Una antigua herrería en Palma de Mallorca convertida en este espectacular 'loft'

Existe un auténtico furor por convertir bajos comerciales en vivienda. ¿El motivo? La arquitecta que ha dirigido este cambio de uso en un edificio de Palma de Mallorca, Antònia Pizà, fundadora de 353 Arquitectes (www.353arquitectes.com), considera que se debe a que “generalmente suelen tratarse de espacios diáfanos que permiten muchas posibilidades a la hora crear ambientes amplios y dar a la vivienda un carácter propio, especial”.

En este caso se reforma un antiguo taller de herrería que llevaba muchos años cerrado en desuso, dentro de un edificio histórico con varios siglos de antigüedad.

Nos encontramos en la luminosa entrada de la vivienda, que cuenta con un agradable rincón de lectura conformada por una butaca de los años 50’, de Panomo, una alfombra redonda, de Ikea, una lámpara de pie con luz regulable, de Picontó (el modelo Juna), además de una hermosa palmera de interior, en concreto una kentia que da la nota ‘verde’ al recibidor.

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Un oasis exterior en pleno casco histórico

Este hogar ubicado en la planta baja de un edificio del casco histórico mantiene elementos constructivos originales de la época en la que se construyó, de alto valor arquitectónico, como son los arcos y bóvedas de piedra original de la isla de Mallorca, así como forjados de vigas de madera.

De hecho, la premisa en los trabajos de renovación fue mantener al máximo esos elementos originales. Además de “practicar todas las aperturas posibles para recuperar la luz natural y así proporcionar la máxima claridad posible en el interior”, detalla Antònia. En este caso, también el hermoso patio de 47 m² aporta luz a esta vivienda situada en una planta baja.

El pavimento empleado es de barro cocido y para el sombreo de emplea un umbráculo de malla. Aquí se instala un comedor al aire libre con mobiliario en bambú de Francisco Segarra (el modelo Aimara) y unas tumbonas de Taller de Indias (el modelo Avril).

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Decoración moderna y sosegada

Los ambientes se suceden sin cortapisas, relacionados unos con otros y manteniendo todos una decoración de estilo contemporáneo. Tras la reforma la superficie útil de los interiores es de 105 m².

Algo singular es una distribución en la que el salón se vincula visualmente con el dormitorio principal.

¿Qué se recupera y qué es nuevo? Los arcos de piedra de marés y las vigas de madera logran conservarse, pero se añaden elementos como los pavimentos y los cerramientos de hierro forjado que ofrecen una estética industrial al conjunto, que tanto conjuga con un espacio tipo loft como este.

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Lo viejo y lo nuevo, en armonía

La arquitecta resalta que se busca la integración de la estructura original, de carácter rústico, en un espacio contemporáneo para combinar ambos estilos sacando el máximo partido.

Como se aprecia, “el muro acristalado proporciona luz, transparencia, continuidad de espacio, sensación de profundidad y amplitud, de manera que, aunque la superficie del dormitorio sea físicamente de reducidas dimensiones, genera la sensación de ser amplia y espaciosa, prolongándose más allá de sus dominios”, detalla Antònia.

Esta toma muestra las perspectivas que se dibujan desde la habitación. ¿Y cuándo se desea intimidad? Solo hay que cubrir esta ‘pecera’ con la cortina de lino blanco instalada a tal efecto.

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Pura diversión

La decoración en esta estancia es desenfadada, con un punto de juego. Lo muestra la combinación de lámparas flanqueando la cama: dos colgantes a un lado (el modelo MSDS Studio, de Pamono) y una de sobremesa al otro (el modelo Poldina, de Picontó), lo que ofrece ritmo y movimiento. Respecto a la composición de espejos murales de ratán, adquiridos en Casika, se disponen con un doble objetivo: dar la sensación de amplitud de la habitación y reflejar la continuidad de las vigas hacia el salón.

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Todos los espacios conectados

El comedor tipo office muestra un claro acento industrial, porque de este modo combina bien con la estructura de pilares y jácenas hechos con perfilería metálica que se hallan justo en el acceso a esta zona, aplicando sobre el hierro existente un acabado en blanco para suavizar y darle un aspecto más cálido.

Las sillas son metálicas con un encantador aspecto shabby chic.

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El toque especial en la cocina

Para generar interés visual y ‘elevar’ la decoración de una cocina con los armarios blancos de líneas muy depuradas (tanto es así que se prescinde de los tiradores y se abren con uñeros o push), el salpicadero se reviste con azulejos hidráulicos de una gráfica muy vistosa.

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Un baño que queda en lo esencial

Todavía más minimalista que la cocina es el baño, para el que se decide instalar un plato de ducha (en resina de carga mineral para proporcionar acabado con textura de piedra natural, siendo más cálido y antideslizante que el porcelánico), un inodoro, un lavamanos con grifería blanca a juego (de Hansgrohe) y, a modo de encimera, una plancha de madera de roble. Nada sobra ni nada falta.

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Una habitación sencilla y práctica

El dormitorio de invitados pretende ser (y lo logra) un templo para el descanso. Es por ello que aquí se combina la calidez de los tonos de la piedra y la madera con el toque elegante y contemporáneo del blanco puro y gris. Todo invita a la relajación en este ambiente.

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¡La gran sorpresa!

Terminamos el recorrido por esta casa en la capital balear descubriendo un lugar idílico: su piscina interior. “La construimos aprovechando un desnivel existente donde probablemente se ubicaba antiguamente un aljibe de agua utilizado como reserva para la vivienda en los orígenes del edificio, y aparece como una oportunidad para integrar un elemento propio de los patios mediterráneos como es el agua”, comenta Antònia.

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Tanto la propia piscina como el pavimento de alrededor se revisten con piedra caliza natural, y los muros del espacio alrededor se han pintado en blanco para así realzar la luminosidad que entra desde el patio, dejando algunos tramos con la piedra original vista para aportar cierta calidez.

Este antiguo taller de herrería ha sufrido un cambio radical y los propietarios están encantados de poder disfrutar de una vivienda tan acogedora, en la que se ha valorado la antigüedad y calidez de los materiales. Los dueños aprecian mucho la gran luminosidad de la que goza su hogar, reformado acertadamente por 353 Arquitectes. “Se trata de esa luz propia mediterránea que tanto nos caracteriza, y que sorprende nada más entrar al estar enclavada en pleno casco antiguo, con calles muy estrechas y sombrías”, remata la arquitecta.

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