Una casa de estilo clásico en Berango donde se conservan muchas piezas de herencia familiar

Los propietarios de este dúplex en la localidad vizcaína de Berango atesoran muchas piezas de mobiliario de herencia que se debían conservar, ese ha sido el reto de la interiorista Raquel González a la hora de afrontar el proyecto de diseño: aprovechar muebles de gran valor sentimental para la familia, pero actualizándolos a través de varios recursos, como unos nuevos tapizados, cambios de color o sustituyendo pequeños detalles como pomos, molduras o tiradores.

El gusto por el color de los propietarios es algo que delatan muchos espacios, como el salón, en el que el azul de la librería cobra gran protagonismo.

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Secretos para ganar luminosidad

Este ambiente antes de redecorarlo se percibía sombrío porque se usaron muchos colores oscuros, por lo que Raquel ha decidido pintar todas las paredes en color blanco y colocar sobre el pavimento de madera de elondo una gran alfombra lisa en otro neutro (un blanco roto), al tiempo que ha aligerado las cortinas y las caídas de los ventanales con unos visillos y una cretona de Güell Lamadrid. Además, se retapizan los dos sofás Chester de cuero en un algodón en color neutro manteniendo la estructura original de cuero con tachuelas, para conservar el toque clásico inglés.

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Un estar inundado por el azul

Por su parte la librería tipo boiserie, bañada de luz natural gracias a los dos grandes ventanales que tiene a ambos lados, sí presenta una tonalidad intensa, en concreto se ha actualizado con un lacado en azul petróleo, que llena el ambiente de sofisticación y elegancia.

En otra tonalidad de azul, el turquesa, se coordinan las lámparas de sobremesa con el pie cerámico, de la firma cordobesa Polonio, que trabajan sus piezas artesanalmente.

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El paso desde el salón hacia el comedor está completamente abierto, consiguiendo continuidad visual. Al igual que la zona de estar, esta también se ha delimitado con una alfombra en el mismo tono neutro para ganar en luminosidad y sensación de amplitud.

Para el comedor se ha optado por una mesa de diseño contemporáneo para ocho comensales de línea atemporal con tapa en madera maciza de roble europeo y patas de aluminio. Una pieza de Expormim que la interiorista ha escogido por su ligereza visual y su estructura armónica y elegante.

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Mezcla de estilos

Otro detalle que comparten ambos ambientes sociales son los estampados geométricos de algunas telas, como cojines o la tapicería de las sillas, diseño de Lorenzo Castillo para el editor textil Gastón y Daniela. Ha sido una forma de dar un toque moderno a un ambiente por lo demás muy tradicional, con piezas exquisitas como la lámpara de araña, la vitrina o el aparador.

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Una cocina muy estilosa y aprovechada

La cocina con office está inundada por mucha luz natural y, además, todo destila calma: los electrodomésticos integrados, el color blanco de los revestimientos, la encimera y parte de los muebles, algunos frontales en el relajante azul. Además, nada está por medio pues el mobiliario proporciona una gran capacidad de almacenaje.

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Comedor de diario en muy poco espacio

En el rincón destinado a comidas más informales en familia, se ha utilizado mobiliario de madera para aportar calidez. Igualmente, se trata de modelos plegables que pueden recogerse cuando no están en uso.

Una palmera kentia, por su parte, regala el toque exuberante a este rincón de office tan acogedor.

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Una nueva concepción espacial

Mientras que el proyecto de interiorismo en la zona de día ha consistido en el amueblamiento y la decoración, en el caso de la zona de noche, situada en la planta superior, también se ha emprendido una reforma que integra ambientes. Nos encontramos en el dormitorio principal, que se ha ampliado. “Eliminando un tabique y uniendo espacios hemos conseguido una habitación muy amplia que nos ha permitido integrar la zona de descanso con el vestidor, un despacho y el baño en suite”, comenta Raquel.

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Una apuesta más moderna

En esta estancia tanto la distribución como el mobiliario son nuevos, así que se ha conseguido un toque más actual que en el resto de la vivienda, aunque siempre manteniendo el mismo estilo en acabados y colores.

El cabecero, diseñado por la artífice del proyecto, se ha tapizado en lino natural a juego con los textiles de la cama y con el tono del estampado geométrico de las caídas de las ventanas (confeccionadas con tejidos de Andrew Martin). El toque original lo aportan las lámparas que flanquean la cama, un modelo colgante de Faro.

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Suma de aciertos

El baño en suite se ha reformado por completo, logrando un ambiente más práctico y exquisito a la vez. Se ha priorizado por encima de todo la funcionalidad añadiendo una amplia ducha y mantenido la bañera existente. “Hemos logrado incorporar esta nueva pieza al retirar el bidé”, revela la interiorista.

Con esta nueva distribución, asimismo, se ha tenido que cambiar la apertura de la puerta, lo que ha proporcionado una mayor intimidad y mejorado la zona de paso.

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En buena sintonía

El tono visón del lacado de los muebles de estilo clásico, ha sido el que ha llevado a la interiorista a diseñar un patrón cromático con un juego a tres colores para el suelo, armonizando a la perfección con todas las tonalidades del espacio. Para la zona de la ducha y la bañera se ha escogido un revestimiento de pared porcelánico en color blanco y para el resto de las paredes, un papel pintado de rayas en blanco y negro.

Los apliques de Faro conservan también una estética tradicional y es que, tal y como pidieron los propietarios a Raquel González Interiorismo, ya que su vivienda conservaba un sinfín de piezas de herencia familiar a las que tienen mucho cariño, querían que predominara el estilo clásico, lo que no quita que se hayan añadido elementos a la última y, como muestra, las griferías negras de este cuarto de baño (de la firma alemana Steinberg). ¿Qué es lo que más valora de su renovada casa la familia? El interiorismo rejuvenecedor que ha sabido conservar y respetar la historia y, al mismo tiempo, mezclar estilos con gran acierto.

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