Las coníferas son unas especies habituales en el jardín dado que soportan bien las temperaturas bajas del invierno y las altas del verano, precisan pocos cuidados y aportan mucho interés a los exteriores. Para conocer más sobre ellas y, en especial, por qué variedades apostar (¡las hay incluso que pueden plantarse en maceta!) y realizando qué funciones, hemos contactado a Francisco Díaz Ramos, art manager en la empresa de paisajismo Landscapers (landscapers.es).
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¿Qué son las coníferas?
Primero de todo, deberíamos saber qué características tiene el grupo de plantas de las coníferas. A nivel anatómico son especies con raíz pivotante. Esto quiere decir que tienen una raíz central que es la que va ‘excavando la tierra’ hasta lo más profundo. De esta raíz principal salen como ramas, las raíces secundarias, terciarias etc. “Su característica principal es que sus semillas están conformadas en estructuras llamadas conos (de ahí su nombre). Para que el lector no especializado entienda esto, los conos son las famosas piñas”, define Francisco Díaz.
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Usos en el jardín de las coníferas
Sus características hacen que podamos disfrutar de un ‘bosque’ en nuestros exteriores. Pero ofrecen más beneficios aparte de su estética, como relata el experto: “gracias a que son de hoja perenne, aportan sombra. Por otro, lado protegen de los vientos y suelen albergar fauna avícola. Sin olvidar que sus frutos son los piñones y en algunas especies son deliciosos".
Las coníferas, se utilizan mucho para formar cortavientos, pantallas vegetales y setos. Ello no se debe tan solo a que su hoja sea perenne. El paisajista destaca que se trata de especies columnares o piramidales, que crecen más en altura que a lo ancho. Esto, unido a que son de crecimiento lento (relativamente según la especie con la que la comparemos) hace que resulten ideales para formar pantallas. A lo que hay que añadir el hecho de poder recibir varias podas al año sin que la planta se vea mermada.
La protección contra el viento la da la masa compacta de su copa que crece sin dejar huecos por los que pase el viento con facilidad. En la propuesta, el jardín está preparado para el frío gracias a su fire pit situado en la zona de salón al aire libre. Y como seto se emplean cipreses.
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¿En qué climas se recomienda su plantación?
La mayoría de las coníferas son especies muy rústicas, lo que se traduce en que aguantan bien tanto las temperaturas frías como las calurosas. También llevan bien la falta de agua, sobre todo los ejemplares grandes.
Resistentes y versátiles, en la imagen vemos que son capaces de soportar hasta intensas heladas.
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Evita problemas
¿Las coníferas que son árboles grandes, deben mantenerse algo alejadas de las viviendas y construcciones como piscinas, debido a que sus raíces pueden dañarlas? Francisco considera que “no conviene que ningún árbol se encuentre muy cerca de piscinas u otras fuentes de agua. Dicho esto, las coníferas (salvo algunos pinos) no son de los más problemáticos en este sentido. Son las especies de ribera las que causan más problemas. Sí que es cierto que la mayoría de las coníferas se hacen grandes con el paso del tiempo. Son muy comunes las podas o talas por no haber previsto esta circunstancia y que el árbol esté rozando la vivienda”, apunta.
Por otro lado, unas malas podas pueden hacer que estos árboles crezcan muy torcidos, poniendo a veces en peligro las construcciones debido a que ‘escalan’ sus copas por encima de los tejados. De este modo, cualquier rotura o caída del árbol tendría malas consecuencias para la vivienda.
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Estos son los ‘hits’
Las variedades de árboles coníferos más plantados en el jardín en España son los cipreses, en sus variedades ciprés común (Cupressus sempervirens) y ciprés leylandi (Cupressocyparis leylandii).
En todo tipo de exteriores, incluso en balcones y terrazas, también son habituales las variedades enanas, de las cuales hay muchas variedades de abetos (Piceas), pinos (Pinus) y sabinas (Juniperus). “Funcionan muy bien como ejemplares aislados si tienen ya un porte de 50 cm de diámetro (suelen ser globulares) o bien variándolos en bosquetes. Lo mejor que tienen es sus distintas texturas de copa y sus colores, habiendo desde distintas tonalidades de verde, hasta grises y azules, pudiendo crear muy buenos efectos si los combinamos con gravilla decorativa”, afirma Francisco, quien se declara un enamorado de las coníferas enanas. Él, si tuviera que elegir una se quedaría con el Pinus mugo, que es como tener un pino bonsái.
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De árboles gigantescos…
Tratándose de grandes ejemplares, el diseñador de paisajes exteriores cree conveniente plantar el árbol de forma aislada y no agrupando varios. Una conífera ejemplar debe ser uno de los puntos de atención del jardín, un punto focal. Considera así que “sería buena idea acompañarla de otras plantas de menor porte. No obstante, debemos tener en cuenta según la especie que las acículas (es así como se llaman sus hojas) caen y acidifican muchísimo el suelo”.
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… a variedades de tamaño muy contenido
Algunas coníferas incluso pueden cultivarse en maceta para tenerlas en la terraza, el balcón o un patio.
Según el experto en paisajismo, algunas de las mejores son las coníferas enanas y el ciprés limón (Cupressus macrocarpa). También las tuyas (Thuja spp) suelen funcionar bien en maceta o jardinera.
Por otro lado, expertos jardineros en la materia son capaces de realizar técnicas de bonsái en estas especies, creando composiciones espectaculares.
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En esta terraza con jardinera perimetral en un ático granadino con vistas a Sierra Nevada, el cliente quería ajardinar, pero no quería que las plantas ‘contaminaran’ sus impresionantes vistas. En un juego de escalas, Lansdcapers integró coníferas enanas, cuyas copas tenían el mismo tamaño que los árboles del paseo urbano del paisaje. De esta forma mimetizaron la vegetación con lo que en paisajismo se llama ‘fondo de escena’.
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Claves si quieres decorar con coníferas los exteriores
Desde Landscapers señalan que resulta de vital importancia conocer la morfología de la especie o especies que vas a utilizar. Por ejemplo, en cuanto al arbolado, si tienes poco espacio puedes utilizar un ciprés Totem (Cupressus sempervirens Totem, en la imagen) porque prácticamente no crece en grosor de copa. Por el contrario, nunca se te ocurrirá poner un pino piñonero en un patio pequeño.
En cuanto a setos, “recomendamos llevar muy al día las podas y tener al seto muy saneado”, comentan desde la empresa con sede en Granada.
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Plantas fáciles de cuidar
Las coníferas suman a su estética bella y poderosa que, por lo general, no son exigentes respecto a los cuidados. “Los principales problemas suelen ser el fuego bacteriano de los cipreses, hongos y excesos de riego en las primeras etapas. Una vez establecidos en varios años no suelen tener problemas”, explica Francisco.
De hecho, hay que tener en cuenta que son especies que se encuentran en los bosques sin cuidados constantes. Si bien es cierto que en algunas especies de pinos hay que hacer tratamientos preventivos de endoterapia, para evitar xilófagos. La oruga procesionaria también ataca a algunas especies con mucha asiduidad.
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