hijos pintar en la mesa de comedor o sentados leyendo un libro en el mirador”, cuentan desde In56 Interiorismo.
Con la eliminación de tabiques se logran pasos fluidos y, por ejemplo, el mueble separador que divide y acota el área de estar y el comedor es un armario bajo de la firma Momocca, sobre el que se hizo un panel que tapa la trasera del televisor.
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Vistas de excepción al mar Cantábrico
En el salón, el mueble protagonista esta vez no es la televisión, sino la plataforma a medida que se realizó en el mirador, un banco que se acompaña con cojines colchoneros.
Este rincón es vital porque es el encargado de conectar el exterior con el interior. “Puedes estar tumbado en la plataforma sumergiéndote en esas vistas y olvidándote de todo lo que pasa en el resto de la vivienda, o puedes sentarte en ella y conectarte con el interior y poder estar de tertulia con personas que estén en la zona del sofá”, explican Vanesa y Andrea.
Para matizar la entrada de luz natural se emplean estores enrollables de polyscreen de alta resistencia al sol y con un fácil mantenimiento.
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Salón confortable y actual
Las interioristas definen el estilo de la vivienda como cálido, que aporta paz, armonía y tranquilidad. Sin duda las cromáticas y los materiales seleccionados contribuyen a esa agradable sensación de relajación, por ejemplo, con la base de un suelo en madera de roble tofé, de Meister, y el predominio de tonos neutros y naturales como beige, tierras y terracota en textiles y mobiliario.
La televisión, como vimos, en lugar de estar en un mueble junto a una pared, se encuentra en el eje central del salón y comedor con el fin de priorizar la situación del sofá, dando así protagonismo a las vistas.
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El triunfo de las líneas orgánicas
La mesa de comedor con cantos curvos (modelo Reverse) y las sillas tapizadas con brazos, para un mayor confort (modelo Gala), tienen unas agradables formas redondeadas, se trata de piezas de la firma Andreu World, todas diseñadas por el prestigioso Piergiorgio Cazzaniga. El conjunto se acompaña de una lámpara minimalista para no quitar visión al ventanal.
En contraste con las formas orgánicas del resto de mobiliario, se instala una estantería de rotundas líneas rectas hecha a medida construida en hierro y madera, que se apoya en una pared revestida con un papel pintado con acabado textil lino.
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La isla vertebra la cocina
Incluso desde esta zona más interior se disfruta de las hermosas vistas al paisaje natural. El elemento que separa el ambiente del salón es la gran isla, que alberga la placa de cocción con extractor integrado.
La cocina abierta cuenta con otro comedor, este de diario, que nace de este módulo de isla. Para marcar ese cambio de usos entre las áreas en la zona de trabajo se emplean maderas claras y el blanco, mientras que el office se tiñe de un elegante negro.
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Operación camuflaje
Como es habitual en las cocinas abiertas al resto de las zonas de día, se apuesta por integrar los electrodomésticos.
Asimismo, se emplean recursos para generar gran sensación de armonía, como que una puerta de paso se escamotee y parezca un armario en columna. Se trata de la de la derecha, junto a la ventana, y da acceso al lavadero. Todo el mobiliario es diseño de las artífices del proyecto de reforma e interiorismo, quienes lo han encargado a un ebanista de su confianza.
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Un diseño moderno y especial
La vivienda se divide en dos áreas bien diferenciadas: la de día y la de noche. Visitamos el primer espacio de la segunda zona, el dormitorio de matrimonio. “El elemento principal de esta habitación es la continuación de la plataforma que tenemos en el mirador del salón, que trasladamos al cabecero y sobre el que se apoyan las mesitas de noche y la cama, que da la sensación de que está volada”, revelan las interioristas. De hecho, como vemos las mesitas se reducen a un cajón mínimo.
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Pared de acento acogedora y natural
La madera que reviste la zona alta de la pared del cabecero, aportando mucha sensación de bienestar y calidez, también cobra protagonismo en una decoración que integra arte contemporáneo en forma de dos cuadros que reposan desenfadados sobre el estante.
Una planificación acertada del baño
El baño en suite se distribuye concediendo todo el protagonismo al área de cortesía equipada con un mueble, dos lavabos y sus sendos espejos retroiluminados con la grifería empotrada en el espejo, lo que las interioristas confiesan que supuso todo un reto.
La cabina de ducha de gran tamaño (1,20 x 1,20 metros) se sitúa de tal forma que el inodoro quede refugiado de las vistas. Por otra parte, aquí el suelo no es el general de toda la casa, sino una cerámica con acabado piedra.
Los jóvenes propietarios han mantenido una relación muy fluida con Vanesa y Andrea, de In56 Interiorismo. Están encantados con su trabajo, del que valoran que la vivienda les aporta mucho orden y calma. Ellas comentan que “se han dejado guiar en todo momento, han confiado al 100% en nosotras”.
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