Si piensas que la primavera es la mejor época para tu jardín, da una oportunidad a estas plantas de exterior que ofrecerán colorido y alegría durante el otoño. Sí, las tonalidades con las que se tiñen los paisajes exteriores en esta temporada son otros, pero no por ello menos espectaculares. Y, además, no tienes (ni debes) renunciar a decorarlos con algunas flores. Te proponemos todas estas variedades de plantas que están dispuestas a lograr un jardín lleno de vida en estos meses.
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1. Brezo común (‘Calluna vulgaris’)
Uno de los hechos más interesantes del paisajismo es percibir cómo pasamos de una estación a otra y el brezo común lo delatará fácilmente, pues este arbusto de tamaño medio (alcanza unos 50 cm de alto) pasa de su característico verde al marrón o el morado en otoño. ¿Qué nos gusta de esta planta? La vitalidad de sus flores acampanadas.
Lo mejor de todo es que tus brezos sobrevivirán al invierno incluso si resides en una zona muy fría (pues son capaces de tolerar temperaturas de hasta -30º C). Puedes colocarlo en un área donde esté expuesto a sol directo, siempre que los veranos de tu región no sean muy extremos.
2. Durillo (‘Viburnum tinus’)
El durillo (también conocido con los nombres de laurel salvaje o laurentino) es un arbusto muy resistente de origen mediterráneo del que existen muchas variedades, aunque la más habitual es el Viburnum tinus. Le caracteriza que soporta todo tipo de temperaturas y que siempre mantiene sus hojas verdes, además, con la llegada del frío, presenta decorativas flores como la que vemos. Y durante el verano aparece con frutos de color azulado, no comestibles.
Sitúa esta planta rústica a pleno sol o en semisombra y será feliz.
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3. Espino de fuego (‘Pyracantha’)
Los espinos de fuego o piracantas son arbustos de hoja perenne, con racimos de bellas flores en primavera y decorativas bayas rojas, amarillas o anaranjadas en otoño e invierno. Dichos frutos pueden comerse si se cocinan, por ejemplo, en mermeladas caseras. Ofrece diferentes disposiciones, como cubriendo una pared (igual que vemos en la imagen), una cerca o cultivados como arbustos independientes.
Uno de sus grandes alicientes es que es resistente a la sequía y tolerante al frío. Requiere pocos cuidados, pero sí deberás llevar a raya la poda pues son plantas que pueden alcanzar varios metros de altura. Por otra parte, la exposición que ama más es a pleno sol.
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4. Heuchera ('Heuchera micrantha')
Dado que no alcanza mucha altura, la heuchera sobre todo se emplea como planta vivaz tapizante, que queda a la sombra con otras de niveles más altos. Los colores del follaje de esta resistente planta vivaz son sorprendentes y pueden ser rojos, morados, marrones, verdes y hasta casi negros. Se trata de un género con 50 especies de plantas nombrado en honor del médico Johann Heinrich von Heucher, de ahí procede su curioso nombre.
Aunque tolera bien el frío, el calor del verano y los rayos de sol directo podrán quemar sus hojas, así que tenla en semisombra en los meses de temperaturas agradables o frías, pero en verano incluso deberá estar siempre en una zona de sombra.
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5. Crisantemo (’Chrysanthemum morifolium’)
Lógicamente, si quieres alegrar el jardín el crisantemo con su floración tardía que comienza en otoño, es una opción siempre infalible. Solo tendrás que elegir de qué color prefieres que sean sus grandes y maravillosas flores y el abanico es amplio: rosas, amarillas, violetas, naranjas, rojas, blancas y ¡hasta bicolores!
A diferencia de las plantas que hemos visto con anterioridad, el crisantemo es susceptible a las bajas temperaturas, así que convendrá trasladarlo a un invernadero o al interior de la vivienda si el termómetro desciende bastante. ¿Más cosas? No soporta bien el sol directo.
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6. Verónica (‘Hebe x franciscana’)
La verónica, que también es conocida como planta hebe, es un arbusto vigoroso que ramifica mucho y nunca alcanza una gran altura, a lo sumo 60 cm. Lo más vistoso de la planta es su que emite unas delicadas espigas florales, dependiendo de la variedad, en verano o en otoño en colores como el violeta, el rojo, el rosa o el blanco.
Cuida que no soporte temperaturas inferiores a los 10º C, porque no las soportará. Por otra parte, hay que ubicarla en un rincón en semisombra.
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7. Lirio de sapo (‘Tricyrtis hirta’)
Si quieres ofrecer a tus exteriores una estética singular el lirio de sapo te ayudará en tu misión pues se trata de una planta que pertenece a la familia de las liliáceas de origen asiático que sorprende por su exótica flor salpicada de ‘manchas’ moradas. Esta florescencia se da en otoño aunque no es duradera, alcanza unas tres semanas.
Tolera el frío pero no los rigores del invierno, así que resulta recomendable cultivarla en maceta para protegerla cuando el termómetro comience a descender. Por cierto, es una planta que precisa sombra.
En la imagen en concreto vemos una Tricyrtis Formosana Hirta (un híbrido que cruza el Tricyrtis Hirta y el Tricyrtis Formosa).
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8. Paniseto (‘Pennisetum spp.’)
Por último, para dar un toque muy asilvestrado y natural al jardín, ¿qué te parece incorporar panisetos? Son unas hierbas de espigas decorativas que aportan una sensación de etéreo y romántico movimiento a los exteriores. Se trata de gramíneas que no aman el frío y preferirán no estar a temperaturas bajo cero y que, además, adoran estar situadas a pleno sol.
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