Massimo Listri es uno de los fotógrafos de interiorismo y arquitectura más importantes de nuestro tiempo. Es conocido en todo el mundo por sus obras, que retratan los lugares más emblemáticos de la cultura y de las grandes colecciones de arte. Fotos de museos modernos y antiguos de todo el mundo que han contado la historia de la cultura a través de los tiempos, como los Museos Vaticanos, la galería de los Uffizi o las salas del Quirinale.
Las grandes imágenes de Massimo Listri revelan un aspecto inédito de los lugares, la armonía de los volúmenes de las habitaciones, la elegancia, la luz, la simetría y les otorga una fuerte individualidad. Su fotografía trasciende para convertirse en arte creativo, resultado de su visión conceptual: el interior se convierte en un sueño y las esculturas transmiten emoción, emanan magia, son vívidas.
Hallazgos arqueológicos, pinturas, esculturas y libros abarrotan los espacios del palacio, del siglo XVI
Massimo Listri, el gran maestro de la fotografía de arquitectura, tiene la excepcional habilidad de captar cada detalle, que queda impreso en el ojo, como si la percepción de los materiales fuera tangible.Listri comenzó muy joven su carrera como fotógrafo. A los diecisiete años ya trabajaba para revistas de arte y arquitectura y, durante sus estudios universitarios de Arte y Letras, colaboró con publicaciones dedicadas al interiorismo.
Con el editor Franco Maria Ricci es cuando tiene la oportunidad de realizar los grandes reportajes con la revista FMR. Esta prestigiosa publicación ha sido durante más de veinte años el mayor vehículo expresivo de los homenajes fotográficos de Massimo Listri a los palacios e interiores más bellos y a las villas y obras arquitectónicas más extraordinarias.
En cuarenta años ha colaborado con las editoriales más prestigiosas de Europa y Estados Unidos, ha publicado más de ochenta libros y ha realizado exposiciones individuales en algunos de los lugares más prestigiosos del mundo, entre ellos, los Museos Vaticanos de Roma, el Kunsthistorisches Museum en Viena, la Morgan Library & Museum de Nueva York, el Palazzo Pitti de Florencia y el Palazzo Reale de Milán.En su casa de Florencia, un precioso palacio en el corazón de la ciudad del arte, es donde alberga sus tesoros, elegidos en estos años de viaje y trabajo y reunidos con su refinada cultura y sentido estético.
Sus salones pueden llamarse “salas de las maravillas”, ambientes repletos de pinturas y esculturas, curiosidades y objetos insólitos.Y es aquí donde también tiene su sede la Fundación Listri para las Artes Visuales, una organización que persigue fines exclusivamente artísticos y culturales, la conservación, puesta en valor y difusión del patrimonio artístico fotográfico de su fundador, Massimo Listri, perpetuando su memoria en el tiempo.
En el comedor, los frescos con paisajes dan continuidad al jardín exterior. En la cocina, hay platos de plata de la boda del Káiser Guillermo I
—Massimo, qué honor estar en esta casa, templo del arte que ha convivido contigo en las cuatro décadas de tu carrera.
—La casa es de dos plantas. Compré el núcleo central al marqués Lotteringhi della Stufa, luego agregué otros espacios y la casa fue creciendo gradualmente.
—Hagamos un recorrido habitación por habitación.
—El salón con vistas al jardín: le compré los sofás a la Reina de Rumanía en Villa Esparta, cuando se mudó a Suiza. En las paredes tengo una pequeña pinacoteca con cuadros de autores florentinos del siglo XVII, casi todos retratos.
—Tienes muchas estatuas.
—Sí, principalmente arqueología, que es muy difícil de coleccionar. De hecho, mis piezas están todas documentadas en la Superintendencia, es la única forma de poseerlas.
—Entre los sofás, el gran cuerno.
—Es un cuerno alemán de mil quinientos, una pieza comprada en Londres, está sobre una base de pórfido egipcio rojo. En la pared de este salón hay un hermoso mosaico romano del siglo II que representa un monstruo marino. Hay bustos romanos y fragmentos de columnas. En una esquina, la pantalla con el boceto del Empire State Building de Nueva York. Está la gualdrapa del Negus Haile Selassie, una gran ménsula arquitectónica en piedra de Istria, procedente de un palacio veneciano. Hay gárgolas de piedra arenisca del siglo XVI, ataúdes Mughal, fragmentos egipcios, una palangana romana, el retrato de Urbano VIII de mil seiscientos treinta…
La sala de curiosidades, con el techo abovedado, decorado por Maurizio Palma y Stefano Sieni, alberga objetos preciosos, encuadernaciones reales y papales que sirven de base a piezas de marfil, roca, cristal y conchas
—Pasamos a la sala contigua, a la gran biblioteca.
—Siempre he mantenido una relación apasionada con las bibliotecas; la sabiduría y la fantasía dan espacio a la imaginación. Los libros de la planta baja son todos sobre historia del arte. Sobre la gran mesa de la biblioteca, encuadernaciones y otro fragmento de sarcófago que representa a un elefante luchando contra un león.
—La entrada es impresionante con su colección arqueológica.
—El cuadro central es de Baldassarre Franceschini, conocido como Il Volterrano, una pintura encargada por Mattia de Medici para regalar a la corte de los Habsburgo con motivo de la victoria sobre los turcos, que representa la alegoría de la paz y la victoria. Las dos estatuas a ambos lados representan a Faustina, la esposa de Nerón; escondido entre las esculturas de la pared izquierda, un precioso retrato de Fayum del siglo II, una pareja de jarrones de Apulia…
—Un comedor envuelto en la Naturaleza.
—Los frescos son los de las estancias campestres con paisajes, para dar continuidad al jardín exterior. Una habitación que es armonía total, con sus muebles de Villa Mansi.
—De aquí vamos a la cocina.
—Aquí también hay piezas con historia, como platos de plata realizados para la boda del Rey de Prusia, luego Káiser Guillermo I; lámparas Fortuny y pinturas del XVII insertadas en las bóvedas.
En cuarenta años, Massimo Listri ha fotografiado museos modernos y antiguos de todo el mundo, ha colaborado con las editoriales más prestigiosas de Europa y Estados Unidos y ha publicado más de ochenta libros
—Subimos la escalera.
—Las paredes de la escalera están llenas de grabados y acuarelas, ligadas a algo que fotografié, el Quirinale, Villa Albani, la entrada a los museos del Vaticano, la Villa del Príncipe de Butera.
—Para llegar a la sala de “curiosidades”.
—Sí, el gabinete de curiosidades y objetos raros que son sinónimo de sorpresa. En la biblioteca hay muchas cosas preciosas que van desde el retrato de George Washington en bronce dorado, manufactura del Buen Retiro (España); un reloj neogótico superrefinado y las encuadernaciones reales y papales que son el fondo de los objetos de marfil y roca, cristal, conchas… y luego mi gran colección de sellos de azufre del Museo Casa Martelli de Florencia, contenidos en cajas de cuero rojo, muy importantes para la historia de la antigüedad clásica. Y desde aquí se entra en la sala con el techo pintado al fresco y otras curiosidades. Mientras que, para acceder a la parte opuesta del corredor, se atraviesa un pequeño vestíbulo con colecciones de mármol, piedras semipreciosas y mosaicos. A su lado está uno de mis vestidores, con paneles chinos y un importante kimono.
—De aquí llegamos a la habitación más inspirada en Suecia.
—En el pasaje para llegar a la sala sueca, vemos cuatro cariátides realizadas por el escultor romano Gianni Gianese. Me inspiré en las casas neoclásicas de Suecia, había hecho un libro sobre los interiores del país, entonces rediseñé las paredes, hice las bóvedas, hice esta librería grande que contiene estuches con todas mis publicaciones. En la sala hay cuadros importantes: un Botero, un Canova, un Léger, un Landi y dos fotografías mías. Sobre la mesa, varias esculturas, entre las que se encuentran la terracota del duque de Berry y un busto del Zar Alejandro I.
—¿Qué te gusta transmitir a las personas que entran en esta casa?
—EI objetivo es mostrar lo que otros no pueden llegar a ver.
En el pasaje para llegar a la sala sueca, vemos cuatro cariátides realizadas por el escultor romano Gianni Gianese