Los suelos más sostenibles (¡y más sanos!) para nuestro hogar

Cuando vamos a reformar los suelos de casa nos guiamos por su estética, no obstante, una clave para lograr hogares sanos es la apuesta por materiales naturales libres de tratamientos tóxicos. Se trata de propuestas que, además de saludables, resultan sostenibles, así que mientras cuidan de ti también lo hacen del planeta, pudiendo por ejemplo reciclarse al final de su ciclo de vida.

¿Quieres saber qué opciones existen? Te detallamos una larga lista de posibilidades para que tengas donde elegir y su estilo se ajuste a tus gustos y necesidades.

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La madera, siempre una opción excelente

La calidad del aire en el hogar es de vital importancia y, aparte de los productos de limpieza inadecuados o una mala ventilación, un error es apostar por suelos que nos perjudican. Con materiales como la madera no se corre riesgo alguno, porque además de regular la humedad ambiental apenas emiten los perjudiciales formaldehídos, al contrario, lo que sí que hacen es purificar el hogar eliminando los gases nocivos, al tiempo que aíslan a nivel térmico y acústico.

El suelo del dormitorio de la propuesta es un roble de Finsa, dispuesto en punta Hungría, un patrón clásico que regresa con fuerza.

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En interior, descarta las variedades tropicales

Teca, iroko, wengué, jatoba, merbau, ipé… Un tiempo atrás eran variedades de madera muy empleadas en los interiores por sus excelentes cualidades y belleza, no obstante, atendiendo al criterio ecológico no hay nada mejor que los elaborados con maderas de proximidad y no traídas de miles de kilómetros de distancia. La suerte es que hay un amplio abanico de posibilidades, como el pino, el roble, el abeto, el castaño, el eucalipto, el olivo o la encina.  

En esta cocina se instala un parquet de Pergo (el modelo Lofoten), firma que limita el uso de árboles de crecimiento lento y al crear el núcleo de sus suelos de madera emplea abeto, hevea u otras variedades de crecimiento rápido, para lograr un producto más sostenible.

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Toma nota de este material que lo va a revolucionar todo

El bambú es una planta silvestre ecológica con un sinfín de aplicaciones, entre las que destaca la fabricación de pavimentos (en la actualidad sobre todo de exterior). ¿Qué ventajas ofrece este recurso natural respecto a los árboles madereros? Su rápido crecimiento, que se calcula que es como mínimo un 30% más veloz, lo que permite reforestar fácilmente las plantaciones, que además son excelentes capturando CO2. En la imagen, un modelo de Moso Bamboo.

Hay que señalar además sus bajas emisiones de Componentes Orgánicos Volátiles (COVs, dañinos para la salud). Pero es que, asimismo, existen firmas que fabrican modelos con 0 emisiones de formaldehídos para aquellas personas con Sensibilidad Química Múltiple (SQM).

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El bambú, ¡también en exterior!

Por sus excelentes cualidades, las tarimas de bambú son habituales también como suelo de exterior incluso en zonas ‘complicadas’, como rodeando la piscina o una ducha de exterior, ya que son extremadamente resistentes a la humedad y a las condiciones climáticas adversas. Eso sí, requieren mantenimiento para hidratarlas y que mantengan su aspecto, pues la acción del sol les afecta. Aunque el cuidado es muy sencillo: bastará con aplicarles de forma periódica aceites.

En la imagen un jardín naturalizado con la tarima de bambú que pertenece a la serie Panorama, de la firma italiana Déco, unas tablas 100% reciclables.

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Todas las posibilidades del corcho

El corcho es una alternativa también sumamente ecológica a la hora de pavimentar nuestro hogar. Se trata de un material que se fabrica con la corteza del alcornoque, y entre sus características podemos subrayar que se trata de un excelente aislante térmico, resulta ligero, impermeable (a líquidos y gases) y no acumula electricidad estática. Versátil, se puede instalar en estancias húmedas como la cocina y el baño y también en exteriores.

Los alcornoques, que no se dañan mientras se extrae el corcho, atrapan grandes cantidades de CO2 de la atmósfera, lo que lucha intensamente contra el cambio climático; la proporción es la siguiente: por cada tonelada de corcho producida, el bosque de alcornoques retiene hasta 73 toneladas de CO2.

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El corcho, un material que evita la tensión muscular

Los expertos de la firma Wicanders destacan, además, que se trata de un suelo semiblando que beneficia a nuestra musculatura, dado que “los pavimentos demasiado duros generan una energía que se desplaza hacia arriba, hacia nuestros músculos y tendones, haciéndolos vibrar. Esto es causado por el impacto de nuestro talón con el suelo. Estas vibraciones, con el tiempo, nos dañan los pies, piernas, parte inferior y superior de la espalda, creando un exceso de tensión”. Este material es resistente, no obstante, deberás prestar atención a la hora de arrastrar elementos pesados sobre él, para no causarle rasguños irreparables. Emplea siempre una manta si necesitas mover un mueble.

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Piedra (pero mejor de aquí)

La piedra natural es un material noble muy apreciado en la arquitectura y que, según los expertos en biointeriorismo, también tiene unas características fantásticas para cuidar de nuestra salud. En este baño reformado por Bloomint Design, reviste tanto paredes como suelos.

En todo caso, si queremos reducir la huella medioambiental siempre resulta más conveniente seleccionar una piedra local en lugar de exóticas procedentes por ejemplo de África, Asia o América. En Europa tenemos variedades muy selectas, como granitos o el mármol Calacatta, el de Carrara, el de Ibiza o el de Macael.

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El linóleo, una opción algo más desconocida

¿Sabías que el linóleo está compuesto por materias primas naturales? Las principales, el aceite de linaza, la harina de madera y el yute. Este material es neutro en CO2, reciclable y que garantiza una excelente calidad del aire de los interiores, tiene propiedades antivirus y es a prueba de alergias.

En este recibidor se instala el modelo Nebula, de la firma barcelonesa Forbo.

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