Decidir qué material quieres para tu encimera es un asunto importante, tanto si estás inmerso en plena reforma integral de la cocina, como si solamente quieres renovar la encimera. Sea como sea, elegir bien es clave.
A continuación vamos a desentrañar los misterios de las encimeras de porcelánico: qué es este material, cuáles son sus ventajas y cuáles sus puntos débiles. Tener información de primera mano es fundamental para acertar con la elección.
¿Qué es el porcelánico?
El porcelánico es un material compuesto por diferentes minerales y arcillas naturales que son compactados a alta presión y sometidos de forma industrial a elevadas temperaturas. El resultado es una superficie resistente y duradera, perfecta para fabricar encimeras de cocina o baño, pero también para revestir paredes e, incluso, suelos.
Posee unas cualidades que lo convierten en un material genial en la cocina. Es resistente, duradero e impermeable. Al presentar una porosidad nula no absorbe las manchas y se limpia con facilidad.
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Los requisitos imprescindibles para una encimera
Existen un sinfín de materiales diferentes para fabricar encimeras de cocina y todos ellos tienen sus pros y sus contras. Puedes optar por una encimera de piedra natural (el granito y el mármol son las más habituales dentro de este grupo), de cuarzo compacto, laminados de alta densidad o de porcelánico. A la hora de elegir hay diferentes consideraciones a tener en cuenta: desde las cualidades del material, el presupuesto con el que contamos, la instalación, el factor estético, etc.
Lo primero que hemos de hacer antes de elegir un tipo de encimera u otro es informarnos adecuadamente de cómo son los materiales, y también de las ventajas e inconvenientes que presenta cada uno. Solo así podremos elegir con conocimiento de causa.
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Máxima resistencia
Las encimeras de porcelánico son extremadamente resistentes, debido a su proceso de fabricación en el que se someten a altas presiones y temperaturas. Este tipo de superficies soportan bien el desgaste diario al que se ven sometidas.
Duran años y años sin alterarse, resisten los efectos de la radiación solar y no se estropean por el calor, los ácidos ni los cuchillos y otros objetos punzantes, ya que resisten el rayado.
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Superficies impermeables
Este es otro de los rasgos del porcelánico que hay que poner en valor: se trata de un material no poroso, con todo lo que ello implica. Esta característica es esencial en una encimera de cocina, ya que significa que no absorbe agua ni otros líquidos.
De esta manera no se hincha ni se deforma en las zonas húmedas próximas al fregadero, ni tampoco se impregna con sustancias que puedan mancharla. Además, esta nula porosidad hace que las encimeras de porcelánico sean muy higiénicas, perfectas para el tratamiento de alimentos, ya que no acumulan gérmenes ni bacterias.
Son muy fáciles de limpiar y no necesitan mantenimiento. Basta con pasar un paño húmedo o utilizar una solución de agua y jabón para dejarlas impecables.
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A prueba de calor
El porcelánico resulta muy resistente al calor y a las altas temperaturas, lo que es importante cuando se trata de una encimera de cocina.
Aunque lo más habitual es utilizar una tabla o protector, puedes poner una cazuela caliente sobre la superficie de porcelánico sin miedo a que este se deteriore, ya que resiste incluso el fuego. Esto no ocurre con otros materiales como el cuarzo compacto, que sí se estropean con las altas temperaturas.
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Un gran potencial decorativo
Es una de las cualidades de las encimeras de porcelánico. Son muy decorativas. Las encuentras en numerosos colores y acabados, muchos de los cuales imitan otros materiales como el mármol, la madera o el hormigón.
Pueden tener acabado mate o brillo y, como el espesor del porcelánico es bastante fino (en torno a 1 cm) es un material apto para hacer un antepecho en la zona de la encimera que proteja la pared. El resultado es de lo más decorativo.
Diferentes superficies, el mismo acabado
¿Te gustan los ambientes coordinados? Si la respuesta es sí, encontrarás en el porcelánico un material genial. Por sus características técnicas, entre ellas su gran resistencia, es adecuado para la encimera, pero también para paredes y suelos. De esta forma se puede lograr en la cocina un espacio coordinado, con el mismo revestimiento en diferentes superficies.
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Una buena opción para el planeta
Una de las ventajas del porcelánico es que se trata de un material ecológico y sostenible, ya que está formado por arcilla y otros componentes minerales. Las encimeras de porcelánico son reciclables cuando se retiran de la cocina y, debido a su gran durabilidad, es un material que minimiza su huella ecológica.
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Algunos inconvenientes a tener en cuenta
Que las encimeras de porcelánico tengan un buen número de ventajas no significa que no tengan ningún aspecto negativo. De hecho, sí lo tienen. El más destacado es que se trata de un material caro, no apto para todos los bolsillos.
Sin embargo, su elevado precio puede considerarse como una inversión de futuro, ya que una encimera de porcelánico te acompañará durante muchos años y eso, a largo plazo, no deja de ser un ahorro.
Otro inconveniente del porcelánico es que es un material fino que puede romperse durante la instalación. Por el mismo motivo si recibe un golpe muy fuerte podría romperse, especialmente en los puntos más débiles como cantos y bordes.
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