Esta vivienda abuhardillada de 80 metros cuadrados se encuentra en el barrio de El Viso, perteneciente al distrito de Chamartín, en Madrid. El trabajo que recibió el estudio de interiores Deleite Design fue el de amueblar y dar vida y personalidad al espacio, sin realizar ninguna obra. Pero supone todo un reto un proyecto de estas características. De la mano de Lara de la Mata Alda y Daniel Povedano Rodríguez descubrimos el proyecto completo y las claves para sacar partido a viviendas de techo inclinado donde no sobran los metros.
El reto que supone amueblar un piso abuhardillado
"Amueblar un piso abuhardillado siempre es un reto porque hay que pensar muy bien la colocación de las piezas y los recorridos para que resulte cómodo, pero, este piso es especial", comienzan explicando los diseñadores al frente de Deleite Design (https://deleitedesign.com). Esta vivienda contaba con una luminosidad perfecta y grandes ventanas que potencian la sensación de amplitud. "Desde que entramos en esta buhardilla por primera vez, nos encantó el juego de líneas en distintos ángulos que le dan ese carácter tan arquitectónico", inciden. Mesa auxiliar negra de Ethnicraft.
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Primera clave de la decoración: la paleta cromática y la ausencia de estampados
Esta vivienda abuhardillada o ático, se organiza en un espacio que comparten el salón y el comedor, la cocina conectada a través de un tabique acristalado, un dormitorio con su baño y vestidor y un aseo. Y una terraza de 12 metros cuadrados a la que se accede desde la zona de estar. "Nosotros buscamos con la decoración que las aristas destacasen, pero siendo un espacio agradable y acogedor. Para conseguirlo se mantuvo el color blanco que marca muy bien las líneas y los juegos de luces y sombras en los diferentes planos de la cubierta, pero se rebajó con mobiliario y tejidos en tonos más cálidos. Con esto conseguimos suavizar el espacio un poco, aunque sin quitarle importancia. Justo con esta idea se han evitado los estampados muy marcados o los colores fuertes y se ha optado por texturas y colores naturales", indican Lara de la Mata y Daniel Povedano, de Deleite Design.
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Los materiales empleados a partir de la base ya existente
El trabajo en este proyecto no consistió en encargarse de la reforma o elección de materiales, sino en amueblar y decorar. Podríamos denominar a esta parte del trabajo, "la más limpia", ya que no conlleva obra. Y, sin embargo, con la complicación de adaptarse a lo que ya está hecho. Y lograr que todo esté en armonía. "Buscábamos crear un ambiente cálido y relajado, pero también elegante y atemporal", señalan los diseñadores de interiores. Para lograrlo, se han incorporado piezas con madera de roble -que ya estaba presente en el suelo-, pinceladas en negro y tonos neutros en textil con algún toque verdoso y rojizo muy sutil. En la zona de estar, la mesa de centro redonda resulta ligera en sí por la ausencia de esquinas y por el sobre de cristal.
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Segunda clave: aprovechar el espacio
Otro punto importante en las buhardillas es aprovechar el espacio. Es decir, rentabilizar las paredes, aun aquellas en las que el techo pierde altura, con zonas de almacenaje. "En esta vivienda las zonas de armarios y de paso se situaban donde la altura de techo era mayor, por lo que la capacidad de almacenaje era adecuada", indican desde Deleite Design. En el espacio de salón y comedor, dos muebles tipo aparador de diseño horizontal equipan los ambientes, cada uno con su función (zona de audiovisuales y almacén de menaje). El resultado de la decoración es equilibrado, estético, armónico y contemporáneo, y se ha logrado todo a través de piezas de marcas como La Redoute Interieurs, Kave Home o Teulat, entre otras.
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Tercera clave en una buhardilla: evitar las lámparas colgantes
En este proyecto de techos inclinados se ha evitado la instalación de luminarias colgando del techo para no romper las líneas y para que la colocación del mobiliario pudiera ser más versátil. "Eso sí, hemos incluido elementos verticales como las cortinas en el salón para potenciar la altura de los ventanales", añaden los diseñadores de interiores. En esta imagen se aprecia el conjunto de salón y comedor, donde la butaca delimita la zona de asientos y la mesa de comedor redonda con sillas también de diseño curvo favorecen la transición y circulación sin aristas.
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Una cocina actual en color negro
La cocina contaba con luminosidad propia y añade la que recibe a través del tabique acristalado (con vidrio y perfil en blanco) que la independiza de la zona de día. Por ese motivo, fue posible contar con mobiliario en negro mate y encimera en el mismo color. Esa uniformidad en los acabados y ese predominio de las superficies lisas se ve alterado en este ambiente solo por el suelo de pequeños motivos geométricos repetitivos. Un patrón concreto que aporta orden.
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El dormitorio principal con un cabecero a medida
Ya en el dormitorio principal, Deleite Design se encontró con una zona de armarios bien resuelta en la parte en la que el techo tenía mayor altura. Sin embargo, esta disposición dejaba poco margen para ubicar la cama. La solución: llevarla a la zona de menor altura del techo. Para decorar este ambiente se escogieron de nuevo muebles acabados en madera y se buscaba la calidez sin restar luminosidad, por lo que los tonos neutros de base siguen presentes y se caldean con pinceladas cálidas en camel, mezcladas con diferentes gamas de azul.
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El detalle del cabecero a medida
Ya que la cama quedaba en la zona donde el techo pierde altura en este dormitorio principal abuhardillado, los decoradores quisieron crear un frontal especial que destacase. "Para ello hemos diseñado un cabecero en roble y tela de bouclé con mesitas integradas, aprovechando el bajocubierta. Este elemento realizado a medida unifica las proporciones haciendo el conjunto más coherente", señalan. Este frontal resulta interesante a nivel estético y de texturas. Marca el espacio, delimita la zona de las mesitas de noche, soluciona la superficie de apoyo y algo de almacenaje e integra la iluminación (con apliques de pared con pantalla globo de cristal opal).
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Zona de entrada: armarios y cómoda
Esta es la zona de acceso a la habitación principal, donde el techo mantiene la altura convencional de 240-250 cm. Aquí se crea esa zona de vestidor con armarios y se ha incorporado una cómoda con un espejo encima que rompe el predominio del blanco con su acabado madera, cannage y el metal negro discreto del borde del espejo. Además, la forma irregular de este disimula la irregularidad de la pared donde ya comienzan a aparecer ángulos y desniveles en la zona del techo.
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