Esta casa de campo conserva su esencia, pero se reforma en clave moderna

En una finca de algo más de 30 hectáreas, en una dehesa con magníficas encinas y un sotobosque de retamas jaras y espinos, se encuentra esta edificación tradicional que reforma Ábaton (abaton.es) con códigos contemporáneos. En este entorno paradisiaco se sitúa la vivienda, sobre la cima de un pequeño montículo, a la que se accede a través de un camino arenoso circundado por encinas y grandes rocas de granito que afloran del suelo.

En la imagen, el mobiliario de exterior metálico es de la firma francesa Fermob.

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Un jardín muy auténtico

El proyecto de paisajismo lo firma también el estudio Ábaton y se limita a domesticar un poco la naturaleza, podas ligeras, desbroces y plantación de arbustos autóctonos, así como recuperar el daño ocasionado por la obra, descompactando el suelo y recuperando la cobertura vegetal.

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Mayores aperturas

La reforma recupera los gruesos muros de piedra de granito (de 70 cm) y los perfora con huecos de gran tamaño para modular la luz, al tiempo que se abren los interiores al paisaje. “Estos huecos se configuran como lugares donde estar para disfrutar simultáneamente de la protección y el confort de la casa y de la impresionante naturaleza que la rodea”, detalla Ignacio Lechón, arquitecto y socio de Ábaton. En realidad, las puertas y ventanas de exterior no son nuevas, sino una ampliación de las ya existentes.

En la imagen destaca el puf chaise longue de tela, se trata del modelo Zoe de la marca italiana Verzelloni, diseño de Lievore Altherr Molina.

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Todo abierto

La edificación existente tiene mucho carácter, mantiene una rotunda presencia y la renovación trata con respeto esos valores, aunque incorpora las nuevas premisas, especialmente la vinculación con el entorno.

La planta baja, dedicada a las zonas de día, es diáfana y versátil. Dos grandes paredes correderas permiten compartir el espacio en tres estancias según la necesidad: la cocina con el comedor integrado, el salón, y otro rincón que puede funcionar como dormitorio de invitados o como sala de lectura (vemos esa área al fondo, junto a la obra gráfica de Chillida). Esta organización fluida permite eliminar pasillos y espacios intermedios, pero sobre todo responde a la forma de vida de los propietarios.

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Volcarse al verde paisaje

Tenemos la percepción de que los ambientes se convierten en un mirador, sobre todo porque las ventanas bajan hasta el suelo y, no solo eso, se dejan sin ‘vestir’. Y ello que la obra entrañaba su dificultad, como detalla Ignacio: “el sistema constructivo de la casa, con muros de piedra de granito de gran espesor, complica abrir grandes huecos, esta vivienda no era una excepción. El mayor reto técnico fue abrir grandes huecos sin modificar la imagen de la traba del muro de piedra, que resolvimos con conectores de acero de alta resistencia y vigas de hormigón embebidas en la sección del muro”.

Cerrando el área de sofá encontramos una pareja de butacas que son una reliquia, pues son originales de los años 50’ diseño del danés Hans J. Wegner.

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Inspiradora naturaleza

Orden, simetría, mesura en el color… Todas estas claves de interiorismo contribuyen a crear una sensación de hogar armónica. “Sin embargo, creo que la clave son los materiales, todos ellos naturales, con ricas texturas naturales, sus imperfecciones…, de algún modo nos reconectan con lo que hemos perdido, el contacto con la naturaleza y nos procuran calma interior”, revela el arquitecto.

En madera encontramos por ejemplo la mesa de centro, de la colección Ábaton, y la auxiliar, de la firma Vitra.

Destaca asimismo la escalera equipada con una estantería cuya altura es la de la casa, aparte realiza la función de elemento conector, pues los espacios se asoman recíprocamente unos con otros.

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Dinámico eclecticismo

La decoración es una constante mezcla de épocas y de estilos, todo con el hilo conductor de la estética muy natural, con texturas muy variadas y piezas con pátina. Muestra de ello es el aparador antiguo conjugado con el moderno sofá modular de Verzelloni.

La cocina con comedor se mantiene la mayor parte del tiempo conectada al salón, pero el gran panel corredero permite cerrarla cuando se desea.

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Una cocina envuelta de luz

Dado que la cocina está integrada con el espacio del salón y comedor, se le quiso dar continuidad al armario mural que empieza en el salón y se convierte en armario de almacenaje de la cocina. “El blanco se eligió para dar más amplitud y luminosidad al espacio tubular de la cocina, además queríamos tratarlo como si fuera una pared más de la casa, destacando por su materialidad la escalera y librería en chapa y madera”, especifica Ignacio.

Aquí se acumulan las piezas de diseño de firmas de renombre, la mesa de comedor extensible es de Kristalia, las sillas tapizadas, de Moooi, la lámpara suspendida, el icónico modelo PH (por las siglas de su diseñador, el danés Poul Henningsen), que edita Louis Poulsen y los taburetes son de HAY.

Para delimitar el espacio de cocina se emplea una península. Todos los módulos bajos son de Elmar, mientras que el resto se han realizado a medida.

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Una concepción muy original

En la planta alta se encuentran los dormitorios. El principal cuenta con una distribución muy original en dos niveles: en el primero se halla el área de descanso, el vestidor equipado con armarios a medida tras el cabecero y una bañera. De ahí nace una escalera hacia el altillo.

Aunque no es habitual encontrar la bañera en la habitación, Ignacio afirma que cada vez sus clientes lo solicitan más. Y considera que “sacar los elementos de donde se supone que tienen que estar es siempre un reto, aporta sorpresa y originalidad”.

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Conexión visual

La escalera de chapa que da acceso a la buhardilla arranca desde una peana a los pies de la bañera. La concepción de espacios relacionados logra multiplicar la sensación de amplitud.

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Un espacio para teletrabajar

La planta del altillo cuenta con 28 metros² y es un espacio multifuncional dedicado tanto a oficina en casa como a sala de yoga.

En el ambiente de despacho, la silla ergonómica es un diseño del prestigioso Antonio Citterio, para la firma Vitra.

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Privilegiada atalaya

El colofón de esta casa de campo es este rincón situado en el punto más alto. Su ventanal cuadrado domina el paisaje y enmarca el horizonte en dirección Madrid. Este es un lugar de reflexión, un remanso de paz para los propietarios de esta bucólica vivienda que, con la reforma, ha ganado grandes aperturas al exterior y luz. Aquí la alfombra de cáñamo del mar Muerto pertenece a la colección de Ábaton, la butaca descalzadora es de Moroso y la lámpara Cesta, uno de esos diseños que han pasado a la historia (la creó en 1962 Miguel Milá), de Santa & Cole.

Los artífices de la reforma y el interiorismo señalan que los dueños están encantados con los cambios que ha sufrido su casa: “disfrutan de interiores contemporáneo manteniendo el exterior tradicional, y utilizando los contundentes huecos en la fachada como nexo entre ambos conceptos de arquitectura”.

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